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lunes, 18 de julio de 2011

Laguna de Fúquene se ahoga entre las aguas negras y la maleza

Al menos 10 poblaciones y toda la industria láctea de la zona vierten allí sus aguas residuales.

Laguna de Fúquene se ahoga entre las aguas negras

Durante casi dos siglos la laguna de Fúquene sufrió los embates de agricultores y ganaderos que, motivados por programas del Estado y un impuesto de desecación que hace cinco años no se cobra, ampliaron el área productiva hasta reducir el espejo de agua a una cuarta parte. En esa época alcanzaba las 13.000 hectáreas.

Hoy, ese proceso de expansión ya se frenó con un dique perimetral de 23 kilómetros, pero el ecosistema, que apenas llega a 3.155 hectáreas, enfrenta una nueva amenaza: la alta sedimentación, que funciona como abono para las plantas acuáticas -cubren cerca del 80 por ciento del espejo- y expone a la región a nuevas inundaciones. (Vea una galería de fotos del deterioro de la laguna)

En abril pasado la laguna estuvo muy cerca o incluso llegó a sus antiguos límites. Los cálculos de la Corporación Autónoma Regional (CAR) indican que las aguas cubrieron una área mayor que en el 2006, cuando la inundación llegó a 11.000 hectáreas.

José Reinerio Cañón Carrillo, alcalde de Fúquene y quien ha dedicado 39 años al estudio de ese ecosistema, señala que, sin dejar de ser preocupante el impacto de las inundaciones, el principal problema de la cuenca son las "enormes descargas" de tierra, materia orgánica y vertimientos de aguas residuales.

"La destrucción de los páramos, sumada a la alta escorrentía que se presenta en invierno, ha llevado que a la laguna estén cayendo cientos de toneladas de sedimento que han terminado reduciendo su área y capacidad de almacenamiento", explicó.

En la primera mitad del siglo pasado, cuando se aceleró la desecación, se estimaba que la profundidad máxima era de 18 metros y el promedio de 9 metros, según el Alcalde. Pero hoy, de acuerdo con la CAR, el sitio más profundo tiene 6 metros y el promedio varía entre 3 y 4 metros.

El Ministerio de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial recuerda que por causa del drenaje artificial (construcción de canales), entre 1930 y 1940 el nivel de la laguna bajó 2,5 metros, con lo cual se redujo a la mitad el cuerpo de agua. "A partir de entonces el nivel ha descendido aproximadamente un metro", dice.
Aumento de la población

La preocupación por la laguna llevó en el 2006 a que se formulara un documento Conpes para el Valle de Ubaté y Chiquinquirá. El plan es sumar en el 2019 inversiones por 331.000 millones de pesos, de los cuales se han desembolsado 40.000 millones.

Y aunque como producto de esos compromisos se realizan programas de agricultura de conservación (a través de la agencia alemana GTZ), la sedimentación siguió creciendo, a causa del aumento de la población (en la cuenca viven unas 179.000 personas), del hato ganadero, de las industrias lácteas y de mataderos.

Allí, según la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), pastaban 140 mil animales antes de abril pasado. Además, solo en Ubaté (Cundinamarca) se han establecido 53 industrias lácteas.
A este problema se le ha sumado en los últimos años el aumento, según Cañón, de los cultivos de papa, las minas de carbón y las canteras en los páramos.

Para la CAR, la solución a la sedimentación de la laguna debe contemplar plantas de tratamiento en los municipios (al menos 10 vierten sus aguas) y el dragado de la laguna. De hecho, se han construido plantas en San Miguel de Sema y Saboyá, en Boyacá, y en Lenguazaque y Ubaté, en Cundinamarca, aunque solo esta última funciona.

"La de Ubaté no opera al ciento por ciento porque se construyó para tratar aguas residuales domésticas y no para los vertimientos de las industrias lácteas", dijo un vocero de la CAR.

Precisamente esos vertimientos ricos en nitrógeno y fósforo son los que han terminado en el fondo de la laguna, sirviendo de abono para el buchón, el junco y la elodea, lo que hace difícil poderlos erradicar.


"En 1995 se estimaba que al día se producían 300 toneladas de malezas acuáticas; hoy, pueden ser 1.000 toneladas", dice el alcalde Cañón, quien coincide con la CAR en que a los dos meses de cortadas esas plantas todo nuevamente está cubierto.

En cuanto al dragado, que permite ganarle capacidad a la laguna y extraer el material vegetal, la CAR advierte que este "se debe realizar con cuidado", porque al remover el sedimento se van a activar el nitrógeno y el fósforo, con efecto contrario al deseado.

Acciones del departamento

El secretario del Medio Ambiente de Cundinamarca, Andrés Barreto, señala que el departamento adelanta "un trabajo integral" para recuperar la cuenca. En ese sentido, promueve la construcción de los embalses de San José y Tibitá, con un costo de 102.000 millones de pesos. Estos permitirán contener las crecientes y abastecerán acueductos y riegos.

Además están en ejecución 11.564 millones de pesos en proyectos de agua potable y saneamiento básico municipal; se estudia el aprovechamiento comercial, como abono, de las plantas acuáticas y se adquirieron 1.300 hectáreas en zonas de páramo para crear un corredor de protección.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editor Redacción EL TIEMPO

http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/ecologia/contaminacin-en-la-laguna-de-fquene_9922826-4 

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