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sábado, 15 de junio de 2013

niño que discute sobre ¿que pasa con nuestros sistema alimentario?

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=YpuaPSo3AKk

Birke Baehr, de 11 años de edad, presenta su versión de una fuente importante de nuestra alimentación: las lejanas y no menos pintorescas granjas industriales. Argumenta que mantener las granjas fuera de la vista promueve un panorama color de rosa e irreal de la agricultura intensiva, al tiempo que esboza una defensa de la producción orgánica de alimentos de escala local.

jueves, 13 de junio de 2013

¿Que es el Consumo Responsable?

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=P1gYxoDRfF4#at=46

Con nuestra forma de consumir podemos influir en la marcha de la economía y del mundo de una forma directa. Un consumo consciente y responsable, orientado al fomento de actividades satisfactorias para la naturaleza y las personas es una gran contribución y un decisivo instrumento de presión frente al mercado.

El Consumo Responsable implica un consumo ético, ecológico y social. Es elegir productos no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.

Decidimos hacer este video junto a amigos y colegas de distintas partes del mundo por la importancia que el Consumo Responsable tiene en la lucha por lograr un mundo ecológicamente sustentable y socialmente justo.

Otro mundo es necesario, otro mundo es posible.

www.amartya.org.ar

martes, 11 de junio de 2013

Comemos veneno: "El cáncer, la infertilidad y la diabetes son por la comida"

"El aumento de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y el cáncer está directamente relacionado con los alimentos que comemos. Las hormonas sintéticas presentes en los fertilizantes y pesticidas que entran en contacto con la comida son muy peligrosas para la salud y no suelen detectarse en los análisis toxicológicos, por lo que se invalida el principio de que la ‘dosis hace el veneno’”. Con esta advertencia a modo de carta de presentación, la galardonada documentalista y periodista Marie-Monique Robin nos introduce en el mundo de la agroindustria, su campo de investigación desde hace más de una década, y sobre el que versa su último ensayo: Las cosechas del futuro. Cómo la agroecología puede alimentar al mundo (Península).

Comemos veneno

Una obra fruto del análisis comparativo de diversos sistemas de producción alimentaria que, en sintonía con otras anteriores como Nuestro veneno cotidiano y El mundo según Monsanto, cuestiona el mito de que la bajada del precio de los alimentos o de que el fin del hambre en el mundo solo son posibles mediante la producción industrial de alimentos. La principal novedad que aporta la autora gala con este último libro es que existe una alternativa demostrable, “más sobresaliente de lo que creía antes de iniciar la investigación”, y que se llama agroecología.

La transición de la agroindustria a la agroecología todavía es posible, explica Robin, pero aun existiendo la voluntad política necesaria para propiciar los cambios legislativos que la permitan, “llevará muchos años descontaminar las tierras y las aguas subterráneas hasta poder producir alimentos sanos”. Es por ello que urge, en primer lugar, limitar el uso de pesticidas y transgénicos. “España es el país más permisivo de la UE con el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y la comercialización de otras sustancias tóxicas, como el bisfenol A que otros lugares como Francia está prohibido”.

Una permisividad, alerta la autora gala, con unas consecuencias más que visibles: “Las parejas españolas son las que más problemas tienen de infertilidad en toda la Europa, que afecta a una de cada cuatro”. Al mismo tiempo, los cánceres de cerebro y la leucemia están creciendo a un ritmo anual del uno al tres por ciento entre los niños, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ponen también de relieve el auge del origen fetal de las enfermedades en la edad adulta (presuntamente por el tipo de alimentación de la gestante). “La propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya se está dando cuenta de estas consecuencias y reconociendo las deficiencias del principio toxicológico de que 'la dosis hace el veneno’ debido a las indetectables hormonas sintéticas, como demuestra la mayoría de literatura científica sobre esta cuestión”, apunta Robin.

El cenit del petróleo lo será también de la comida barata

Tradicionalmente se ha relacionado el bajo coste de los alimentos con los monocultivos, el uso de pesticidas y fertilizantes para reducir las plagas, así como otras técnicas modernas de producción a gran escala. Sin embargo, Robin afirma que “los precios de los alimentos que compramos en el supermercado son completamente falsos porque no incluyen los costes directos ni los indirectos”.

Los gastos derivados del tratamiento de las aguas contaminadas, del pago de las tasas por los gases de efecto invernadero, de las subvenciones (para el gasóleo, para exportar o directamente de la Política Agraria Común de la UE), así como de los sistemas públicos de salud, por el aumento de enfermos crónicos, son algunos de los costes asociados a la agroindustria que no se incluyen el precio de origen. “Si sumamos todos estos costes a los productos en origen, su precio subiría y serían más caros que los ecológicos”. Además, añade Robin, más de la mitad del precio está engordado por los intermediarios y finalistas.

Una realidad de la que no estamos muy lejos, según la autora gala, para quien antes o después tendrá que dispararse el precio de la comida, ya sea por el fin de las subvenciones (como se prevé con la PAC), por la creciente especulación bursátil con las materias primas en los mercados de futuro, o por el no menos inminente encarecimiento de los combustibles fósiles como el petróleo y el gas, debido a su cenit.

Los productos químicos utilizados en la agroindustria se elaboran a partir de petróleo y gas, por lo que un aumento en el precio de estos recursos, junto a la escasez de agua, pondría a la agroindustria en la encrucijada. “Esta es la gran debilidad de las industrias alimentarias. Se sustentan sobre un modelo que depende de los combustibles fósiles, y está claro que el precio de éstos será cada vez mayor, por lo que el de los alimentos será parejo. No tiene sentido que la alimentación en el mundo dependa de la producción de petróleo en una región tan convulsa como es Oriente Medio”, lamenta Robin.

Alimentos saludables en un mundo sostenible

Las perniciosas consecuencias para la salud y el medio ambiente de la agricultura industrial, así como la crónica de una muerte anunciada que Robin comenzó a describir antes incluso de que se produjesen las primeras crisis alimentarias en Latinoamérica (relacionadas con los biocarburantes) han llevado a la francesa a recorrerse el mundo en busca de alternativas ecológicas. Después de estudiar diferentes técnicas agroecológicas pudo comprobar que su rendimiento puede ser mayor que con técnicas propias de la agroindustria.

“Muchas veces, cuando hablamos de agroecología pensamos que se trata de volver a las técnicas empleadas por nuestros abuelos. No es así, se trata de prácticas mucho más complejas que dependerán de la zona geográfica donde se desarrollen, del tipo de cultivo o del tipo de tierra”, explica la autora. Sin embargo, Robin sí pudo comprobar que todos ellos coincidían en un principio básico: la complementariedad. “Se trata de un principio común mediante el que se busca complementar la biodiversidad del medio, mediante rotación de cultivos o interfiriendo en los ciclos biológicos de los insectos, para prevenir plagas y aumentar la producción”.

La demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores ha aumentado proporcionalmente al deterioro de la cadena alimentaria, “pero la oferta todavía no llega para abastecerlos a todos”, apunta Robin. Para hacerla extensiva a todo el mundo no llega con la concienciación del consumidor, que al fin y al cabo es el que más poder detenta con sus decisiones de compra, sino que se necesitan medidas políticas concretas.

Entre las propuestas más urgentes para facilitar el cambio, la periodista cita “la prohibición de la especulación con alimentos, el fomento de la soberanía alimentaria mediante una férrea protección de los mercados y agricultores locales, y el acortamiento de las cadenas de distribución buscando conexiones directas entre consumidores y productores”. Solo mediante la eliminación de los intermediarios y finalistas, explica la francesa, el precio de los alimentos orgánicos se reduciría hasta en un 90%”.

Las bases para posibilitar un cambio de modelo están puestas “desde hace muchos años”, pero de no iniciarse una pronta transición, advierte Robin, “no podremos anticiparnos a las crisis alimentarias que resurgirán en cualquier momento”.

Fuente: elconfidencial.com

el veno esta en nuestra mesa

http://www.youtube.com/watch?v=o5p-loc91u8

Documental realizado por el cineasta Brasileño Silvio Tendler sobre agrotóxicos en 2011, que muestra al público el peligro que representa para los trabajadores, para los ciudadanos y la forma en que están comiendo mal y peligrosamente, a causa de un modelo agrícola perverso, basado en los agronegocios.

¿Agua o petroleo?

http://www.youtube.com/watch?v=FUkr9BlLLjY
video acerca de una realidad colombiana y un triste ejemplo de conflicto ecologico distributivo

sábado, 8 de junio de 2013

¿Son Los Autos Eléctricos Más Ecológicos?


Los gobiernos ven los autos eléctricos como una parte importante de sus planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y su impacto en el calentamiento global. Sin embargo, algunos científicos cuestionan que este tipo de vehículos sean tan ecológicos como se los pinta. 

Un reciente estudio llevado a cabo por científicos noruegos descubrió que en algunas circunstancias los autos eléctricos pueden tener un impacto incluso mayor en el calentamiento global que un vehículo convencional.

Baterías de litio 
Gillaume Majeau-Bettez, uno de los autores de este trabajo en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, admite que quedó sorprendido y defraudado con los resultados.

"El auto eléctrico tiene un gran potencial para mejorar, pero lo que al final lo conducirá al éxito o al fracaso desde un punto de vista ambiental es cuán limpia es nuestra red eléctrica, tanto para la electricidad que usas para conducir tu auto como para la que se usa para producir el auto", explica.

Para hacer el estudio, los investigadores analizaron el impacto que la producción y funcionamiento de los autos eléctricos tiene en el calentamiento global, tras circular 150.000 km. Luego compararon estos datos con la producción y funcionamiento de los autos convencionales.

Uno de sus hallazgos fue que la energía empleada para fabricar masivamente los vehículos eléctricos suponía que algunos autos tenían el doble de impacto sobre el calentamiento global que los convencionales.
Esto, dicen, se debe principalmente a la energía y los materiales necesarios para fabricar las baterías de iones de litio.

Electricidad más contaminante

Sin embargo, aseguran que todo depende de cómo se genera la electricidad en el país donde se conduce el auto. Incluso puede depender de a qué hora del día se cargan las baterías, porque la electricidad nocturna es menos dependiente del carbón.

En 2012, en países como Reino Unido, la generación eléctrica a partir de carbón aumentó en un 40%, debido al incremento de precios del gas usado también para generar energía.

La electricidad a partir de carbón, que es la forma más contaminante de producir energía, reduce drásticamente las ventajas de los autos eléctricos. Por ejemplo, como China genera casi toda su energía con carbón, el análisis de los autos eléctricos en el gigante asiático mostró que eran muchísimo más contaminantes que los autos a gasolina.
 
No obstante, en países como Noruega, donde gran parte de la energía es producida por centrales hidroeléctricas, los autos eléctricos tuvieron menos impacto ambiental que los normales.

"Para la media de generación eléctrica en Europa, si usas un auto por 150.000 km puedes esperar una mejora de un 25% (en impacto global) respecto a un vehículo con gasolina", apunta.
El debate

Estos resultados les añaden un dilema más a todos aquellos consumidores que evalúan si cambiarse o no a los autos eléctricos.

Aparte de cuestionamientos sobre su conducción o si uno podrá alcanzar su destino sin tener que cambiar batería, los beneficios ambientales no están siempre del todo claros.

Cierto es que algunas investigaciones deben mirarse con más detenimiento, ya que algunas empresas petroleras han sido acusadas de financiar reportes seudocientíficos para desprestigiar a los autos eléctricos.
Aunque el estudio noruego ha sido criticado por algunos, alegando que existen vínculos entre la universidad y la petrolera Statoil, el equipo detrás de la investigación insiste en que ningún dinero procedente de la firma se usó para financiar el trabajo.

Además, los científicos publicaron en internet los datos del estudio.
"Queremos que la gente elija con los ojos abiertos, conociendo las ventajas, dice Majeau-Bettez. "Se han dado gran cantidad de malinterpretaciones a ambos lados del debate. No existe nada que sea cero emisiones, ya sea un vehículo o un edificio".

"Todo tiene emisiones, pero a veces se dan lejos del usuario".

Publicado el (mes/día/año) 06/07/2013
Fuente: BBC Mundo - http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/04/130412_tecnologia_autos_electricos_limpio_aa.shtml -
Extraido de: http://rds.org.co/oficina.htm?x=1069930

Desarrollan análisis para detectar trastornos endocrinos en la placenta y otros tejidos

Un grupo de científicos dirigido por el catedrático de la Universidad de Granada Alberto Navalón Montón, está elaborando metodologías analíticas que permitan la identificación y cuantificación de diferentes familias de disruptores endocrinos químicos en muestras de tejidos y fluidos biológicos humanos, para conocer su presencia y concentración en el organismo. Se trata de un proyecto de excelencia denominado Biomonitorización de disruptores endocrinos químicos mediante técnicas separativas avanzadas

desarrollan análisis apra detectar trastornos endocrinos en la placenta y otros tejidosLos disruptores endocrinos químicos (EDC) son un conjunto heterogéneo de compuestos químicos, contaminantes medioambientales, que interaccionan con el sistema endocrino y pueden alterarlo. “Estas sustancias se incorporan a nuestro organismo a través de diferentes fuentes de exposición, como los productos de higiene personal, cremas solares, e incluso a través de la alimentación”, señala el responsable del estudio.

Los investigadores están centrados de manera especial en el análisis de muestras procedentes de mujeres y de bebés, ya que según indica el profesor Navalón, “las etapas embrionaria, fetal y la primera infancia son momentos críticos en cuanto a la exposición a compuestos químicos con actividad hormonal”.

Hasta la fecha, los científicos granadinos han podido comprobar la presencia de estas sustancias en las muestras analizadas de placenta humana, tejido adiposo, suero y orina en concentraciones de microgramos por litro, lo que ha dado lugar a diferentes publicaciones en revistas internacionales como ReproductiveToxicology, Talanta o Journal Chromatography B. Además, están ensayando nuevos métodos de extracción de estos compuestos en leche materna, tejido placentario, suero y orina.

“Hemos puesto a punto métodos analíticos para la identificación y cuantificación de residuos de los disruptores endocrinos ‘libres’ (que aparecen en las muestras en su forma original, tal y como se comercializan), así como de sus metabolitos glucoronizados y sulfatados”, indica el responsable de la investigación. “Cuando hablamos de metabolitos, queremos poner de manifiesto que el compuesto se ha ‘metabolizado’, se ha transformado en otros compuestos”, aclara.

El equipo está integrado por químicos analíticos y médicos, pertenecientes a los departamentos de Química Analítica, y Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, así como personal del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).

“Con los resultados que obtenemos del análisis de las muestras, el equipo médico, dirigido por el catedrático Nicolás Olea Serrano, realiza los correspondientes estudios estadísticos y establece las posibles correlaciones con la edad, sexo, hábitos alimenticios, procedencia, etc., de las personas a las que corresponden las muestras”, aclara el responsable de la investigación.

Con este proyecto de excelencia de la convocatoria de 2009, financiado con 224.273,68 euros por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, los científicos también contribuyen a ampliar el muestreo en tejido placentario en las cinco comunidades autónomas españolas no cubiertas por la Red Infancia y Medioambiente (INMA) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). En estas comunidades (Galicia, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura), hasta la fecha, no hay datos sobre disruptores endocrinos. Además, “se cruzarán los resultados obtenidos con la información sobre morbilidad y mortalidad de cada región, para poder proveer a los responsables sanitarios con indicadores para la vigilancia de la salud”, concluye el profesor Alberto Navalón Montón.

Compuestos estudiados
Las familias de disruptores endocrinos químicos objeto de estudio son: ftalatos, empleados como plastificantes, en cosmética, vidrios de seguridad, insecticidas, adhesivos y explosivos; alquifenoles, que son usados como productos intermedios en la fabricación de barnices y lacas, jabones oxidantes y aditivos de aceites de motores; parabenes, que se encuentran en lacas, cremas cosméticas y desodorantes; benzofenonas, empleadas en cremas solares, cosméticos y plásticos para envases alimentarios por su actividad como filtros “químicos” a la radiación UV; camfenos y salicilatos, utilizados como filtros solares a la radiación UV; y el bisfenol A, que se usa en la fabricación de polímeros, resinas, fungicidas, etc. así como sus derivados clorados.

martes, 4 de junio de 2013

¿Es irreversible esta profunda crisis ambiental?

Guardadas las proporciones, nuestro mundo está recorriendo el camino fatal de los habitantes de la Isla de Pascua, que arrasaron con su ecosistema en una competencia por la supremacía.

Por: Ernesto Guhl Nannetti
La construcción de monolitos en la Isla de Pascua representó su caída ambiental. / David Berkowitz - Flickr  
La construcción de monolitos en la Isla de Pascua representó su caída ambiental. / David Berkowitz - Flickr
El domingo de Pascua del año 1722, el almirante holandés Jakob Roggeveen descubrió para el mundo occidental una remota isla volcánica, enclavada en el Pacífico Sur, que bautizó como la Isla de Pascua. De esa pequeña isla, ubicada a 3.200 km de la costa de Suramérica, fue surgiendo una serie de interrogantes que solamente ahora empiezan a encontrar respuesta.
 La Isla de Pascua poseía en el momento de su “descubrimiento” una naturaleza pobre; escasos árboles, apenas algunas pocas aguas recogidas de la lluvia, pobre vida animal y una escasa población humana, huidiza y primitiva. En medio de ese paisaje desolado se alzaban majestuosas, colosales e inexplicadas más de 600 cabezas de piedra con una altura promedio de 6 metros, que han suscitado multitud de inquietudes y teorías. ¿Quién las construyó? ¿Por qué? ¿Qué se hicieron sus constructores que deberían ser, de acuerdo con su obra, una cultura avanzada con una cierta sofisticación tecnológica?

Se dice que unos mil años antes de la llegada de los occidentales, un grupo de habilísimos navegantes polinesios, que recorrían el Pacífico, arribó a la isla a la que bautizaron Rapa Nui y que encontraron un marco natural no rico, pero sí hospitalario. Espesos bosques cubrían las laderas, el agua era abundante, la pesca fácil y los suelos, de origen volcánico, apropiados para cultivar la batata. En pocas palabras, les pareció, después de los riesgos de una larga navegación, un lugar bastante parecido al Paraíso, y decidieron quedarse. Siguiendo su tradición, se organizaron en grupos de familias extensas e iniciaron una vida feliz y próspera.

Los clanes familiares fueron creciendo y consolidándose y poco a poco se inició una competencia por la supremacía. Esta competencia se expresó en la construcción de las famosas cabezas de piedra. Si bien se cree que en un inicio tenían un significado exclusivamente religioso y ritual, parece que éste fue cambiando paulatinamente para convertirse en símbolo de poder material y de “desarrollo”. Cada vez las hacían más grandes, cada vez más arriesgadas, cada vez las transportaban más lejos desde las canteras volcánicas de la piedra madre. Se usaron para delimitar territorios y como símbolos de superioridad y de éxito.

Para construir, para mover y erguir estos monolitos cada vez más colosales, los nativos necesitaron cada vez más árboles, que empleaban como rodillos para transportarlas en trineos de madera halados por hombres. Se rompió el funcionamiento normal de los ecosistemas en forma excesiva e irreversible. Los suelos se erosionaron, se perdió la regulación natural de las aguas, que empezaron a mermar; se afectó la fauna.

Este proceso llevó a una situación en la que no fue posible cultivar la tierra por falta de madera para fabricar herramientas de labranza, ni contar con leña para la cocción de alimentos. Tampoco se dispuso de madera para la construcción de embarcaciones, ni con redes para pescar. Así empezó a disminuir la pesca y los nativos, sin embarcaciones, quedaron prisioneros, literalmente aislados en su lejana isla. No fue posible construir nuevas viviendas, por carencia de materiales, y poco a poco los nativos, cada vez peor alimentados, buscaron refugio en cuevas para protegerse de las inclemencias del clima.

Se inició, si se quiere, un proceso de regresión cultural, un retorno a las cavernas, que se expresó en una disminución de la población y en una pérdida irreversible de la calidad de vida. Se dice incluso que más tarde la búsqueda de la supervivencia condujo al canibalismo. Entretanto, las cabezas de piedra servían como testigos hieráticos de la descomposición y el colapso de la cultura que las creó, a partir del abuso y de la incomprensión del medio y de sus recursos.

Trasladando esta historia al presente podemos afirmar que nuestro planeta está recorriendo el camino de los habitantes de la Isla de Pascua. Hemos abusado de la naturaleza, la hemos degradado y maltratado en aras del desarrollo, irrespetando sus límites y sus capacidades, y ahora tratamos de sustituirla mediante escenarios falsos y creaciones electrónicas. La mayor paradoja es que estamos destruyendo nuestra casa real y creando para reemplazarla realidades inhabitables o que sólo existen en el mundo virtual.

A pesar de las reiteradas advertencias, los evidentes estragos y riesgos del cambio climático y el agotamiento de los ecosistemas terrestres y marinos, los centros tradicionales de poder ligados a los intereses económicos globalizados han impedido tomar las decisiones internacionales de fondo para mitigar la crisis ambiental, ignorando que es la mayor amenaza que enfrenta la humanidad e impidiendo encontrar caminos sostenibles realistas para el desarrollo y la equidad.

En nuestro entorno, desafortunadamente, seguimos esta tendencia y a pesar de las permanentes advertencias de diversas fuerzas socioculturales, continuamos empeñados en basar nuestra economía en más petróleo y más carbón, causantes del cambio climático. Continuamos amenazando los páramos, reguladores del agua con la minería de oro. Convertimos la selva amazónica en una “zona de reserva minera”, sin investigar alternativas para su aprovechamiento sostenible.

La deforestación, que casi extinguió el bosque alto andino y el bosque seco tropical, amenaza la valiosa y desconocida selva tropical húmeda y avanza alterando las cuencas, acelerando los procesos de erosión, cargando los ríos de sedimentos y causando variaciones incontrolables en sus caudales.

El deterioro de los hábitats naturales, originado en la codicia disfrazada de progreso, conlleva la extinción de especies de fauna y flora que hasta hace apenas medio siglo eran abundantes. La expansión acelerada y desordenada de ciudades que hacemos contaminadas, ruidosas y congestionadas, devora los mejores suelos del país y contamina las aguas con sus vertimientos.

La primera condición para cambiar esta tendencia, antes de que sea demasiado tarde, es una decidida y firme voluntad política que incorpore efectivamente la sostenibilidad territorial en las políticas públicas y adopte nuevas formas de manejo de los bienes y servicios ecosistémicos, para garantizar el bienestar presente y futuro de la población. Como expresión de esta voluntad el país debería contar con normas e instituciones sólidas, rigurosas, técnicas y transparentes, que encauzaran los procesos de desarrollo y aprovechamiento dentro de los límites de la naturaleza. Mientras esto no sea una realidad, no lograremos romper el ciclo fatal de la Isla de Pascua.
  
Por: Ernesto Guhl Nannetti

Extraido de:  http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/vivir/articulo-425729-irreversible-esta-profunda-crisis-ambiental

domingo, 2 de junio de 2013

Las empresas y su responsabilidad ante la sociedad y el medio ambiente

Por: Dr. Antonio Vives*
Profesor -consultor Stanford University

La empresa usa a la sociedad y al medio ambiente para llevar a cabo sus actividades y ello le confiere responsabilidades.  Es la sociedad la que  ha permitido la creación de estructuras jurídicas que le conceden derechos a la empresa para llevar a cabo sus actividades, acceder al sistema jurídico, a los mercados financieros y de insumos, le proporciona mano de obra y adquiere sus productos y servicios, entre otros.

El medio ambiente le da servicios ambientales, le da acceso al aire y al agua con que opera, que muchas veces lo devuelve contaminado, le da acceso a recursos naturales, le da el espacio en que operar.

En correspondencia, ¿basta, como alegan muchos empresarios,  con que la empresa pague impuestos (¿se pagan todos?), se creen empleos (¿son dignos?, ¿se pagan sueldos justos?, ¿en condiciones laborales decentes?) y que produzca bienes y servicios para que la sociedad los consuma (¿son producidos responsablemente?, ¿son necesarios y beneficiosos para el desarrollo humano?)?  ¿Y se portan bien, con ética, sin incurrir en corrupción, sin explotar la ignorancia o incompetencia del Estado y del público?

Si las empresas en vez de tener una visión egocentrista, en que la sociedad y el medio ambiente giran a su alrededor, tomaran la perspectiva de la sociedad y del medio ambiente, que es donde comienza su capacidad de operar, su comportamiento sería muy distinto.  Lamentablemente muchos empresarios lo dan como un hecho, nunca se han puesto a pensar en lo que deben, piensan que es la sociedad la que les debe. Sí, es cierto que las empresas juegan un papel muy importante y hacen una contribución a la calidad de vida, pero esa contribución es en asociación con la sociedad y con el permiso del medio ambiente.  Ello les da responsabilidades, en un contrato implícito entre estas partes, que el Estado y la misma sociedad deberían hacer cumplir, pero en el que lamentablemente muchas veces fallan.

Como ejemplo un (gran) botón.  Por cada $1 de ingresos en la producción de ganado, se generan costos ambientales no cubiertos (externalidades) de $18.70, relacionados con el uso de la tierra, del agua y de las emisiones de gases de efecto invernadero.  El Planeta Tierra y las futuras generaciones les dan un subsidio de $18.7 por dólar de ingreso.  ¿Tienen estas empresas responsabilidades con el Planeta Tierra y con las futuras generaciones que van más allá de pagar impuestos, dar empleo y producir carne para que comamos?  La respuesta es obvia, pero la ve muy poca gente, en especial porque estos costos no se contabilizan en el estado de ganancias y pérdidas de la empresa.   

Es muy difícil imaginar la operación de muchas empresas si se reflejaran los verdaderos costos en su contabilidad.  Muchos productos no serían viables.  Algún día, cuando haya convencimiento general de que el planeta y la sociedad no pueden seguir subsidiando a muchas empresas, se reflejarán estos costos y paulatinamente habrá cambios estructurales en los productos y servicios que se producen y en los esquemas de producción y consumo (los consumidores no estamos exentos de culpa, también tenemos que hacer consumo responsable).

Mientras tanto las empresas harían muy bien en reconocer las deudas que acumulan con la sociedad y el medio ambiente y, por lo menos, tratarlos como socios, y reconocer sus responsabilidades por producir y vender responsablemente, mitigando sus impactos negativos y buscando hacer el mejor bien posible.

Fecha de publicación: 30/04/2013
*Las opiniones aquí expresadas representan los puntos de vista propios del autor, no reflejan las opiniones, políticas, ni puntos de vista del Cider.

Video La Huella Ecologica Del Hombre

https://www.youtube.com/watch?v=70fQ8Jk7IgY&list=PLEB033AC773BA0265

Imaginemos que tenemos delante todo lo que hemos consumido a lo largo de la vida. La cantidad de desperdicios generada por este consumo es brutal. El documental "La huella ecológica del hombre" analiza nuestro consumo en el mundo desarrollado, desde que nacemos hasta que llegamos a la tercera edad, mediante una ilustración visual del impacto que supone cada persona sobre el resto de la población y sobre el planeta.

Las cifras son apabullantes: a lo largo de su vida, una persona consume una media de 7.550 litros de leche, toma 7.163 baños, en los que puede consumir casi un millón de litros de agua, y tiene 104.390 sueños.

Cada uno de nosotros enviará 40 toneladas de basura a los vertederos, se beberá 74.802 tazas de té, ingerirá 30.000 pastillas y medicamentos, y se comerá tantas alubias como para llenar una bañera. En nuestra vida caminaremos 24.887 kilómetros y recorreremos 728.489 en coche, distancia equivalente a ir y volver a la Luna, y harán falta 24 árboles para fabricar todos los libros y periódicos que cada uno de nosotros va a leer.

"La huella ecológica del hombre" apila todo el pan que una persona consume a lo largo de su vida y prende fuego al metano que emite. Todo, para crear una visualización única y convincente de la huella que dejamos en el mundo..........

Historia de la Alimentación en dos minutos

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=i3Vgzuf9zLE

el link los conducirá a ver el vídeo "Una historia alternativa de los alimentos" y lo que hemos hecho de ellos en nuestra vida....

La maldición de los recursos

Por: Gonzalo Vargas Forero*
Profesor del Cider, Universidad de los Andes

Según la hipótesis de la 'maldición de los recursos', la abundancia de recursos naturales, particularmente minerales, puede tener efectos nefastos sobre las posibilidades de desarrollo de un país. La maldición tiene tres facetas: por el lado económico, el riesgo más obvio es malgastar la bonanza en consumo o en elefantes blancos -que sería como vender un riñón para comprarse un iPhone y gastarse el resto en trago con los amigos-. Existe también el riesgo de enfermedad holandesa: el auge minero puede impulsar sectores como la finca raíz y los servicios (los 'no-transables'), pero puede también arrasar con la agricultura y la manufactura (los 'transables'), de forma que en el largo plazo, cuando el boom cesa (o en el corto, si hay un shock de precios), el país no tiene mucho qué exportar.

Por el lado político, el reto es múltiple: en primer lugar, el gobierno se enfrenta al dilema de usar las rentas petroleras en inversiones de largo plazo (e incluso ahorrarlas de forma que su monetización no impacte negativamente la economía) o 'repartir la mermelada' para mejorar su popularidad. Por ejemplo, invertir en educación e infraestructura puede ser la mejor alternativa pero, ya que los beneficios se verán sólo en el largo plazo (por lo menos un decenio), el cálculo electoral, que no sobrepasa los cuatro años, no favorece esta opción. En segundo lugar, el gobierno se verá asediado por grupos de interés que con distintos argumentos -algunos legítimos, otros no tanto- querrán parte de la mermelada, e.g. subsidios y exenciones tributarias. En tercer lugar, el Estado perderá incentivos para prestar mejores servicios y responder a las demandas ciudadanas pues sus rentas dependerán menos de los ingresos tributarios y más de las rentas mineras. Y, lo peor, sin completo control territorial por parte del Estado, es probable que surjan y prosperen grupos armados que, con o sin ideología, buscarán capturar parte de las rentas mineras por la vía de la extorsión o la rebelión. Al respecto, existe evidencia empírica de que la dependencia de las exportaciones mineras tiende a incrementar el riesgo de guerra civil y a prolongar conflictos preexistentes [1]. 

Aunque no hace parte de la formulación canónica de la maldición de los recursos, es necesario incluir también la dimensión ambiental, referida al riesgo de destruir activos naturales estratégicos, cuyo valor económico aún es desconocido. Y, finalmente, están las interacciones entre los tres hechizos. Por ejemplo, si la caza de rentas prospera habrá cada vez menos ingenieros y cada vez más abogados, menos centros de investigación pero más firmas de lobby y relaciones públicas, menos patentes pero más paros. Y todo esto influirá desfavorablemente en las perspectivas económicas de largo plazo.

Hay varias posiciones frente a la hipótesis de la maldición de los recursos: mientras los negacionistas la consideran un 'mito', los fatalistas la ven como inescapable. ¿Quién tiene la razón? Depende. En general, la 'buena calidad institucional' parece ser un aspecto determinante: en los países donde hay poca corrupción, donde impera la ley (rule of law) y donde se respetan la propiedad y los contratos, las bonanzas mineras impulsan al crecimiento. En aquellos donde ocurre lo contrario, la bonanza se traduce en crecimiento económico mediocre [2]. Dejo a los lectores la cuestión de qué tan buena es nuestra calidad institucional. Próximamente volveré sobre este tema para examinar si la hipótesis de la maldición de los recursos se está cumpliendo en Colombia y si es posible prevenirla o frenarla.

[1] Al respecto ver Ross (2004)
[2] Al respecto, ver este paper que descubrí gracias al blog de Acemoglu & Robinson.  Sobre la maldición de los recursos ver el clásico paper de Sachs & Warner.

Fecha de publicación: 22/05/2013

El Agua y el Derecho ¿Humano demasiado humano?




Autor: Danilo Urrea / María Pinzón - CENSAT Agua Viva   
Lunes 22 de Abril de 2013 00:00
El Agua y el Derecho ¿Humano demasiado humano?
Notas para el debate

Son amplios los debates que durante el último año se han dado en torno al agua como derecho humano y las diferentes visiones que frente a este concepto se han expuesto, contrapuesto, e incluso apropiado por parte de los gigantes corporativos. Luego del Foro Mundial del Agua en Marsella, en marzo de 2012, y de las propuestas que ya apuntaban al desastroso resultado que se expone en los parágrafos 119 a 124 de la declaración de Río + 20 -básicamente la propuesta de un mercado mundial integrado del agua- queremos recoger algunas de las posiciones esbozadas en debates de organizaciones, redes y movimientos en defensa del elemento vital. Esperamos que estas letras nos permitan generar un intercambio activo y una posibilidad de re-construcción conjunta de concepciones comunes y estrategias frente al avance trasnacional en los territorios del agua.

La perspectiva del agua como derecho humano y algunos debates centrales.

Empezamos entonces por reconstruir algunos argumentos del debate que ya se perfilaban en Marsella, y que lejos de basarse en una perspectiva puramente teórica, han sido esbozados por grupos y organizaciones que han luchado y ganado batallas frente a la privatización y mercantilización del agua. Éstas críticas se han presentado desde lo que se considera la inoperancia en la efectivización del derecho a pesar de los reconocimientos internacionales y los cambios estructurales en algunas naciones.

En primer lugar, en la concepción del agua como derecho humano surge el peligro del antropocentrismo. Esto porque el enunciado el agua es un derecho humano podría excluir de la necesidad de acceso a los otros seres de la naturaleza para los que el agua también es vital. Existe una clara diferencia entre las enunciaciones agua como derecho humano (o como más comúnmente se presenta: el agua es un derecho humano) y el derecho humano fundamental de acceder al agua. El segundo enunciado y lo que su concepción entraña no es reduccionista, mientras que el primero objetiviza el elemento natural y de esa manera podría reducirlo a una funcionalidad únicamente para los seres humanos. Las diferencias entre las dos enunciaciones no son menores, pues en la premisa el agua es un derecho humano fundamental existe una condición ontológica que se presume existe en el agua para satisfacer necesidades humanas, de ahí su carácter antropocéntrico.

En segundo lugar, más allá de la condición enunciativa, que, se dice, pudiese ser reduccionista, la concepción de derecho en términos del pensamiento de occidente, asociada a la aparición del estado liberal - moderno, no se aplica a cosmovisiones, por ejemplo, indígenas. Comunidades para las cuales el agua no es un derecho, sino un componente esencial de la naturaleza que entrega sentido a la existencia en su transitar entre la montaña y el mar. Diversas visiones sobre las aguas, las del llamado mundo occidental y visiones externas y en general opuestas a él, plantean un extenso abismo respecto a la pragmática del derecho entre sociedades 'homogéneas' como las europeas, y sociedades como las latinoamericanas donde la la plurinacionalidad y pluriculturalidad no permiten reduccionismos ni fórmulas de homogenización jurídica o cultural.

Tercero. En la mayoría de las sociedades contemporáneas y su forma de organización política, el estado nacional es el garante de los derechos. Sin embargo, y como lo consigna Vandana Shiva en Las guerras del agua, el control del Estado sobre las aguas y otros bienes comunes fue y es la punta de lanza hacia la privatización, lo que pone en entredicho su papel de garante en relación al derecho. Por otra parte, y en estrecha relación al papel del Estado hoy, en la etapa neoliberal del capitalismo, y luego de los procesos de globalización, los estados nacionales parecen haber desdibujado cada vez más su función, para dar paso a lo que se ha denominado la corporación – nación. El cumplimiento frente a la exigencia del derecho, en esa perspectiva, y en el status quo actual, podría ser asumido por el modelo corporativo, como de hecho pretende hacerse a través de un mercado mundial integrado, regulador de la relación en términos de acceso y para el que las asociaciones público – privadas son las adecuadas para efectivizar el derecho al agua. Los anteriores son dos de los puntos de mayor análisis hoy, pues en sí mismo el Estado como 'administrador' de los bienes comunes ha generado procesos de privatización y mercantilización, y, por otra parte, en su proceso de corporativización parece entregar al modelo corporativo la garantía del derecho. ¿Quién debiera entonces velar por el acceso de los pueblos a los bienes comunes? Cuando la retórica del derecho se hace presente en los discursos de los organismos multilaterales, e incluso de las instituciones financieras internacionales que lo 'aceptan' como demanda de los pueblos y la sociedad civil1, no existe claridad de quién debe ser el garante del derecho, y, de hecho, los estados se han convertido en simples facilitadores de los enclaves trasnacionales que lo remplazan en asuntos fundamentales como la prestación del servicio del agua.

La visión multilateral de la ONU y sus contradicciones.

Más allá de las críticas referidas a la filosofía política del lenguaje, en términos de enunciación del derecho, a la condición ontológica del agua, y a la concepción política del Estado, queremos pasar a otros de los temas que ocupan debates y albergan análisis con diferentes enfoques. Como se sabe, el 28 de julio de 2010 la Organización de Naciones Unidas -ONU- emitió desde su Asamblea General la Resolución No 64 - 292 reconociendo el derecho humano al agua e instando a los estados a su aplicación efectiva. El conjunto del movimiento en defensa del agua celebró este reconocimiento como una gran victoria de las articulaciones que desde de la guerra por el agua de Cochabamba transitaron por logros nacionales y constitucionales como los de Uruguay, Ecuador y Bolivia, y que hoy se elevaban a un organismo multilateral, la ONU. Sin embargo, en las primeras de cambio del documento cero elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente -PNUMA-, y que se convertiría en la base para la imposición de la Economía Verde y la Gobernanza2, la concepción de derechos fue atacada y, más puntualmente, se presentó el derecho humano al agua como un impedimento para el logro de los objetivos de los nuevos programas de control ambiental corporativo.

Así, lo que fue celebrado como una gran victoria, la resolución de la ONU, se ponía en entredicho con las posiciones esbozadas en los borradores de discusión hacia Río + 20, y se daba paso a las propuestas de corporaciones como Nestlé, que apuntaban a la creación de un mercado mundial integrado del agua, en continuidad con el modelo de asocio público - privado y con las corporaciones como garantes de la posibilidad de acceso al líquido.

¿Existe entonces una posición diferente respecto al derecho al agua en la Asamblea General de la ONU y en uno de sus programas más importantes, el PNUMA? Frente a estas diferencias manifiestas ¿cómo se debe entender el papel de la ONU en la defensa del agua y la garantía del acceso como derecho humano fundamental?

En la pasada Cumbre de los Pueblos celebrada en Río de Janeiro, simultáneamente a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible -más conocida como Río + 20-, la Federación ambientalista Amigos de la Tierra Internacional presentó los estudios de caso en los que se demuestra la cooptación de la ONU por parte de las corporaciones trasnacionales, y lanzó una campaña global bajo el lema liberemos a la ONU de la cooptación trasnacional3. Los casos presentados por la Federación ambientalista son una expresión de lo que puede estar pasando al interior del organismo multilateral y de la necesidad de liberarlo de la influencia corporativa antes que propuestas y reivindicaciones como las del derecho humano fundamental al acceso al agua caigan bajo ésta.

Por otro lado, también se han hecho manifiestas las críticas al papel cumplido por la ONU en la creación del Consejo Mundial del Agua -CMA-, principal impulsor de la privatización del agua en alianza con el Banco Mundial -BM. Estos dos organismos, CMA y BM, durante las últimas décadas hilaron finamente la privatización que legitimaron con la invitación a la sociedad civil a avalar las declaraciones preconfiguradas de los Foros Mundiales del Agua, firmadas muchas veces unánimemente por organizaciones de la sociedad civil y gobiernos afines a la corporativización.

Lejos de intentar en este escrito la descalificación de la ONU como organismo creado para cumplir un importante papel en el planeta, y como actor multilateral velar por la garantía del derecho de los pueblos, estas ideas pretenden poner en consideración la actualidad de garantía del derecho, principalmente el promulgado como derecho humano al agua, frente a las posibles contradicciones del organismo multilateral.
Queda en perspectiva de estudio aplicado y seguimiento cómo y dónde se ha efectivizado el contenido del derecho fundamental al acceso al agua posteriormente a las grandes resoluciones y declaraciones, y, en la cara contraria, pero en el mismo contexto, cuáles son los avances de las corporaciones y las empresas privadas para hacerce cargo de las funciones de los estados, desde la lógica de la oferta/demanda y la acumulación de capital producto de la necesidad de la población por acceder al agua y otros bienes comunes.

La cooptación trasnacional del lenguaje.

La estrategia formulada por las empresas trasnacionales y los organismos multilaterales denominada mercado global del agua, para la efectivización de lo que ahora ellos llaman el derecho humano al agua y la mitigación y compensación de la huella hídrica de la producción industrial, vino acompañada de un lenguaje ambiguo que permitió a las multinacionales poner en términos corporativistas, como efectividad y transparencia, las reclamaciones históricas de los pueblos. Justicia, soberanía y autonomía hídrica pretenden ser usados ahora para continuar con los procesos de privatización de la gestión del agua y obtener un mayor control estratégico sobre las fuentes, para la producción de alimentos u otros bienes.

Un ejemplo de esta estrategia es la iniciativa+Agua4 lanzada en el año 2012, impulsada por la Fundación AVINA en asocio con la multinacional Coca Cola, cuyos objetivos de "efectivizar el derecho humano al agua potable, mitigar los efectos del cambio climático y proteger las fuentes de agua en las cuencas",5 planteados en un lenguaje por los pueblos y organizaciones conocido, y tal vez construido, han logrado enmascarar los conflictos e impactos generados por el modelo de asociación público-privada sobre el que se cimienta la misma iniciativa y sus verdaderos intereses de ampliar la mercantilización del agua.

Con este lenguaje transfigurado, la iniciativa +Agua habla también de la "identificación de modelos de gestión democrática del agua", y de "fortalecer la capacidad de gestión del agua de comunidades organizadas a nivel local y de las cooperativas de agua potable"6, cooptando los significantes y construcciones históricas que comunidades organizadas han desarrollado en torno a la gestión y protección del agua y en el que se fundamentan las reivindicaciones por el derecho humano fundamental a su acceso. Al mismo tiempo, la Fundación AVINA, altamente cuestionada por su accionar en otros países de América Latina7, fue encargada por el gobierno colombiano para diseñar el componente de participación comunitaria para la construcción de la política rural de agua que desconoce la gestión popular y promueve la privatización y el endeudamiento de la nación. 

En los últimos años la nombrada Fundación, entre otros despropósitos, ha jugado el papel de promotora de programas de agricultura industrial con uso de agro tóxicos o de reforestación de selvas para venta de bonos de carbono, generando consecuencias como el acaparamiento de nuevos territorios por las empresas y el mercado, y la maximización de las ganancias de las corporaciones trasnacionales que los financian. Asuntos que hacen manifiesto que estas alianzas corporativas y multinacionales simplemente abanderan la consolidación de un mercado global como forma de ampliar las oportunidades para que empresas como Coca Cola y Nestlé aumenten sus ganancias con complicidades, también gubernamentales, para la simulación de la participación en la construcción de políticas de gestión del agua y los territorios. La apropiación de los lenguajes populares y de reivindicación de la histórica lucha de los pueblos permite a estas empresas y corporaciones generar confianzas y vincular a sus proyectos a organizaciones comunitarias que desconocen su accionar, apoyadas también en el marketing publicitario que con su incitación al consumo raya en modernos laboratorios de infantilización regresiva8. La utilización de los significantes tergiversados contiene también una fuerte carga ideológica que instaura relaciones de poder de dominación, en este caso para el acaparamiento de las fuentes de agua y el control de su acceso.

Una lucha de sentidos.

Como hemos querido advertir, el sentido que se le pretende entregar al derecho humano al acceso al agua y los mecanismos y estrategias para darle cumplimiento desde los estados contemporáneos, los organismos multilaterales y las corporaciones trasnacionales tiene una amplía divergencia con los planteamientos de las comunidades que históricamente han reivindicado el derecho natural a acceder al agua para garantizar su supervivencia material y simbólica, como seres de la naturaleza. Asistimos a una tergiverzación del sentido que obedece al establecimiento de la asociación estratégica entre estos tres actores mencionados, de una u otra forma protagonistas del modelo neoliberal, para elevar al mercado como condición de posibilidad de acceso al derecho.

La puesta en marcha de planes gubernamentales y proyectos corporativos que pretenden hegemonizar el significado del derecho al agua ha tenido graves consecuencias para los territorios hídricos, en términos de apropiación, contaminación, desaparición de cuerpos de agua, y pérdida de autonomía y exclusión de las comunidades, lo que significa una contradicción fundacional. La hegemonía de sentido desconoce lo que la pragmática misma del derecho reconoce, por ejemplo en casos en los que las familias no pueden ser desconectadas del servicio de agua porque se viola por conexidad el derecho a la vida, consagrado en las cartas políticas como principio rector del estado social de derecho.

¿Se debe entonces rechazar el derecho humano al agua?
El rechazo tajante al derecho humano al agua implicaría un retroceso histórico para el movimiento en defensa del agua y para las comunidades organizadas en torno a esta reivindicación; el camino de lucha que ha costado la vida de hombres y mujeres, y también ha entregado victorias frente al modelo neoliberal, no debiera abandonarse como consecuencia de los intentos de cooptación de los lenguajes y los significantes por parte del aparato trasnacional. Sin embargo, reconocemos la necesidad de re-definir nuestras concepciones comunes, y re-significar tanto las enunciaciones de nuestras exigencias como los escenarios en los que éstas son planteadas y defendidas. La resignificación de lo público desde lo comunitario, la recuperación de la construcción colectiva para la efectivización del derecho humano al acceso al agua pudiese primar sobre el sentido individualista e individualizante que la propiedad privada reivindica como garante de derechos liberalizados. Puede que allí mismo podamos encontrar un espacio común para pensar en público y en conjunto si estas acciones pretenden también recuperar el Estado, la estructura que facilitó la apropiación privada de los bienes comunes, o si estas propuestas y alternativas de los pueblos se encaminan a una re-socialización de los bienes comunes en la que las aguas permitan fluir la reconfiguración de nuestra vida como sociedad – naturaleza.

1Cuando hacemos referencia a la sociedad civil la comprendemos compuesta por las formas no estatales, y que por tanto se alejan del control ideológico del Estado..
2Recordemos que la propuesta de Economía Verde y Gobernanza Ambiental fue presentada por el PNUMA y dio el marco de referencia a las discusiones sostenidas en Río + 20 en junio de 2012 en Brasil. Para ver una crítica a estos conceptos y su inviabilidad estructural, puede consultarse Roa y Rodríguez. Economía Verde: al calor de las negociaciones del clima. Bogotá. 2012. Disponible en http://www.censat.org/publicaciones?task=view&id=63&catid=10044
5Ibid
6Ibid
7Veáse: Puche Paco. Dos mil doce, un año clave en la lucha contra AVINA y ASHOKA. Publicado en diciembre de 2012. Disponible en: http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Contaminacion/Dos_mil_doce_un_ano_clave_en_la_lucha_contra_AVINA_y_Ashoka
8Para ampliación del concepto de infantilización regresiva: Guattari, Felix. Las tres ecologías. Pretextos.