Un nuevo intento
Delegaciones de la mayor parte de los países del mundo asisten en Cancún, México, a una nueva Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático para intentar, como en las anteriores reuniones, llegar a acuerdos multilaterales, decisivos para el futuro del mundo.
Aunque todavía subsisten incrédulos respecto de la responsabilidad de la especie humana en el proceso del calentamiento global, éstos son cada día menos ante las evidencias científicas apabullantes, que están demostrando cómo, efectivamente, nuestra forma de relación con la naturaleza, nuestros patrones de consumo, el uso desbordado de combustibles fósiles y la deforestación, por mencionar sólo algunas realidades, llegaron a incidir sobre el clima del planeta.
Algunos de esos incrédulos cada día están más cercanos a quienes sostenían que la Tierra es plana, o a aquellos que defendían que el universo giraba alrededor de La Tierra, o a quienes, todavía, se empecinan en decir que es imposible el movimiento de los continentes.
Otros persisten en negar las evidencias sobre el cambio climático por las profundas implicaciones que el reconocerlo representa para sus intereses, el de sus patrones y, en ocasiones, el de mecenas generosos.
Pero también hay muchas otras personas a quienes estos temas simplemente no les interesan...Siempre ha sido así.
Poca disposición
Ahora bien, ¿qué tan dispuesta está la sociedad en su conjunto para cambiar los patrones de consumo?, ¿qué tanto están dispuestos los gobiernos a comprometerse a fondo en cambios estructurales que disminuyan, en unos 40 o 50 años, las curvas de crecimiento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), para llegar a valores en donde el clima no resulte tan afectado?
Parece que hay poca disposición para hacer cambios; los analistas e, incluso, los negociadores, son escépticos respecto de los resultados de la cumbre de Cancún y salvo que se presenten insólitas o novedosas propuestas, o que aparezca una pléyade de gobiernos altruistas con gran peso político y dispuestos a hacer cambios -esos no existen- los resultados están cantados.
No se llegará a los acuerdos sustantivos respecto de la mitigación de GEI, ni sobre el pretendido Fondo de Adaptación.
Seguramente saldrán comunicados altisonantes, en los que dirán cuánto les importa el planeta; eventualmente se llegará a algunos acuerdos generales pero no vinculantes, que deberán ser desarrollados en futuras Conferencias y, eventualmente, se podría llegar a un acuerdo respecto de un mecanismo económico, basado en Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Evitada más conocido como REDD+ o REDD plus.
Los costos para Colombia
¿Qué representa esto para Colombia? ¿Estamos preparados ante los efectos del cambio climático?, ¿Qué tanto nos pueden afectar los fenómenos climáticos extremos -su aumento e intensidad- y las variaciones esperadas por lluvias, sequías, y temperaturas extremas a mediano y largo plazo?, ¿Qué tan vulnerables somos?
Las respuestas a estas preguntas no son buenas.
- En Colombia la mayor parte de la población se encuentra asentada en las zonas Andina y Caribe.
-La infraestructura vial transcurre en un alto porcentaje por terrenos con altas pendientes, donde la posibilidad de deslizamientos, avalanchas o riadas y la de inundaciones que impidan el tránsito en las partes bajas, son muy elevadas. Entre otras razones, porque el diseño de las vías nunca ha considerado de manera adecuada estos fenómenos y se ha llegado a que, año tras año, haya que destinar cuantiosos recursos para atender las emergencias repetidas, que bien podrían evitarse con diseños viales apropiados y constructores honestos.
- Si estas son las consecuencias de las condiciones meteorológicas actuales, fácilmente constatables ante las precipitaciones que estamos viviendo con el fenómeno de "La Niña", lo que se espera con el aumento de las lluvias es que se intensifique el aislamiento e, incluso, que se llegue a la parálisis de algunas regiones con las consecuentes pérdidas económicas.
- La región Caribe tiene extensas zonas que históricamente han sido de inundación, donde - por una inadecuada ocupación del territorio y por la permisividad atribuible a falta de normas o a falta de autoridad que haga cumplirlas- con obras mal diseñadas o mal mantenidas, se ha permitido establecer asentamientos humanos y desarrollar proyectos destinados ellos mismos a sufrir las consecuencias de las inundaciones.
- En las ciudades andinas, las poblaciones social y económicamente más vulnerables, asentadas en zonas de ladera, son las más susceptibles a las emergencias que ocasionan las riadas y los grandes desplazamientos de tierra.
- Los pobres que viven en las llanuras, en zonas de manglares, en playones o islas, de tiempo en tiempo están sometidos a grandes inundaciones causadas por el crecimiento de ríos y quebradas.
- Además, con el aumento del nivel del mar, se prevé que extensas regiones en el Caribe y en el Pacífico queden sometidas a ser zonas de inundación, de suerte que los poblados tendrán que relocalizarse.
- La Comunicación Nacional de Cambio Climático determinó que los ecosistemas y los sectores productivos, especialmente el agropecuario y el energético, son altamente vulnerables a la disminución de la precipitación pluvial, teniendo en cuenta que los escenarios de cambio climático dan cuenta de que se presentará una disminución de lluvias, entre un 10 y un 30 por ciento, especialmente en las zonas Andina y Caribe.
Se indica, por ejemplo, que alrededor de un 47 por ciento del total de las áreas de economía campesina, el 50 por ciento de las de pasturas y el 43 por ciento del total de generación eléctrica con agua existente y proyectada, registrarán un muy alto impacto por la reducción de la lluvias en el período comprendido entre los años 2011 a 2040.
Compensación por menos emisiones de GEI
Teniendo en cuenta las bajas emisiones de GEI de Colombia -apenas un 0,37 por ciento del total mundial- y el grave daño que ese tipo de contaminación ocasiona en términos ecosistémicos, económicos y sociales, es evidente la importancia que tiene para el país el que se llegue a acuerdos que establezcan metas de reducción de esos gases y la creación de fondos y mecanismos económicos que les permitan a los países con menor capacidad económica y mayor vulnerabilidad, adaptarse a las cambiantes condiciones del clima.
Colombia siempre ha abogado para que no se establezcan límites a emisiones en los países en vías de desarrollo que son bajos emisores, como el nuestro, pero es difícil pensar que las naciones desarrollados y las grandes economías en vías de desarrollo (Brasil, China, India) estén dispuestas a asumir compromisos económicos en materia de adaptación sin que, a cambio, se establezcan también metas de reducción de GEI a los demás países del mundo.
Este tema es el principal escollo que hay que resolver, aunque hasta la fecha no se vislumbran acuerdos en ese sentido.
Pagar por conservar
Respecto del mecanismo económico REDD plus, que permitiría pagarles a los países -mejor aun, a las comunidades- que aún cuentan con bosques para que no los deforesten o para que éstos no se degraden, se ha avanzado en acuerdos previos a la Cumbre de Cancún.
Se calcula que efectivamente es posible que se llegue a un acuerdo vinculante sobre este mecanismo. Las diferencias aún persisten en cuanto a sí la contabilidad sobre deforestación deben hacerse a escala nacional (reporte de país con las cifras de deforestación) o subnacional (reporte por regiones, dada la limitada gobernabilidad que tienen algunos países sobre su territorio).
Este mecanismo puede generar los recursos económicos que en alguna medida permitan coadyuvar para que las comunidades en donde se tienen bosques no los talen y sean protegidos, y para que no se dediquen, además, a actividades con alto poder degradador y contaminante, como es el caso de la minería en el Chocó.
Lo que queremos dejar
Es de esperar que en Cancún se den respuestas a uno de los mayores retos de la humanidad, que representa a su vez la viabilidad o inviabilidad de la búsqueda de soluciones comunes, enmarcado en acuerdos intergubernamentales vinculantes.
Estos acuerdos permitirían reorientar el desarrollo humano hacia prácticas más conscientes sobre la finitud de los recursos naturales, sobre el planeta que queremos dejarles a las generaciones futuras y sobre los valores que queremos inculcarles a nuestros hijos.
El que se tengan fracasos tan grandes en este tipo de acuerdos multilaterales, como en Doha, no es razón para creer que ante la magnitud de las afectaciones climáticas mundiales que se pueden derivar de la inacción, no se pueda llegar a acuerdos.
Esperamos que la razón llegue a los negociadores y que se materialicen algunos acuerdos... Seguramente no se llegará a todos, pero la humanidad ha mostrado, en ocasiones, que el poder de la razón, de los argumentos, de las ideas y de los sueños, ha logrado mejorar situaciones y evitar catástrofes.
* Geólogo, experto en Geología Ambiental, Políticas, Gestión e Información Ambiental.
http://www.razonpublica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1612:cambio-climatico-la-fuerza-de-las-ideas-los-argumentos-y-los-suenos&catid=20:economia-y-sociedad&Itemid=29
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