Bogotá D.C., sep. 30 de 2011 - Agencia de Noticias UN -
Bogotá, junto con Santiago de Chile, Buenos Aires y Ciudad de México,
presenta los mayores índices de vulnerabilidad frente al cambio
climático según un trabajo del proyecto Adapte.
Una medición del proyecto Adaptación al
Cambio Climático en las Ciudades de América Latina (Adapte) determinó
que estas ciudades sobrepasan considerablemente las recomendaciones de
la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a la cantidad de
partículas suspendidas en el aire. “También encontramos que este tipo de
factores están relacionados con problemáticas como la mortalidad”,
explicó Patricia Romero, investigadora de la Universidad para la
Investigación Atmosférica (UCAR) de Colorado (EE. UU.).
Según la OMS, los niveles de PM10 o partículas suspendidas en el aire deben ser de máximo 20 microgramos por metro cúbico (µg/m3), a fin de evitar efectos nocivos para el ser humano. Sin embargo, ciudades como Bogotá presentan niveles superiores.
“Estuvimos revisando varias estaciones de
medición de aire y encontramos que las zonas de la ciudad donde menos
contaminación existe se registran 40 µg/m3”, aseguró la
investigadora. “Ciudades como Santiago (Chile) presentan cifras más
altas que no solo se perciben en los aparatos de monitoreo, se ven en el
color del aire y en su ambiente”, agregó.
Tales índices son los causantes de enfermedades
relacionadas con el ingreso de metales pesados al organismo, entre
ellas las infecciones respiratorias agudas (IRA), infecciones
respiratorias bajas, enfermedades pulmonares obstructivas, cáncer de
pulmón y asma. Según la OMS, se calcula que la contaminación atmosférica
urbana causa en todo el mundo 1,3 millones de muertes al año.
De acuerdo con los investigadores, las
localidades bogotanas con mayor grado de estos agentes contaminantes
son: Ciudad Bolívar, Usme, San Cristóbal y Usaquén.
Sumado a la contaminación del aire, condiciones
como el cambio de temperaturas fueron identificadas como condicionantes
para la calidad de vida de los ciudadanos. “Hicimos un muestreo
estadístico en el que relacionamos los índices de mortalidad y el clima,
detectando que las olas de frío están ligadas al aumento de la
mortalidad. En Bogotá no es tan notorio porque no hay cambios muy
marcados en la temperatura, pero en México y Argentina sí es claro”,
aclaró Romero.
Ante situaciones que se asocian al cambio
climático como las inundaciones, las olas de calor y frío y las sequías
extremas, los sectores de El Codito (norte) y Juan Rey (suroriente), en
la capital colombiana, presentan el mayor impacto. “Primero porque se
ubican en alturas superiores a los 2.500 metros y segundo porque su
infraestructura no está acondicionada para prevenir los cambios”,
aseguró Andrea Lampis, líder del estudio en Bogotá y vinculado al
Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la UN de Colombia.
Actualmente los investigadores trabajan en la
formulación de estrategias conjuntas con las autoridades de cada ciudad,
para encontrar mecanismos de reducción de la contaminación y el impacto
ambiental.
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