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domingo, 12 de diciembre de 2010

La oleada invernal: el clima y el modelo de desarrollo

Lunes, 06 de Diciembre de 2010 00:52 No hay desastres naturales sino respuestas de la naturaleza a las acciones humanas o incapacidades humanas para convivir con la naturaleza.

Una tragedia anunciada
Este año, nuevamente, más de medio país se encuentra gravemente afectado por los efectos de la ola invernal sobre unos territorios, unas comunidades y una institucionalidad que han perdido su capacidad para convivir sin traumatismos con los cambios del clima.
El fenómeno no es nuevo y se suele repetir años tras año. Recordemos que a principios de este año medio país se encontraba afectado por la temporada seca, cuyas manifestaciones más dramáticas eran los incendios forestales y los racionamientos  de agua (o en algunos lugares, la mera amenaza de racionamiento). Casi sin solución de continuidad pasamos de los desastres del verano a los desastres del invierno.
Gustavo_Wilches_Chaux
Los reportes oficiales informan que hasta la fecha en esta temporada invernal se han registrado 161 muertos, 223 heridos, 20 desaparecidos, 1.351.000 personas y 285.149 familias afectadas, 1.785 viviendas destruidas y 229.577 viviendas averiadas.
Bolívar, Magdalena, Córdoba, Sucre, Chocó y Antioquia son los departamentos que registran el mayor número de emergencias, pero el fenómeno afecta a otros muchos  departamentos del país.
No es la primera vez que la Sabana de Bogotá sufre los efectos de una fuerte  temporada invernal, pero el hecho de que el desastre toque a las puertas de la ciudad capital (y se meta a algunos de sus barrios) genera una mayor conciencia sobre la dimensión de los riesgos que todo el país se está viendo obligado a afrontar.
No estamos frente a dramas que solamente ocurren en regiones marginales, sino ante una realidad que también llegó a Bogotá.
Hace pocos días el presidente Santos manifestó que los daños ascienden a 86 mil millones de pesos, y que el Gobierno Nacional recurrirá a un crédito de emergencia por valor de 150 millones de dólares para hacer frente al desastre, tarea en la cual invertirá además otros 25 millones de dólares incautados al narcotráfico[1].
Desastre no natural... aunque es "natural" que se presente
Desde hace casi dos décadas, muchas personas (entre otras las que conformamos LA RED: Red de Estudios Sociales sobre Desastres) venimos insistiendo en la necesidad de quitarles el adjetivo "naturales" a los desastres. Por una simple razón: los desastres no los provoca la naturaleza, sino la incapacidad de las comunidades humanas para convivir tranquilamente con los efectos de las dinámicas naturales.
Esa batalla parece perdida, y todos los días oimos hablar con más frecuencia de "desastres naturales", incluso frente a desastres tan evidentemente generados por descuido humano, como la explosión del pozo "Macondo" en el Golfo de México.
¿Y por qué esa insistencia? No es solamente por inquietud académica ni por terquedad.
Cuando explícita o implícitamente le echamos a la naturaleza la culpa de los desastres, ocultamos los verdaderos factores que los provocan y, en consecuencia, dejamos de actuar sobre las causas, para limitarnos a ver cómo unos organismos de socorro sobrecargados de responsabilidades, intentan -esta vez literlamente- "rescatar a los náufragos".
Mientras tanto, seguimos sin cuestionar una manera de concebir y de llevar a cabo el desarrollo, que cada vez genera más "naufragios".
Las sabanas pertenecieron al agua ¿intenta recuperarlas?
La humanidad se demoró muchas generaciones en comprender que existe una relación de causa-efecto entre el acto sexual y el parto que suele ocurrir en promedio nueve meses después. 
Lo mismo nos sucede ahora con los desastres: a pesar de que la naturaleza habla cada vez de manera más clara y más contundente, todavía no reconocemos la relación de causa-efecto que existe entre determinadas decisiones sobre el desarrollo y la ocurrencia de algún desastre en particular.
La ciudad de Bogotá, con sus casi 40.000 hectáreas construidas y sus ocho millones de habitantes, crece día a día sobre un territorio que, de alguna manera, todavía pertenece al agua y que hasta hace unos 28.000 años ocupó el hoy llamado Lago de Humboldt, que se "desaguó" por el Salto del Tequendama cuando, de acuerdo con la leyenda muisca, Bochica removió ese tapón.
A Fernando Virviescas, ex rector de la Universidad Nacional, le oí por primera vez el dato de que Bogotá y sus alrededores comenzaron el siglo XX con 50.000 hectáreas de humedales y lo terminaron con 600 hectáreas. Lo que quiere decir que a lo largo de aproximadamente 60 años de ese siglo reciente, se desecaron 49.400 hectáreas de humedales para construir esta ciudad.

Gustavo_Wilches1Y así se ve hoy Bogotá. En el recuadro amarillo están el aeropuerto Eldorado y la Avenida 26.

No se necesita la presencia de un agudo fenómeno de "La Niña" como el que ahora afecta a esta región del continente suramericano, para que las fuertes lluvias (que también existen sin "La Niña") ocasionen desastres.
Imprevisión y ambición
Con alguna frecuencia presenciamos las inundaciones en lugares en donde los humedales han sido desecados para construirles encima una barrio o una autopista, o en sectores de Bogotá construidos por debajo del nivel del río Tunjuelito o del río Bogotá.
En otras regiones de Colombia, como la Depresión Momposina, la Mojana o el departamento de Córdoba, en los dominios del Sinú, la dinámica del agua todavía sigue mandando la parada, como lo ha hecho desde que la evolución orográfica del territorio determinó que grandes ríos de lo que hoy es Colombia, como el Magdalena, el Cauca, el San Jorge y el Sinú, depositaran sus aguas en la llanura del Caribe, muchos kilómetros antes de desembocar "oficialmente" en el mar.
Gustavo_Wilches_Chaux1
El territorio mismo fue creando dobladillos, como las ciénagas y los humedales,  que le permitieran acoger las aguas excesivas durante la temporada invernal.
Las culturas que surgieron en estrecho contacto con esas dinámicas, desarrollaron estrategias que no solamente les permitían convivir con las inundaciones, sino que hacían de ellas una bendición.
Eran las culturas que el maestro Orlando Fals Borda llamó "anfibias", de las cuales existen todavía varios remanentes vivos en esa parte del país. 
Gustavo_Wilches_Chaux2
El Bajo Magdalena es uno de los territorios colombianos que pertenecen al agua
No hace más de dos meses un grupo de comunidades vecinas del Bajo Sinú, herederas directas de las estrategias de "gestión territorial" de la cultura Zenú, denunciaron que en los últimos diez años se han desecado en su región cerca de 23.000 hectáreas de humedales y se han construido diques y otras obras de infraestructura para evitar que el agua pueda recuperar los espacios que le han sido arrebatados, para albergar unas cuantas cabezas adicionales del ganado.
En esas condiciones el río no tiene hacia dónde más crecer y, necesariamente, tiene que inundar a los pueblos y ciudades que se han construido en sus orillas. Y en las zonas rurales, alcanzar alturas que superan la capacidad de adaptación de las comunidades de la zona. ¿Qué otra cosa puede hacer?
En esta dramática temporada invernal ha resultado muy interesante oir al ministro de Transporte cuando afirma que la culpa del desastre que afecta a la red vial del país, no se le puede echar de manera exclusiva a la lluvia, sino que hay que tener en cuenta que muchas de las carreteras afectadas han sido diseñadas y construidas sin tener en cuenta las características y las limitaciones del territorio que esas vías atraviesan[2].
¿Quiénes son, entonces, "El Niño" y "La Niña"?
La Tierra es un organismo vivo en permanente movimiento y transformación. El clima y el tiempo (en sentido meteorológico), son dos de las expresiones más evidentes de esa condición cambiante de nuestro planeta.
Los meteorólogos hablan de "variabilidad climática" para referirse a los cambios que de manera permanente experimenta el tiempo, que va desde las estaciones  (primavera, verano, otoño e invierno en los países "de clima templado" y "estaciones secas" y "estaciones lluviosas" en nuestra región intertropical) hasta los cambios que se producen en el curso de un sólo día.
Por ejemplo, el cielo despejado en las mañanas y los fuertes aguaceros en la tarde. Y claro, los cambios del clima en períodos muy prologados, que para el caso de lo que hoy es Bogotá, determinaron que hace unos 12.000 años los hielos cubrieran los cerros orientales y llegaran hasta los actuales límites de la parte plana de Bogotá; o que hace unos dos y medio millones de años la vegetación de la sabana fuera similar a la que hoy encontramos, mil metros más arriba, en el páramo de Sumapaz.
Otra de las manifestaciones de la "variabilidad climática" es el llamado ENOS ó El Niño Oscilación Sur, que comprende una fase de calentamiento de las aguas del Océano Pacífico frente a las costas suramericanas (fase "El Niño"), una fase de enfriamiento de esas mismas aguas por debajo de la temperatura normal (fase "La Niña", como la actual) y una fase neutra, durante la cual esas aguas conservan su temperatura habitual.
El nombre "El Niño" proviene de los pescadores del Perú, que notaron que esa expresión de la variabilidad climática se solía producir en cercanías de la Navidad.
Apenas medio grado
Los estudiosos de ENOS, como el neozelandés Kevin E. Trenberth, del National Center for Atmospheric Research de Boulder, Colorado, explican que "El Niño" se produce cuando durante seis o más meses hay un calentamiento de las aguas oceánicas de por lo menos medio grado Celsius por encima de la temperatura media; y que "La Niña" aparece cuando la temperatura media desciende por lo menos en esa misma cantidad.
De ENOS y sus expresiones, "El Niño" y "La Niña", se afirma que son cuasi-periódicos, es decir, que no aparecen con intervalos totalmente regulares.
Sin embargo, algunos investigadores, aproximando cifras recogidas durante los últimos 50 años, afirman que el periodo de retorno del fenómeno suele oscilar entre tres  y cinco años, mientras que el periodo de retorno de ENOS intensos anda entre los 15 y los 20 años.
Si bien el fenómeno se origina en los intercambios de energía entre el Océano Pacífico central y el agua frente a las costas suramericanas, ese pequeño ascenso o descenso de la temperatura de las aguas del mar basta para alterar totalmente el clima y el tiempo de La Tierra durante los meses en que tiene lugar.
"El Niño" y "La Niña" no se expresan de la misma manera en los distintos lugares del planeta, ni en las distintas regiones dentro de un mismo país.
Así, por ejemplo, en algunas regiones de Colombia, "El Niño" se caracteriza por la ausencia de lluvias, que provocan fuertes sequías, incendios forestales y heladas en las zonas altas, así como un fuerte descenso del nivel de los embalses o presas para la generación hidroeléctrica.
Y "La Niña" suele manifestarse en un aumento  de las lluvias, que a su vez produce inundaciones, deslizamientos, crecientes de ríos, destrucción de puentes, carreteras y de otras obras de infraestructura, la pérdida de cosechas y la destrucción de viviendas como los estamos contemplando actualmente. 
Por supuesto, los seres humanos, sus animales, su economía, su calidad de vida y sus oportunidades se ven gravemente afectadas.
Sin cambio climático, ya se han presentado temporadas muy fuertes tanto de "El Niño" como de "La Niña". "El Niño" de 1982-83, por ejemplo, significó para el Perú pérdidas estimadas en dos mil millones de dólares como resultado de las intensas lluvias en la costa norte y la sequía que afectó el altiplano del sur. 
Como recordamos muchos habitantes de Colombia, entre 1992 y 1993 las sequías provocadas por "El Niño" obligaron al gobierno de Gaviria a ordenar fuertes racionamientos de energía.
En 1997 y 1998, uno de los más fuertes Niños que se han registrado, la temperatura promedio en el país estuvo entre 2 y 5 grados Celsius por encima del valor normal.
El clima,  chivo expiatorio
Los meteorólogos coinciden en afirmar que uno de los efectos esperados del cambio climático es la agudización de este tipo de fenómenos, lo que en la práctica quiere decir que en el futuro vamos a tener temporadas ENOS más frecuentes y más fuertes. Lo que estamos presenciando hoy, bien puede significar que ese futuro ya llegó.
Sin embargo, no podemos tomar ni al cambio climático ni a "El Niño", ni a "La Niña", como chivos expiatorios para echarles la culpa de todos los desastres desencadenados por esas dinámicas hidrometeorológicas.
Si el desarrollo no se lleva a cabo teniendo en cuenta las características de los ecosistemas, con o sin cambio climático vamos a causar y tener grandes desastres.
La actual temporada de "La Niña" ocurre en el momento preciso para servir de "alerta roja", para que el Plan de Desarrollo del gobierno actual sea plenamente consciente de que, o sus cinco "locomotoras" avanzan respetando cuidadosamente la integridad y la diversidad de los ecosistemas (como, entre otras cosas, lo ordena la Constitución Nacional), o tarde o temprano pueden quedar hundidas bajo el agua. La naturaleza no admite apelación.
La naturaleza ha mejorado notablemente sus sistemas de cobro, y cada vez está siendo más evidente y de más corto plazo,  la relación de causa efecto entre las decisiones equivocadas del desarrollo y los desastres que estas generan.
* Doctor en Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, primer director de la Corporación NASA KIWE, miembro fundador de LA RED (Red de Estudios Sociales sobre Desastres en América Latina). Consultor independiente y escritor.   

Cambio Climático: La fuerza de las ideas, los argumentos y los sueños

La Conferencia de la ONU sobre Clima debería concluir en un acuerdo que haga frente a las causas y los costos crecientes del desorden ambiental que amenaza al planeta.


Un nuevo intento
Delegaciones de la mayor parte de los países del mundo asisten en Cancún, México, a una nueva Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático para intentar, como en las anteriores reuniones, llegar a acuerdos multilaterales, decisivos para el futuro del mundo.
Aunque todavía subsisten incrédulos respecto de la responsabilidad de la especie humana en el proceso del calentamiento global, éstos son cada día menos ante las evidencias científicas apabullantes, que están demostrando cómo, efectivamente, nuestra forma de relación con la naturaleza, nuestros patrones de consumo, el uso desbordado de combustibles fósiles y la deforestación, por mencionar sólo algunas realidades, llegaron a incidir sobre el clima del planeta.
Algunos de esos incrédulos cada día están más cercanos a quienes sostenían que la Tierra es plana, o a aquellos que defendían que el universo giraba alrededor de La Tierra, o a quienes, todavía, se empecinan en decir que es imposible el movimiento de los continentes.
Otros persisten en negar las evidencias sobre el cambio climático por las profundas implicaciones que el reconocerlo representa para sus intereses, el de sus patrones y, en ocasiones, el de mecenas generosos.
Pero también hay muchas otras personas a quienes estos temas simplemente no les interesan...Siempre ha sido así.
Poca disposición
Ahora bien, ¿qué tan dispuesta está la sociedad en su conjunto para cambiar los patrones de consumo?,  ¿qué tanto están dispuestos los gobiernos a comprometerse a fondo en cambios estructurales que disminuyan, en unos 40 o 50 años, las curvas de crecimiento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), para llegar a valores en donde el clima no resulte tan afectado?
Parece que hay poca disposición para hacer cambios; los analistas e, incluso, los negociadores, son escépticos respecto de los resultados de la cumbre de Cancún y salvo que se presenten insólitas o novedosas propuestas, o que aparezca una pléyade de gobiernos altruistas con gran peso político y dispuestos a hacer cambios -esos no existen- los resultados están cantados.
No se llegará a los acuerdos sustantivos respecto de la mitigación de GEI, ni sobre el pretendido Fondo de Adaptación.
Seguramente saldrán comunicados altisonantes, en los que dirán cuánto les importa el planeta; eventualmente se llegará a algunos acuerdos generales pero no vinculantes, que deberán ser desarrollados en futuras Conferencias y, eventualmente, se podría llegar a un acuerdo respecto de un mecanismo económico, basado en Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Evitada más conocido como REDD+ o REDD plus.
Los costos para Colombia
¿Qué representa esto para Colombia? ¿Estamos preparados ante los efectos del cambio climático?, ¿Qué tanto nos pueden afectar los fenómenos climáticos extremos -su aumento e intensidad- y las variaciones esperadas por lluvias, sequías, y temperaturas extremas a mediano y largo plazo?, ¿Qué tan vulnerables somos?
Las respuestas a estas preguntas no son buenas.
- En Colombia la mayor parte de la población se encuentra asentada en las zonas Andina y  Caribe.
-La infraestructura vial transcurre en un alto porcentaje por terrenos con altas pendientes, donde la posibilidad de deslizamientos, avalanchas o riadas y la de inundaciones que impidan el tránsito en las partes bajas, son muy elevadas. Entre otras razones, porque el diseño de las vías nunca ha considerado de manera adecuada estos fenómenos y se ha llegado a que, año tras año, haya que destinar cuantiosos recursos para atender las  emergencias repetidas, que bien podrían evitarse con diseños viales apropiados y constructores honestos.
- Si estas son las consecuencias de las condiciones meteorológicas actuales, fácilmente constatables ante las precipitaciones que estamos viviendo con el fenómeno de "La Niña", lo que se espera con el aumento de las lluvias es que se intensifique el aislamiento e, incluso, que se llegue a la parálisis de algunas regiones con las consecuentes pérdidas económicas.
- La región Caribe tiene extensas zonas que históricamente han sido de inundación, donde  - por una inadecuada ocupación del territorio y por la permisividad atribuible a falta de normas o a falta de autoridad que haga cumplirlas- con obras mal diseñadas o mal mantenidas, se ha permitido establecer asentamientos humanos y desarrollar proyectos destinados ellos mismos a sufrir las consecuencias de las  inundaciones.
- En las ciudades andinas, las poblaciones social y económicamente más vulnerables, asentadas en zonas de ladera, son las más susceptibles a las emergencias que ocasionan las riadas y los grandes desplazamientos de tierra.
- Los pobres que viven en las llanuras, en zonas de manglares, en playones o islas, de tiempo en tiempo están sometidos a grandes inundaciones causadas por el crecimiento de ríos y quebradas.
- Además, con el aumento del nivel del mar, se prevé que extensas regiones en el Caribe y en el Pacífico queden sometidas a ser zonas de inundación, de suerte que los poblados tendrán que relocalizarse.
- La Comunicación Nacional de Cambio Climático determinó que los ecosistemas y los sectores productivos, especialmente el agropecuario y el energético, son altamente vulnerables a la disminución de la precipitación pluvial, teniendo en cuenta que los escenarios de cambio climático dan cuenta de que se presentará una disminución de lluvias, entre un 10 y un 30 por ciento, especialmente en las zonas Andina y Caribe.
Se indica, por ejemplo, que alrededor de un 47 por ciento del total de las áreas de economía campesina, el 50 por ciento de las de pasturas y el 43 por ciento del total de generación eléctrica con agua existente y proyectada, registrarán un muy alto impacto por la reducción de la lluvias en el período comprendido entre los años 2011 a 2040.
Compensación por menos emisiones de GEI
Teniendo en cuenta las bajas emisiones de GEI de Colombia -apenas un  0,37 por ciento del total mundial- y el grave daño que ese tipo de contaminación ocasiona en términos ecosistémicos, económicos y sociales, es evidente la importancia que tiene para el país el que se llegue a acuerdos que establezcan metas de reducción de esos gases y la creación de fondos y mecanismos económicos que les permitan a los países con menor capacidad económica y mayor vulnerabilidad, adaptarse a las cambiantes condiciones del clima.
Colombia siempre ha abogado para que no se establezcan límites a emisiones en los países en vías de desarrollo que son bajos emisores, como el nuestro, pero es difícil pensar que las naciones desarrollados y las grandes economías en vías de desarrollo (Brasil, China, India) estén dispuestas a asumir compromisos económicos en materia de adaptación sin que, a cambio, se establezcan también metas de reducción de GEI a los demás países del mundo.
Este tema es el principal escollo que hay que resolver, aunque hasta la fecha no se vislumbran acuerdos en ese sentido.
Pagar por conservar
Respecto del mecanismo económico REDD plus, que permitiría pagarles a los países -mejor aun, a las comunidades- que aún cuentan con bosques para que no los deforesten o para que éstos no se degraden, se ha avanzado en acuerdos previos a la Cumbre de Cancún.
Se calcula que efectivamente es posible que se llegue a un acuerdo vinculante sobre este mecanismo. Las diferencias aún persisten en cuanto a sí la contabilidad sobre deforestación deben hacerse a escala nacional (reporte de país con las cifras de deforestación) o subnacional (reporte por regiones, dada la limitada gobernabilidad que tienen algunos países sobre su territorio).
Este mecanismo puede generar los recursos económicos que en alguna medida permitan coadyuvar para que las comunidades en donde se tienen bosques no los talen y sean protegidos, y para que no se dediquen, además, a actividades con alto poder degradador y contaminante, como es el caso de la minería en el Chocó.
Lo que queremos dejar
Es de esperar que en Cancún se den respuestas a uno de los mayores retos de la humanidad, que representa a su vez la viabilidad o inviabilidad de la búsqueda de soluciones comunes, enmarcado en acuerdos intergubernamentales vinculantes.
Estos acuerdos permitirían reorientar el desarrollo humano hacia prácticas más conscientes sobre la finitud de los recursos naturales, sobre el planeta que queremos dejarles a las generaciones futuras y sobre los valores que queremos inculcarles a nuestros hijos.
El que se tengan fracasos tan grandes en este tipo de acuerdos multilaterales, como en Doha, no es razón para creer que ante la magnitud de las afectaciones climáticas mundiales que se pueden derivar de la inacción, no se pueda llegar a acuerdos.
Esperamos que la razón llegue a los negociadores y que se materialicen algunos acuerdos... Seguramente no se llegará a todos, pero la humanidad ha mostrado, en ocasiones, que el poder de la razón, de los argumentos, de las ideas y de los sueños, ha logrado mejorar situaciones y evitar catástrofes.
* Geólogo, experto en Geología Ambiental, Políticas, Gestión e Información Ambiental.

http://www.razonpublica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1612:cambio-climatico-la-fuerza-de-las-ideas-los-argumentos-y-los-suenos&catid=20:economia-y-sociedad&Itemid=29

Deforestación ha hecho de este invierno una tragedia

Deforestación ha hecho de este invierno una tragedia
La deforestación es uno de los mayores problemas que afronta Colombia en la actualidad, algo que pone en riesgo la biodiversidad nacional. / Unimedios
La deforestación es uno de los mayores problemas que afronta Colombia en la actualidad, algo que pone en riesgo la biodiversidad nacional. / Unimedios
Bogotá D.C., dic. 07 de 2010 - Agencia de Noticias UN - La relación es directa: menos cobertura vegetal es igual a más vulnerabilidad por fenómenos invernales como el actual. En ese sentido, la prevención ha sido casi nula en nuestro país.
Orlando Rangel, autoridad en el tema de biodiversidad y conservación del Instituto de Ciencias Naturales de la UN, asegura que es tal el grado de deforestación que vive el país que en regiones como el Magdalena Medio la cobertura vegetal ya retrocedió hasta el 50% en relación con la distribución original, esto en tan solo en 25 años.
En el país, la pérdida de capa vegetal está cercana al 35%, principalmente en las regiones Andina y Caribe, donde se hallan las mayores concentraciones humanas. Según Rangel, se calcula que la deforestación al año, solo en el Magdalena Medio, es de 82 mil hectáreas. Esto se debe, dice, a que Colombia es un país que consume mucha madera (unos cuatro millones de metros cúbico al año). Asimismo, destaca que solo el 20% de esa madera proviene de plantaciones forestales.
“Si consideramos otros tres puntos geográficos en Colombia, como el Chocó, los Andes y la Orinoquia, tendríamos 240.000 hectáreas anuales que se incorporan a la producción agropecuaria. A esto se deben sumar 130.000 hectáreas anuales de bosque nativo para el consumo de madera y 30.000 hectáreas que se dedican a los cultivos ilícitos, cuyo estimativo oscila entre 400.000 y 450.000 hectáreas de cobertura natural que se pierde cada año en Colombia”, afirma el profesor Rangel.
Por otro lado, asegura el experto, Colombia es un país privilegiado en recursos hídricos debido a su ubicación geográfica entre dos océanos, lo que permite contar con una atmósfera que nos provee de agua en grandes cantidades.
“Esa es una situación que siempre ha sido así. La actual temporada invernal se ha repetido en el pasado, muchas veces. Lo que pasa es que no tenemos registros pluviales históricos que nos permitan hacer valoraciones y comparaciones, mucho menos tomar medidas de mitigación, ha faltado institucionalidad en ese sentido”, resalta el profesor Rangel.
Es como si camináramos a ciegas hacia el futuro; al no conocer los fenómenos meteorológicos del pasado se hace muy difícil prever lo que vendrá en próximos años. Sin embargo, enfatiza Rangel, la academia puede entregar argumentos lo suficientemente sustentados y validados para paliar buena parte de los efectos del clima en una época en que la cobertura vegetal no es la misma de décadas atrás.
“Si fuéramos conscientes de nuestra situación tan excepcional como país, podríamos adoptar ciertas medidas de prevención para mitigar el impacto, porque este tipo de inviernos no será el último, vendrán muchos más. En el país se deben adoptar medidas fuertes para evitar la creciente pérdida de cobertura vegetal, porque en mi opinión ese es uno de los mayores problemas que tiene el país”, indicó el profesor.
También explica que la deforestación ha hecho de este invierno una tragedia debido a que no se le está permitiendo al agua tener los ciclos normales de circulación y recarga. Como nos lo enseñan desde los primeros años de colegio, el agua se evapora, asciende para recargar las nubes y luego una buena parte se precipita.
Parte del líquido que cae es utilizado por la vegetación, otra parte entra a las correntías del subsuelo y otra retorna al mar o a los sitios de captación natural.
“Cuando la capa vegetal es retirada no hay nada que permita amortiguar los excesos de agua y por eso la tierra se satura, no hay barreras naturales de protección. Esa sobrecarga de agua es la que produce los movimientos en masa”, detalla Orlando Rangel.
Es por eso que las escenas de carreteras taponadas se repiten a lo largo y ancho de la Región Andina del país, donde ha sido borrado del mapa cerca del 60% de los bosques que ayudaban a “amarrar” la tierra.
El mensaje del profesor Rangel es directo: las instituciones oficiales no deben ver a la academia como un rival sino como un aliado para buscar soluciones ante fenómenos como la deforestación y el cambio climático.
Sin un sector estatal con criterios técnicos y científicos de calidad, sustentados en investigaciones y proyecciones de largo tiempo, el país seguirá improvisando en temas como el del invierno y lamentándose cada año.


miércoles, 3 de noviembre de 2010

CONOCE TODO SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO

Este link los llevara a una pagina en donde podran despejar todas sus dudas sobre el cambio climatico, sus causas, sus efectos, el que se puede hacer al respecto y otros aspectos mas. Visitenlo.
http://azulambientalistas.org/cambio-climatico.html

sábado, 30 de octubre de 2010

S.O.S. Colombia: el departamento del Valle se declara ya incapaz de asumir los gastos que demanda la recuperación de la cuenca del Dagua. 2010-10-18


¿Quien podra defendernos? Sin terminar aún la amenaza que se cierne sobre el equilibrio ecológico del Pacífico vallecaucano, el departamento del Valle se declara ya incapaz de asumir los gastos que demanda la recuperación de la cuenca del Dagua en el corregimiento de Zaragoza. La pregunta es entonces quién va a asumir la responsabilidad de los inmensos daños que se han ocasionado tanto en ese río como en el Anchicayá, o en el Escalerete, a la altura de la reserva forestal de San Cipriano. Quizá parezca innecesario machacar sobre el daño que se ha causado al equilibrio ecológico de una de las reservas naturales más ricas e importantes de Colombia. Tal vez el reclamo reiterado para que las autoridades municipales, departamentales y nacionales impidan, o por lo menos detengan, el ecocidio que allí se ha producido, suene a una injusta persecución contra la explotación de recursos que genera empleo e ingresos para la gente necesitada. Pero lo cierto es que tanto el río Dagua en su paso por Zaragoza como los ríos del Pacífico colombiano que cruzan por una zona donde la depredación crece a diario, están amenazados por la fiebre de oro cuyos beneficiarios son pocos negociantes que explotan a miles de personas, quienes arriesgan su vida para encontrar unos cuantos gramos del preciado mineral. Y además del daño que se le está causando a la naturaleza, de la ya larga lista de muertos y heridos que deja la ambición, esta amenaza ya enorme se cierne sobre la cabecera municipal de Buenaventura y sobre los habitantes de las riberas de los ríos, antes remansos de paz y reservas naturales envidiadas en el mundo. En efecto, el primer resultado de no hacer nada es el bloqueo frecuente de la única vía que comunica a esa ciudad con el interior del país. El segundo es la inminente posibilidad de destruir la fuente de agua potable para más de 250.000 personas. Y el tercero es el hecho cierto de que al crecer el volumen de residuos sólidos en la bahía de Buenaventura, el cierre de la navegación será una posibilidad cercana. Son realidades, que conocen las autoridades, y de las cuales sólo puede culparse a la falta de decisión política para detener tan grave amenaza. Y frente a ella, la CVC, atrapada en los enredos políticos del PIN, o la alcaldía de Buenaventura y el Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente, que no cesan en pasarse la pelota, parecen incapaces de detener lo que a todas luces es el peor atentado contra el equilibrio ecológico en el Valle y el Pacífico. Que afecta las posibilidades de desarrollo económico de todo el país, incluida Buenaventura; que amenaza la infraestructura y hace temer por una tragedia de proporciones incalculables. La declaración del Departamento sobre su incapacidad para recuperar la cuenca del Dagua es sólo una de las facetas de los desastres que se están produciendo en el Pacífico a partir de la renuencia de las autoridades nacionales y municipales para intervenir y ejercer el principio de autoridad que se requiere en el deber de proteger a la sociedad de las ambiciones individuales que destruyen el medio ambiente. Fuente: elpaís.com.co Un Aporte de: Maria Fernanda Patiño, Asesora Ambiental, SOEKO - Soluciones Eco Integrales, consultor.ambiental@soeko.com.co

miércoles, 20 de octubre de 2010

Los arrecifes de medio mundo se están muriendo por el cambio brusco de temperatura

Autor:Mónica Garriga
Sídney (Australia), 20 oct (EFE).- Los arrecifes de medio mundo se están muriendo a causa del tercer cambio brusco de temperatura de los océanos registrado en doce años, alertó hoy el biólogo marino australiano Andrew Baird.
"Parece que se está repitiendo el trágico blanqueo de corales de 1998", cuando un repentino cambio de la temperatura del agua de los mares afectó a cerca del 16 por ciento de los arrecifes existentes en todo el mundo, dijo Baird a Efe.
El proceso se debe al paso, hace unos meses, de una gran masa de agua muy caliente por la región oriental del Océano Indico que hizo desaparecer algunas de las algas con las que los corales tienen una asociación simbiótica y sin las cuales mueren de inanición.
La zona dañada es, posiblemente, la más grande conocida hasta la fecha, advirtieron científicos del Centro para la Excelencia de los Estudios de Arrecifes de Coral del Consejo Australiano de Investigación (ARC), dentro de la Universidad de James Cook, en el que trabaja Baird.
"Hablamos de una distancia de unos 12.000 kilómetros, que cubre un tercio de la Tierra" en una línea casi recta pasando por encima del Ecuador, que abarca desde las islas Seychelles hasta Palau, pasando por Indonesia, señaló el biólogo.
El espacio incluye el famoso Triángulo de Coral, que comparten Malasia, Filipinas, Indonesia, Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón.
"No todos los países del Triángulo están afectados por el blanqueamiento que hemos observado, ni todas las áreas afectadas están dentro del Triángulo", detalló Baird.
Las temperaturas no cambian de la misma forma en todas partes y, por eso, algunas zonas del Triángulo y algunos tipos de corales sufren más que otros.
"Un 80 por ciento de las colonias de acróporas y un 50 por ciento del resto de especies han desaparecido desde que se inició el blanqueo este año", dijo Baird.
"Ello significa -añadió- que la superficie de corales en la región puede reducirse de un 10 a un 50 por ciento, en cuyo caso tardaría años en recuperarse y perjudicaría a la industria pesquera local además del sector turístico regional".
El ecologista señaló que la muerte de los corales "es otro desastre que afecta a distintas poblaciones de forma desproporcionada, y eso es muy importante".
Explicó que los pueblos de pescadores, que son los que tienen una huella ambiental menor, pierden su modo de subsistencia, mientras que los habitantes del primer mundo notan la desaparición de los corales porque se quedan sin poder hacer submarinismo.
"Los arrecifes de la región son el sustento de decenas de millones de personas que viven del mar, por lo que juegan un papel vital tanto en la economía regional como en la estabilidad política", dijo el biólogo.
Baird puso a modo de ejemplo la provincia de Aceh, en el norte de la isla de Sumatra, en el oeste de Indonesia, uno de los puntos más castigados por la muerte de los corales.
"Es necesario que todos hagamos un esfuerzo para controlar las emisiones de dióxido de carbono, pero además que los gobiernos en el mundo desarrollado tomen acción inmediata para parar el cambio climático", concluyó Baird.
Los cambios en la Gran Barrera de Coral de Australia, de producirse, empezarán a notarse a partir de enero y febrero de 2011, cuando entren las corrientes de agua más templada.
El peligro principal es que se repitan los estragos de 1998 y 2002, cuando el 40 por ciento de los arrecifes del tesoro natural australiano quedó damnificado.
Los signos preliminares no son alentadores, porque la temperatura en la superficie del mar alcanzó su punto máximo a finales de mayo y al mes siguiente el estrés térmico por calor acumulado superaba ya el nivel de 1998, según datos de la página de Internet de los Puntos Calientes del Coral de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de EEUU y de Baird, respectivamente.
Las autoridades australianas dividieron en 2004 la Gran Barrera de Coral en varias zonas con distinto grado de protección, y ampliaron la extensión de la reserva en un 4,5 por ciento (casi un millón de kilómetros cuadrados adicionales). EFE

Estás en http://www.efeverde.com/ de la Agencia EFE. Información agroganadera en: http://www.efeagro.com/

PRIVATIZACION-AGUA-EFICIENCIA-INEQUIDAD

PRIVATIZACION-AGUA-EFICIENCIA-INEQUIDAD

La entrega del manejo del agua al sector privado se ha estudiado poco. Expertos dicen que si bien el modelo ofrece eficiencia, puede ir en contra de la equidad y el carácter público del recurso.

El agua es un bien público que todo ciudadano tiene derecho a usar. Es un bien esencial que no tiene sustitutos y sin el cual no prosperaría la vida. Y es, además, un bien de interés económico, necesario para el desarrollo de múltiples actividades, como la industrial y la agrícola.

Nohra León, geógrafa e investigadora del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA), de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, considera que una de las grandes dificultades en la gestión y regulación del agua es la de asignarle un valor, debido a que es una sustancia natural, no renovable, que no debería ser vista como un producto del mercado.

No obstante, la experta explica que se han diseñado mercados hipotéticos para tratar de establecer un precio que responda al uso racional del recurso, pues debido a su carácter de bien público es susceptible a la degradación por exceso de uso.

Para el economista Luis Diego Vélez, de la Facultad de Minas de la UN en Medellín, el agua como recurso estratégico es objeto de diversos procesos que implican su trato como mercancía. La Ley 142 de 1994 permitió su manejo empresarial, y aunque no significa la privatización total, desconoce el carácter de derecho fundamental, como lo establecen varias resoluciones de las Naciones Unidas, argumenta el experto.

“A menudo, la raíz del conflicto es por el valor que los diferentes actores le atribuyen. ¿Es un bien cultural? ¿Un bien económico para obtener ganancias? ¿Un bien político para tener poder? En realidad puede ser la combinación de estos interrogantes, y se adecúa al momento y espacio en que se le quiera definir”, argumenta Vélez.

Si bien en Colombia la oferta superficial de agua es casi cien veces mayor que la demanda, las principales reservas se encuentran en regiones poco pobladas, como Orinoquia, Chocó y Amazonas, mientras que en la Zona Andina, donde se ubica el grueso de la población, solo se cuenta con el 15% de la oferta total, afirma el economista de la Sede Medellín.

Ese 15% tiene que ser repartido entre agricultura (54%), uso doméstico (29%), uso industrial (13%) y uso pecuario y otros servicios (4%), según proyecciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). En el papel, la prioridad es el consumo humano, pero en la práctica, ese derecho riñe con otros intereses que reflejan las maneras en que se presenta la privatización del líquido.

La profesora Nohra León expone como ejemplo los acuíferos de la Sabana de Bogotá, que por años fueron exprimidos por la industria privada de la floricultura. “En el IDEA denunciamos ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca el despilfarro en los cultivos que tomaban el agua subterránea. Esto ocurría mientras municipios de la Sabana sufrían desabastecimiento de agua potable. Uno se pregunta: ¿dónde queda la regulación, control y vigilancia oficial en estos casos?”.

Diana Tovar Pinilla, egresada de la Maestría en Ambiente y Desarrollo del IDEA, expone en su investigación que la Ley 365 del 2005 generó un debate nacional ante la posibilidad de instaurar lo que se denomina Sistema de Derechos Transferibles, el cual justifica el manejo del recurso en manos privadas para responder a criterios de eficiencia, optimización y sostenibilidad.

“Son diversas las críticas que se hacen por la implementación del sistema, como el hecho de no dar señales que reflejen la insuficiencia real del recurso, así como la imposibilidad de incorporar criterios de distribución equitativos, dejando por fuera a la población más vulnerable”, dice la investigadora.

En una encuesta a las corporaciones ambientales del país, Tovar determinó que “Colombia carece de información y tiene poca capacidad institucional para enfrentar el mercado del agua”. Por tanto, “el Estado debería mantener su carácter de bien público, como patrimonio de todos los ciudadanos, que garantice el desarrollo equitativo y sostenible”, concluye.

Para Jairo Sánchez, experto en economía ambiental del IDEA, el problema no es la privatización de algunas fases de la gestión del agua, sino entregarle toda la responsabilidad de la regulación al sector privado.



jueves, 14 de octubre de 2010

Robo en oleoducto amenaza biodiversidad en Nariño

Robo en oleoducto amenaza biodiversidad en Nariño
Jueves 7 de octubre de 2010.

La Reserva natural de las Aves El Pangan está ubicada en el municipio Barbacoas, Nariño, es el área protegida más importante en las estribaciones del Chocó. Más de 8.000 hectáreas de selvas tropicales, prístinas y excepcionalmente diversas donde se protege un sinnúmero de especies amenazadas y endémicas propias del pacífico colombiano.
Lamentablemente uno de los principales oleoductos de Ecopetrol corre por un lado de la Reserva y el cual queda dentro de la ruta Amazonas - Tumaco en la costa del Pacífico. En diferentes puntos y a lo largo de este oleoducto específicamente en lugares denominados El Barro, Mirador de tajadas, Junín y La Guarapería, todos colindantes con la Reserva, gente sin ningún escrúpulo ha establecido puntos de tráfico y extracción de combustible ilegal.
Aprovechando las facilidades que brinda la selva, el crudo se procesa en gasolina y se vende a los productores de coca para procesar la hoja de coca con el propósito de obtener pasta de cocaína, lo cual por un lado reduce los costos de la producción por lo que los beneficios son mayores y por el otro evadir el efectivo control de las autoridades que regulan el movimiento de gasolina, desafortunadamente el problema ha seguido en aumento.
El impacto ambiental que genera esta extracción se convierte en un problema que crece rápidamente, especialmente por los productos secundarios de la refinación rudimentaria e ilegal que generan las mal denominadas "cocinas" ya que dichos desechos que son liberados directamente en los arroyos y ríos.
Trampas para impedir el paso del crudo
Frente a esta situación Ecopetrol y ProAves han unido esfuerzos para recuperar varias áreas que han sido dañadas por los derrames de petróleo. Ecopetrol ha cerrado algunos puntos utilizados para la extracción del crudo, mientras avanza con los procesos de recuperación y mitigación del impacto en las zonas donde ya se encuentran fugas.
Dentro de las medidas adoptadas se menciona el montaje de trampas en quebradas y ríos que permiten el paso del agua evitando que pase el crudo y sea más fácil su recolección; así mismo, la tierra afectada es tratada con cal, que ayuda a recuperar parcialmente el suelo y la vegetación contaminada.
Zonas tratadas por Ecopetrol con cal para neutralizar la acción del petróleo
Es importante resaltar la importancia de la generación, consolidación y fortalecimiento de alianzas estratégicas con organizaciones y con la comunidad, quienes con su compromiso contribuyen a detener el robo del petróleo y la recuperación del medio ambiente. Mucha gente de las comunidades de El Barro, Mirador de Tajadas, Junín y La Guarapería han ayudado a localizar los derrames y han actuado con prontitud para mitigar los impactos ambientales.
http://www.proaves.org/article.php?id_article=926

Se necesitan dos Tierras para mantener el consumo

El descenso de la biodiversidad, unido al aumento de la demanda de recursos, ha superado la capacidad regenerativa del planeta

MIGUEL ÁNGEL CRIADO Madrid 13/10/2010
De seguir el ritmo actual de degradación del medio ambiente y, en paralelo, el aumento de la demanda de recursos, la humanidad necesitaría dos planetas como la Tierra en 2030. En su nuevo informe Planeta Vivo, la organización ecologista WWF muestra cómo estos dos fenómenos, el descenso de la biodiversidad y el aumento de la huella ecológica, están provocando el colapso de la capacidad del planeta para recuperarse. "Sólo una apuesta por las energías renovables y un cambio drástico en la dieta alimenticia podrían cambiar este destino", aseguran desde WWF.
El informe, que se publica cada dos años y en el que colaboran la Sociedad Zoológica de Londres y la red Huella Global, analiza por un lado la salud de los diferentes ecosistemas y, por el otro, el uso que hacen los humanos del planeta para satisfacer sus necesidades. Por último, dibuja dos escenarios: el probable, si se sigue con la gestión actual, y el posible, si se reduce el impacto humano sobre el medio.
Desde 1970, año de la primera recogida de datos, el Índice de Planeta Vivo (IPV), que mide el estado de la biodiversidad, ha bajado en un 30%. Para obtenerlo, los ecologistas han analizado la situación de casi 8.000 poblaciones de 2.544 especies de vertebrados. Entre las razones de la destrucción de los ecosistemas, el informe señala la pérdida del hábitat, la sobreexplotación, la contaminación o la introducción de especies invasoras. En todas ellas se aprecia la mano del hombre.

Diferencias norte-sur

Cuando se desagregan los datos por grandes zonas geográficas, puede verse cómo la biodiversidad del hemisferio norte no sólo no ha empeorado, sino que incluso, en la zona euroasiática, la salud de las especies ha mejorado en un 43%. Aunque la implantación de medidas de protección ha ayudado, la realidad es que, como explica el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, "los grandes cambios aquí se produjeron mucho antes de 1970". Pero el descenso dramático de la biodiversidad se está produciendo en el sur. En las zonas intertropicales, la bajada ha sido del 60%, en especial en el sureste asiático y la América tropical y sus mares.
El caso de estas dos últimas es el mejor ejemplo para relacionar el descenso de la biodiversidad con el aumento de la huella ecológica. Esta mide la demanda de la humanidad sobre la biosfera y la capacidad de esta para recuperarse. Aquí entran la tierra necesaria para dotar de comida, abrigo o infraestructuras para sostener la vida humana, el agua consumida y el espacio necesario para capturar el CO2 que todo esto emite.
El ser humano ya traspasó el umbral de equilibrio entre sus necesidades y la capacidad de recuperación del medio en 1970 y, desde entonces, la humanidad vive por encima de las posibilidades del planeta: hoy se necesitan 1,5 planetas para obtener sus recursos, que serán dos en 2030 si nada cambia y tres en 2050.
Aquí vuelven a aparecer las desigualdades. Si todos los habitantes del mundo consumieran lo que un ciudadano medio de EEUU, se necesitarían los recursos de 4,5 planetas como la Tierra. Si se ajustara a los consumos de India, sobraría la mitad del planeta.
La propuesta de WWF es doble. Por un lado, elevar hasta el 95% el total de las renovables en el mix energético. Pero, aunque las emisiones de carbono son la principal causa de la huella ecológica, "aún seguiríamos necesitando más de una Tierra", recuerda Del Olmo. La otra pata de su propuesta es cambiar la dieta. Teniendo en cuenta que la ONU estima que habrá 9.200 millones de personas en 2050, el modelo de consumo basado en los animales es insostenible. "Habrá que plantearse un reparto más equitativo de los recursos", dice Del Olmo.

La relación directa entre biodiversidad y huella ecológica

¿Cómo se mide la biodiversidad?
Para establecer la salud medioambiental del planeta, el informe ha establecido un índice (de valor 1 en 1970). Como si fuera una bolsa de valores, se computan las fluctuaciones anuales de las distintas especies. El descenso de biodiversidad desde entonces ha sido del 30%.
¿Qué es la huella ecológica?
Mide el área de tierra biológicamente productiva y el agua necesaria para proporcionar los recursos renovables que la gente utiliza e incluye el espacio necesario para infraestructuras y la vegetación para absorber el dióxido de carbono (CO2). La huella ecológica de la humanidad se ha duplicado desde 1966.
¿Cómo se calcula la biocapacidad?
La biocapacidad de un país está determinada por dos factores: por un lado, el área de cultivos, tierras de pastoreo, zonas pesqueras y bosques; y, por otro, su nivel de productividad. Hay países poco desarrollados que, a pesar de su baja productividad, son ricos en recursos. Otros, como Australia, combinan desarrollo con alta disponibilidad.
¿Por qué crece el uso de recursos?
A más población, mayor huella ecológica. La ONU estima que, en 2050, habrá 9.200 millones de personas en el planeta, más del 50% en ciudades. El desarrollo actual de Brasil, China o India está provocando que el consumo de sus habitantes crezca, acercándose al de los occidentales. Estos son aún los responsables de un tercio de la huella global. La necesidad de nuevas tierras, agua para regarlas e infraestructuras conllevarán, en el modelo actual, más emisiones, y el desequilibrio entre biodiversidad y huella aumentará. 

Tres Españas y media para los españoles

71 Biocapacidad
España ocupa el puesto 71 (de una lista de 150 países) en el ranking de biocapacidad, que mide el área realmente disponible para producir recursos naturales y absorber CO2. Los países con mayor biocapacidad son Gabón, Bolivia y Canadá.
19 Huella ecológica
El proceso de desarrollo vivido en España en las últimas décadas ha provocado que su huella ecológica se doblara. Ahora ocupa el puesto 19, necesitando cada español una media de 5,4 hectáreas.
3,5 Recursos ajenos
Con el actual ritmo de consumo, los españoles están usando los recursos propios de 3,5 Españas. Buena parte de su huella ecológica no se nota aquí, sino en los países de donde se obtienen los recursos que utilizan.
 
http://www.publico.es/ciencias/341339/se-necesitan-dos-tierras-para-mantener-el-consumo

lunes, 11 de octubre de 2010

DOCUMENTOS, LINKS Y LECTURAS DE INTERES PUBLICADAS POR USTEDES....

Hola muchachos, en este espacio podrán subir los links de sus vídeos, comentarios, escritos, artículos, aportes de sus trabajos finales, etc., de gran relevancia para todos nosotros y obviamente para el mejoramiento del medio ambiente.

jueves, 7 de octubre de 2010

Minería amigable con el ambiente y en contra de la ilegalidad


Medellín, oct. 06 de 2010 - Agencia de Noticias UN– Colombia será más estricta a la hora de hacer controles para que la minería no afecte el medio ambiente y se hará más presión para judicializar la minería ilegal.
El anuncio lo hicieron los jefes de cartera de los ministerios de Minas y Energía y de Ambiente durante la sexta versión de la Feria Minera Internacional, que se realiza en Medellín.

Beatriz Uribe Botero, Ministra de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, explicó que el país ya cuenta con el Código Minero de 2010, en el que se establecen las áreas donde está prohibido realizar actividades mineras.

“En los parques nacionales, en los páramos no se puede hacer minería. De manera que lo que haremos de la mano con el Ministerio de Minas es continuar asegurando que en aquellas zonas donde esta actividad está prohibida no se realice, y en las que tienen permiso sea una actividad responsable en lo ambiental y en lo social”, expresó.

Afirmó, además, que hace dos días el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, expidió el decreto reglamentario de la Ley 133 Sancionatoria Ambiental, que había liderado la administración de Álvaro Uribe.

“Esta nos da todas las herramientas para continuar con nuestras actuaciones de sanción y suspender la minería ilegal e intervenir cuando se hace minería legal, pero sin responsabilidad social y ambiental”, dijo.

Entre tanto, el Ministro de Minas y Energía, Carlos Rodado Noriega, dijo que se hará un seguimiento especial al tema de seguridad industrial y que en Colombia se judicializará fuertemente la minería ilegal, por lo que se dará capacitación en el tema a jueces, policías y fiscales. Igualmente, se creará una unidad de delitos mineros en la Fiscalía.

“Vamos a llevar al Conpes un documento donde se propone la creación de una unidad interinstitucional para combatir los delitos mineros. La minería ilegal está elevada a la categoría de un delito y necesitamos que haya una judicialización a una parte de la minería que lamentablemente en Colombia se desarrolla sin respeto por la normatividad y que es destructiva del ambiente”, explicó.

Durante el acto de instalación de este evento internacional, el Gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, anunció la creación de los centros de formación minera. El primero de ellos estará ubicado en el municipio El Bagre, donde se hará formación en todo lo relacionado con minería, fundamentalmente de oro. El segundo será en Amagá, donde se capacitará en temas sobre carbón.

“Serán dos inversiones muy importantes para fortalecer la minería, (…) esperamos sacar la licitación antes del mes de noviembre y hacer los trabajos muy rápido”, agregó.

El primer mandatario de los antioqueños dijo, además, que en la región del Urabá se adelantan estudios de exploración de carbón hasta  noviembre. “La calidad de ese mineral de allí es de una alta densidad y eso nos da unas perspectivas muy grandes, estamos esperando los datos definitivos de las cantidades, pero podría llegar a convertirse en el primer ingreso del departamento”, explicó.

domingo, 3 de octubre de 2010

Noticias Uno Colombia Páramos y reservas forestales amenazados por minería

http://www.noticiasuno.com/noticias/pramos-y-reservas-forestales-amenazados-por-minera.html

Link que nos conduce a preocupante noticia en donde nisiquiera las reservas forestales y paramos se salvan de licitaciones y reque4rimientos para procesos de gran controversia de minería tan de moda en América latina. hasta donde llegara nuestras ansias de dinero sin pensar en el ambiente y en nuestro futuro??????????????

sábado, 2 de octubre de 2010

Los ríos del mundo se encaminan a una crisis sin precedentes, según Nature

Mie, 29 sep, 2010
 
Un informe internacional demuestra por primera vez el impacto en los ríos de todo el planeta. El estrés ambiental, la escorrentía agrícola, la contaminación y las especies invasoras amenazan los ríos que sirven al 80% de la población mundial. Según el estudio, que se publica en Nature, estas amenazas también ponen en peligro la biodiversidad del 65% de los hábitats de los ríos.
El equipo internacional ha cuantificado a nivel mundial el impacto de estos factores de estrés en humanos y en la biodiversidad rupícola a través de una serie de mapas. “Ya no podemos seguir examinando la seguridad del agua para los humanos y las amenazas de la biodiversidad de forma independiente”, declara Charles J. Vörösmarty, autor del estudio, director de la Iniciativa Ambiental Cruzada de la Universidad de la Ciudad de Nueva York y profesor de Ingeniería Civil en la Escuela de Ingeniería Grove (EE UU).
“Necesitamos vincular ambas. El marco sistemático que hemos creado nos permite mirar al dominio humano y al de la biodiversidad en el mismo campo de juego”, añade el científico. El marco ofrece una herramienta para priorizar las respuestas de política y gestión de una crisis mundial del agua.
Muchos factores de estrés amenazan la seguridad del agua como los embalses que conllevan pocos efectos negativos en el suministro de agua de los humanos pero desafían “significativamente” la biodiversidad acuática ya que dificultan las rutas de migración y cambian los regímenes del flujo del agua.
“Tal y como sucede con la medicina preventiva, el estudio demuestra que diagnosticar y después limitar las amenazas en su fuente de origen local, en lugar de a través de costosos remedios y rehabilitación, es más efectivo y es el enfoque más sensato para asegurar la seguridad mundial del agua tanto para los humanos como para la biodiversidad acuática”, aclara Vörösmarty.
Los investigadores han integrado mapas de 23 factores de estrés diferentes y los han combinado en un sólo índice. “En el pasado, los diseñadores de políticas han estado ocupados tratando un problema cada vez. La imagen es más rica y con más significado cuando se consideran todas las amenazas de forma simultánea”, explica Peter McIntyre, autor principal del estudio, y profesor adjunto de Zoología en la Universidad de Wisconsin (EE UU).

Contaminación y estrés ambiental perjudican a los ríos

El estudio, que se publica en la revista Nature, ha permitido el análisis de los efectos de la contaminación, las presas y embalses, el uso excesivo del agua, las escorrentías agrícolas, las pérdidas de pantanos y la introducción de especies invasivas. Según los autores, los resultados son “cautelosos”, porque no cuentan con la suficiente información de factores de estrés adicionales como compuestos farmacéuticos y residuos mineros.
Los investigadores hallaron altos niveles de amenazas de incidentes para la seguridad del agua de los humanos en países desarrollados y en vías de desarrollo en todo el mundo. Entre las zonas afectadas se encuentran EE UU, prácticamente toda Europa y gran parte de Asia Central, Oriente Medio, el subcontinente indio y el este de China.
“Hemos desvelado un amplio operativo de la gestión principal a escala mundial. En el mundo industrializado, tendemos a comprometer nuestras aguas superficiales y, después, intentamos solucionar los problemas invirtiendo billones de dólares en cada uno de ellos. Podemos permitirnos hacer eso en los países ricos, pero los pobres no pueden correr con esos gastos”, declara Vörösmarty.
Los investigadores señalan que existen muchas soluciones efectivas en cuanto al coste. Por ejemplo, los ingenieros pueden revisar las normas de funcionamiento de las presas para obtener beneficios económicos al mismo tiempo que proporcionan la liberación del agua río abajo para conservar el hábitat y la biodiversidad. “Es necesario un enfoque más económico”, sostiene el autor.
Una estrategia denominada gestión integrada del recurso del agua, que equilibra las necesidades de los humanos y la naturaleza, podría cumplir este doble reto de establecer la seguridad en el agua para las personas y conservar la biodiversidad en el mundo en vías de desarrollo.
Fuente: SINC

Tu opinion cuenta........ participa y debate.

viernes, 1 de octubre de 2010

El río Amazonas, en riesgo de secarse

AMAZONÍA | El más caudaloso del mundo

El río Amazonas, en riesgo de secarse

Un muelle en la parte colombiana del río Amazonas. | Gobierno de Amazonas
Los pilotos de las aerolíneas y turistas que llegan hasta Leticia, sur de Colombia, son los más sorprendidos. El río Amazonas, considerado el más caudaloso del mundo está reducido a enormes playas de arena. Gran cantidad de agua desapareció y el intenso verano que sacude al país amenaza con extinguir lo que queda.
Desde el aire se divisan los estragos de la sequía. En la tierra el problema es aún mayor. Los pobladores no ven la lluvia desde hace dos meses y han tenido que presenciar la desaparición del río Amazonas al que adoran y exhiben a nivel mundial.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), lanzó una voz de alarma y advirtió que el Amazonas pasó de 13 y 15 metros de profundidad a seis metros en sólo dos semanas en áreas donde tienen estaciones de control, un bajonazo nunca antes visto, según las autoridades ambientales del sur de Colombia.
Lo preocupante es que enormes embarcaciones cargadas con enlatados, cerveza, víveres y demás no pueden llegar hasta el puerto de Leticia, capital de Amazonas, porque quedan ancladas por falta de profundidad.
La mercancía es sorteada por expertos nadadores que ganan dinero transportándola hasta el muelle porque los barcos llegan a 300 metros distancia. Los braceadores (nadadores), han encarecido el transporte de la mercancía y movilizarla se ha convertido en un dolor de cabeza.
Y es que a Leticia sólo se llega por barco y avión. En la región no hay carreteras y la mayoría de los pobladores, en su mayoría de escasos recursos, tienen que moverse por vía fluvial porque resulta más económico.
Más de 100 toneladas de alimentos están represadas y no han podido ser movidas desde distintas regiones del Amazonas a espera de las lluvias, la creciente del río y el retorno de las embarcaciones.
Jairo Jimeno López, quien nada en el Amazonas desde hace 35 años, dice que jamás había visto tan reducido el río. "Los peces se ven por encima, desde las canoas se alcanza a ver la profundidad cuando eso no sucedía", dice con cara de asombro.
Lo mismo repite Olbar Andrade, gobernador del Amazonas, quien se muestra alarmado por la noticia. "El problema no es nuevo, desde hace varios años veo como el agua desaparece, pero este año la situación ha empeorado. Veíamos que el río corría con fuerza y hoy no sucede lo mismo", expresa al destacar que le preocupa la gran cantidad de peces y animales acuáticos que puedan morir como consecuencia de la sequía.
Ricardo José Lozano, director del Ideam en Colombia dijo a ELMUNDO.es que aunque en Colombia la situación del río Amazonas es alarmante, en Perú y Ecuador es peor.
Y cita el periódico El Comercio de Perú donde se informa que el bajonazo en el caudal del afluente contempla un racionamiento de agua potable en Iquitos ya que el Instituto de Hidrología y Meteorología de Perú Senamhi reporta que el afluente más caudaloso del mundo se reduce de 15 a 25 centímetros día.
El otro problema que surge con la sequía es la perdida de encanto turístico del Amazonas. Decenas de turistas llegaban hasta Leticia a contemplar los chorros de agua, la espesa vegetación y enormes embarcaciones que cruzaban de un lado hacía otro. Hoy el panorama es distinto.
"Esperamos que el río se recupere con la llegada de la temporada invernal", dice Margarita Forero, inversionista del sector turismo quien critica que el famoso muelle de Leticia es hoy un nido de lodo, basura y tierra.
El Ideam promete que las lluvias retornarán en octubre, el comercio sigue perdiendo dinero, los barcos están parados y los alimentos se siguen perdiendo.
Los dolientes del río buscan limpiar basura, plásticos y residuos arrojados a orillas del Amazonas ya han sacado 54 toneladas de residuos inservibles. Aunque prometen descontaminarlo, las ayudas son paños de agua tibia porque lo que se busca es agua. http://www.elmundo.es/america/2010/09/15/colombia/1284575134.html

Despues de haber leído esta noticia, realiza una reflexión y participa publicando tu entrada, para así mostrar tu punto de vista respecto a este importante tema que nos toca a todos.

Constitucion politica de Colombia y Medio Ambiente.

ARTICULO 79. Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo.
Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines.
ARTICULO 80. El Estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución.
Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados.
Así mismo, cooperará con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas. 

Respecto a estos dos artículos escribe tu reflexión respecto al tema, a nuestros actos desmesurados, sobre el medio ambiente, la participación que tenemos como estado colombiano en la preservación de lo nuestro y la importancia que le damos a todo esto.................

Que los colombianos produzcamos aquí todos o casi todos los alimentos que requiramos para sobrevivir como nación de Jorge Enrique Robledo Castillo, el El Martes, 07 de septiembre de 2010

Apartes de la conferencia dictada por el senador Jorge Enrique Robledo en el IV Foro por la Defensa del Derecho a la Seguridad Alimentaria y Nutricional en Colombia, Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Obsan)-Facultad de Nutrición de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2 de junio de 2009.

La población campesina es desplazada por la violencia, pero también por la pobreza. La globalización neoliberal, un detonante. Importaciones de alimentos sustituyen trabajo nacional por extranjero. Alimentos, un bien esencial para la supervivencia. Qué es la seguridad alimentaria. Economía agropecuaria de tipo dual. La sola reforma agraria es insuficiente en el contexto de la globalización. Debe impulsarse una política proteccionista.

Detrás del conflicto colombiano hay un inmenso problema de violencia, pero también de pobreza colosal, que se manifiesta de la siguiente forma: si yo soy un campesino próspero, digamos, y hay un fenómeno de violencia en mi vereda o en mis alrededores, seguramente resisto hasta donde pueda aferrándome a la economía campesina. Pero si estoy en la miseria más espantosa, con un perro esquelético y unos niños desnutridos, y hay una escena de violencia en los alrededores, probablemente esa sea la gota que reboce la copa para abandonar la parcela.

Una parte muy grande del desplazamiento sin duda es provocada por la violencia, como lo testimonian las crónicas matanzas agrarias. Acá en Colombia humillan, matan y persiguen con un objetivo: la plata. Todo lo demás lo dan por añadidura, pues por detrás se mueven poderosos intereses económicos. Una parte muy grande del desplazamiento obedece a razones de violencia, pero otra es provocada por la pobreza, muy relacionada con la eterna contradicción de la concentración de la tierra y con el minifundio a lo largo de nuestra historia. La miseria rural es mucho más grande que la urbana y se ha visto agravada por el fenómeno de la globalización neoliberal de 1990 para acá.

Colombia era autosuficiente en alimentos en 1990. Para cuando llegó Álvaro Uribe Vélez a la Presidencia de la República ya estábamos importando unos 4,5 millones de toneladas y en 2008 se importaban 8 millones de toneladas, y esto sin contar con que los TLC no han entrado en vigencia. Luego resulta evidente que hay un proceso descomunalmente grande de sustitución del trabajo nacional por trabajo extranjero, lo que inexorablemente acarrea más pobreza y descomposición social.

Qué es la seguridad alimentaria
La anterior mirada, una breve descripción, era necesaria para contextualizar lo que significa la seguridad o la soberanía alimentaria. Y comienzo con una explicación de Perogrullo que solemos olvidar: los alimentos son un bien que no parecido a ningún otro de los muchos que hoy la humanidad necesita para sobrevivir. Si se acabaran los automóviles, la electricidad, los aviones, la ropa, habría un drama inmenso en el mundo y tal vez la humanidad se reduciría a una pequeña proporción de lo que hoy somos, pero seguramente la humanidad sobreviviría. Pero si desaparecieran los alimentos, incluyendo el agua, parte vital de ellos, la humanidad desaparecería.

Dejo entonces planteada la tesis principal: no perder jamás de vista que los alimentos constituyen un bien sin el cual no podemos vivir y que necesitamos además recibir día tras día, con toda la frecuencia que sabemos.

Ahora bien, cuando un país pierde por cualquier circunstancia la soberanía o la seguridad alimentarias, queda sometido a la presión o al chantaje que le quieran imponer las trasnacionales o los países de donde haya que traer la comida. Estados Unidos lo entiende a la perfección. El cuento de que en el mundo no se puede interrumpir la circulación de los alimentos es una argumentación falaz. No es cierto. Nadie puede afirmar que estamos vacunados frente al hecho de una interrupción grave de los flujos de comida. No solo puede suceder, sino que sucederá indefectiblemente, al punto que la FAO[1] y una serie de organizaciones que se preocupan por estos importantes asuntos, instalaron en Noruega hace un par de años un inmenso silo para guardar semillas de todas las especies con que cuenta la humanidad para precaverse del riesgo de un atentado terrorista, de una guerra nuclear, etc., y garantizarle a la humanidad que esas semillas van a estar ahí así sea para que el último ser humano que quede vuelva a empezar la cadena de la construcción de un mundo como el que hoy conocemos.

Es importante por otro lado plantear las tres posiciones que hay al respecto y que son:

1) Neoliberalismo, libre comercio, Banco Mundial, Consenso de Washington: lo que importa es que haya comida en el globo, suficiente para alimentar a la población de la tierra. Lo que hay que hacer es llevarla y traerla por el mundo, y lo que los países tienen que hacer es conseguir recursos mediante la producción de otros bienes para comprar la comida allí donde esté.

2) Algunos sectores democráticos, cuya posición, pienso yo, resulta confusa: ven la seguridad alimentaria como un problema que es solo de la familia campesina. La propuesta apunta a que el campesino produzca en su parcela su propia comida y se desentienda de esta discusión.

3) ¿Cuál debe ser la posición de Colombia? Que la política de seguridad o de soberanía alimentaria consista en que todos los colombianos participemos haciendo esfuerzos por producir en el territorio nacional todos o casi todos los alimentos que requiramos para sobrevivir como nación. Todos o casi todos. Cabe la explicación del porqué atreverse a producir todos los alimentos: porque Colombia tiene el privilegio de ser uno de los países del mundo con tierras suficientes, agua suficiente y trabajadores suficientes, para producir en su país la dieta básica de la nación y exportar excedentes.

Las estadísticas informan que en Colombia hay 9 millones de hectáreas de tierras con vocación agrícola, o en ganadería extensiva o en otras formas de baja productividad. Estamos entonces importando los alimentos cuando los podríamos producir internamente.

Economía agropecuaria de tipo dual
¿Quiénes deben producir los alimentos? No hay que montar una pelea para estos efectos entre la producción campesina y la empresarial. Defiendo la idea de que Colombia debe impulsar un agro de tipo dual. Economía agropecuaria de tipo dual quiere decir que haya una producción campesina, y ahí incluyo a los indígenas, respaldada por el Estado con créditos baratos, asistencia técnica, precios de sustentación y todos los apoyos elementales, y al mismo tiempo importa defender una economía empresarial lo más moderna que se pueda, economía empresarial organizada por empresarios con obreros agrícolas, obreros agrícolas que deberán tener la posibilidad de sindicalizarse, negociar convenciones colectivas y conseguir las mejores condiciones de vida y de trabajo.

Dentro de este contexto, tendrán que encontrarse mecanismos que les permitan a los pobres del campo acceder a la propiedad de la tierra, pero haciendo énfasis en que la sola propiedad de la tierra en medio de un contexto de globalización y economía neoliberal es absolutamente insuficiente. Me decía una vez un líder indígena de los coyaima, en el Tolima: “Senador, los indígenas no somos lombrices, nosotros no comemos tierra”. Y explicaba: “Yo tengo alguna tierra. Antes producíamos allí algodón. Como ahora lo importan, nos estamos muriendo de hambre y no nos podemos comer la tierra”. La defensa de una distribución democrática del territorio y del suelo en beneficio de los campesinos es una lucha que no se puede abandonar. Habrá que encontrar los mecanismos para conseguir ese propósito.

Lo anterior tiene que coordinarse con una política francamente proteccionista para el agro nacional, proteccionista para el campesinado y para el empresariado, con el propósito supremo de asegurar la seguridad alimentaria nacional. Eso es lo que está perdido en el neoliberalismo, puesto que es un modelo que pretende especializar a Colombia en la producción de cultivos tropicales, aquellos que por causa del clima no se pueden producir en Estados Unidos. Lo imponen el Plan Colombia y el TLC. Los países ricos se especializan en la producción de cereales y en la dieta básica y nos los venden a precios de monopolio y obligan a que nosotros nos especialicemos en tropicales como café, banano, flores, uchuvas, entre otros, para vendérselos a ellos a menos precio.

Pero ellos nos ocultan una realidad: primero, que su situación climática no les permite producir lo que nosotros sí podemos. Luego es un pacto leonino mediante el cual ellos renuncian a producir lo que el medio ambiente no les permite cultivar y nosotros renunciaríamos a cosechar lo que sí podemos producir.

En lo que tiene que ver con la seguridad alimentaria, no se debe perder de vista que los tropicales no constituyen dieta básica. Los ecuatorianos los llaman productos postre. Resultaría muy preocupante para los colombianos si el día de mañana se cerraran en el mundo las cadenas de distribución de alimentos y quedáramos condenados a alimentarnos con tropicales. Imagínense la mesa. Tres comidas al día todos los días: una taza de chocolate con un banano y una uchuva y, en una esquina de la mesa, un ramo de flores para acompañarlos.

En el año 2008, cuando en el mercado mundial se dispararon los precios de los alimentos, sobrevino un fenómeno apenas obvio: cerca de 20 países, los principales productores de alimentos en el mundo, cerraron o redujeron sus exportaciones porque, obvio, nadie va a exportar a ningún precio la alimentación de su propio pueblo ni a dejar morir a su gente de hambre. No olvidemos que la globalización consiste en que cuanto más lejos se transporten los bienes tanto más plata se gana en las cadenas de distribución.

Creo entonces que hay que propiciar la más grande unidad nacional para definir una política agraria soberana con las concepciones que he planteado, una unidad nacional que empiece por conquistar el derecho a autodeterminarnos, la soberanía nacional. Sin soberanía nacional, no hay nada. Al país que pierde la soberanía nacional le sucede lo mismo que al vecino que vive en un barrio más bien de mala muerte y se le cae la puerta de la casa. Ese es el futuro que le espera a Colombia si continúa perdiendo como hoy ocurre la soberanía nacional.

Notas

[1] Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas.

¿Crisis financiera o crisis global? La economía verde como necesidad y oportunidad

La gravedad de la crisis financiera mundial, que se está traduciendo en recesión y pérdida de millones de empleos, está llevando a algunos -incluidos influyentes responsables políticos- a pensar que no es el momento de adoptar medidas rigurosas para luchar contra el cambio climático, porque las exigencias económicas que esas medidas comportan podrían agravar la crisis. Lo urgente ahora sería estimular de nuevo el consumo y reactivar el crecimiento económico: el medio ambiente podría y debería esperar.
Sin embargo, estos planteamientos constituyen un nuevo ejemplo de miopía "cortoplacista" que ignora el auténtico origen de la crisis actual y las posibles vías de solución. Porque, como han expresado numerosos expertos, la crisis económica y la crisis ambiental son dos aspectos de una misma problemática y se potencian mutuamente: "La crisis económica que padecemos se deriva de que los ciudadanos de los países desarrollados hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades, consumiendo bienes que excedían el capital que podíamos reponer", explican Carlos Duarte, Premio Nacional de Investigación, y Carlos Montes, catedrático de ecología en la Universidad Autónoma de Madrid. De hecho, los expertos ya venían prediciendo lo inevitable de graves crisis, si se continuaba apostando por la búsqueda de beneficios a corto plazo sin tomar en consideración los límites del crecimiento en un planeta finito y sus consecuencias de degradación ambiental y social.
Por ello, cualquier demora en la adopción de las necesarias medidas de protección medioambiental y de replanteamiento del sistema productivo, como algunos proponen, solo contribuirá a agravar y multiplicar las crisis. Estudios muy bien fundamentados como, por ejemplo, el que ha dado lugar al conocido "Informe Stern", encargado por el Gobierno Británico en 2006 a un equipo dirigido por el economista Nicholas Stern han estimado el coste, sin duda elevado, de estas medidas; pero al propio tiempo han dejado claro que, si no se actúa con celeridad, el proceso de degradación provocará una grave recesión económica mucho más costosa, con secuelas ambientales irreversibles que pueden dar lugar al colapso de nuestra especie. La pregunta a plantearse no sería, por tanto, cuánto cuesta la adopción de las medidas necesarias sino cuánto está costando ya el no adoptarlas.
No tiene sentido, pues, pensar en salir de la actual crisis económica reincidiendo en los mismos comportamientos de consumo depredador y de crecimiento insostenible que han ido segando la hierba a nuestros pies (degradando todos los ecosistemas terrestres y haciendo crecer las desigualdades y la pobreza extrema) y creando las condiciones de un auténtico colapso. "No podemos resolver los problemas utilizando los mismos razonamientos que empleamos para crearlos", advirtió en su día Albert Einstein. Como señala Cristopher Flavin, presidente del Worldwatch Institute, "esta frase debería presidir las aulas de las escuelas de economía, las salas de consejos de administración de las empresas y los grandes hemiciclos donde los legisladores del mundo deciden el curso de las políticas públicas".
Pero la crisis actual tiene otra lectura positiva, superadora del simple "ya lo habíamos advertido" o "esto nos conduce al desastre": podemos y debemos aprovechar la seria advertencia que supone esta crisis para impulsar un desarrollo auténticamente sostenible, una Economía Verde, que Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas, ha calificado como "La gran máquina de empleos verdes", con inversiones productivas en, por ejemplo, nuevas tecnologías de energía renovable y de eficiencia energética y alimentaria que disminuyan, al propio tiempo, nuestra huella ecológica: "En un momento en que el desempleo está creciendo en muchos países, necesitamos nuevos empleos. En un momento en que la pobreza amenaza con afectar a cientos de millones de personas, especialmente en las partes menos desarrolladas del mundo, necesitamos una promesa de prosperidad; esta posibilidad está al alcance de nuestra mano". Con ese objetivo el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha lanzado un plan para reanimar la economía global al mismo tiempo que, como señala Ban Ki-Moon, "se enfrenta el desafío definitorio de nuestra época: el cambio climático". La crisis es vista así como oportunidad para fomentar una nueva revolución económica e industrial "verde", que desplace la actual insostenible economía "marrón". Es lo que el economista experto en Medio Ambiente, Jeremy Rifkin, ha denominado la Tercera Revolución Industrial que deberá tener a lugar a nivel planetario, asociada al uso de energías renovables, eficientes y descentralizadas con emisiones cero.
Se trata, pues, de una oportunidad, una elección histórica de cambio de modelo a una economía verde frente a la crisis, para poner fin a un rumbo de fracaso y degradación. Una primera andadura en el camino de la necesaria r-evolución para la sostenibilidad que requiere también el replanteamiento de premisas económicas clave y de prácticas empresariales que potencien economías que satisfagan las necesidades básicas de toda la humanidad, al mismo tiempo que protegen el planeta, contribuyendo a construir un mundo sostenible.
No es tiempo, pues, para pausas y demoras en la construcción de un futuro sostenible. Por el contrario, la comprensión de la estrecha ligazón de los problemas a los que la humanidad ha de hacer frente nos obliga a ver en la sostenibilidad la clave para hacer frente a una crisis que no es meramente financiera. Y ello exige una acción social fundamentada, un activismo orientado por el conocimiento, que los educadores hemos de contribuir a desarrollar. Ése ha de ser nuestro decidido compromiso.


  Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 32, 15 de enero de 2009
http://www.oei.es/decada/boletin032.htm

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