Lo Ecologico y lo Ambiental
Antes de que la Ecología se
desarrollará como un campo específico de conocimiento era evidente el
conflicto del hombre con la naturaleza; la ecología ha contribuido a
divulgarlo y a explorar sus causas, que es ante todo el manejo d
esintegrado que se hace del medio, y los efectos que esto tiene.
La exploración de causas y efectos
resalta lo que por lo demás era obvio: todas las actividades humanas
guardan de un modo u otro relación con el medio físico y natural, del
cual el hombre forma parte integral y principal. La relación
hombre-naturaleza es mutua, ya que no solo el hombre afecta a esta sino
que la naturaleza condiciona las actuaciones de aquel; la mutua relación
puede ser, además, positiva o negativa en ambos sentidos.
El tema de las relaciones entre
hombre y naturaleza trasciende el campo de acción de la ecología; esta,
definida estrictamente, se ocupa de la estructura y función de la
naturaleza, entendiendo por esta el conjunto unitario y ordenado
conformado por los elementos vivos e inertes que interactúan en la
biosfera para conservar la vida sobre la tierra. Como tal, la ecología
es una ciencia natural, con un objeto bien definido y con lógicas e
inevitables conexiones con otras ciencias; en la medida que el hombre
forma parte de la naturaleza es también una ciencia humana.
No obstante, las múltiples formas
de relación hombre–naturaleza requieren para su estudio el concurso de
muy diversas ciencias; cada uno de ellas contribuye desde su punto de
vista al análisis del tema y conjuntamente, en la medida que confluyen
sobre un objeto común, conforman una ínterdisciplina. A esta
ínterdisciplina amplia, a la cual contribuyen tanto las ciencias que se
ocupan del medio físico y natural (geología, climatología, edafología,
fisiología en general ecología, etc.) como del medio humano (historia,
sociología, antropología, etc.), se la podría denominar Ciencias
Ambientales o, de modo más simple, Ambientalismo o Ambientalística.
El Ambientalismo como
ínterdisciplina científica se diferencia cada vez más de la ecología;
también se separa del ambientalismo o ecologismo concebidos
exclusivamente como activismo político, social o de otras formas, en
defensa de la naturaleza y con poca o ninguna base científica.
Aunque apoyado y originado tanto
en la ecología como en el ecologismo, el ambientalismo ha evolucionado
hacia el estudio científico de las interacciones entre economía y medio
ambiente, política y medio ambiente, sociedad y medio ambiente, entre
otros ejemplos que podrían citarse. De este estudio se deriva una
comprensión más clara de los conflictos pero también de las
posibilidades de mejora que tienen las relaciones hombre-naturaleza.
Sin embargo, productos de la
ínterdisciplina ya se disfrutan; algunos aspectos, en particular lo
relativo a lo que podría llamarse "economía ambiental", arroja luces muy
clarificantes sobre la naturaleza eminentemente política y económica de
la problemática ambiental. A su vez la ecología, ha señalado la
insuficiencia de ciertos planteamientos económicos que no se fundamentan
en un conocimiento adecuado de la base natural sobre la cual se
orientan los procesos productivos y los riesgos implícitos en los
impactos ambientales de dichos procesos. Ello conduce a la planificación
con criterios ambientales y ecológicos como herramienta para el logro
de un desarrollo más armónico y sostenido.
El ambientalismo se ocupa,
entonces, de lo que se llama corrientemente "problemática ambiental",
estudiando sus causas y características desde las diferentes áreas del
conocimiento humano, con el propósito de buscar respuestas que permitan
enfrentarla y conduzcan a una gestión más adecuada del medio ambiente.
En este terreno la participación de los diferentes campos de la ciencia
no solo es posible sino necesaria y debe reunir y canalizar la
participación individual y social en un esfuerzo para hallar formas más
armónicas de relación de la humanidad con el resto de la Biosfera.
Esto conduce previsiblemente a la
acción política y así ha sido desde los primeros tiempos, cuando se hizo
evidente la cuestión ambiental; las primeras expresiones de la
preocupación social por el ambiente no fueron investigaciones
científicas del deterioro del medio tanto como cruzadas políticas o
tendencias sociales (Ej. hippismo) en defensa del ambiente y contra el
deterioro de la naturaleza. Dichas expresiones, en sus formas extremas y
sobre una endeble o al menos discutible base científica, formularon,
presuntas incompatibilidades entre desarrollo y medio ambiente. Tal
posición condujo a una polarización entre sectores defensores del medio y
técnicos defensores del desarrollo que se enfrentaron en una larga
polémica, quizá ineludible pero no muy productiva; solo tras años de
paciente labor, sectores científicos han podido terciar en la polémica y
ayudado a aclarar un poco la situación, demostrando que el conflicto
ecología-desarrollo es en parte ficticia y en parte solucionable, y que
en vez de hablarse de ecología vs. desarrollo, debe hablarse de ecología
y desarrollo o, más correctamente, de medio ambiente y desarrollo como
una dualidad interdependiente.
Otra polémica que surgió planteaba
"incompatibilidad entre capitalismo y protección del medio ambiente,
sugiriendo que la ecología (en realidad el ambientalismo) era una
ciencia subversiva; una polémica más plantea que el activismo ambiental
no es otra cosa que un distractor del activismo político alrededor de
reivindicaciones sociales, económicas, etc. ("La peor contaminación es
el hambre").
Aunque persisten en muchos
sectores, las polémicas reseñadas tienden a desaparecer en la medida que
se comprende que el ambientalismo (y con él la ecología) ante todo
arrojan luces nuevas e integradas para el análisis y proyección de las
actividades humanas.
FUENTES Y REFERENCIAS BASICAS
-
Gallopin, G. 1986. Ecología y Medio Ambiente. En: Leff, E. (Ed.). 1986.
-
Hajek, E. 1985. Incorporación de la dimensión ambiental en la enseñanza de las ciencias naturales. Documento ÜNEP (PNUMA) WCr.l38/Info.5. (Seminario Universidad y Medio Ambiente para América Latina y el Caribe). Bogotá.
-
Leff, E. (Ed.) 1986. Los problemas del conocimiento y la perspectiva ambiental del desarrollo. Siglo XXI. México.
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