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domingo, 4 de agosto de 2013
lunes, 29 de julio de 2013
La tragedia de las Semillas Transgénicas, Dra. Vandana Shiva
https://www.youtube.com/watch?v=l_7zDSD6hUk
Magnífica y sencilla exposición de esta mujer sabia y luchadora Vandana Shiva, reflexiones sobre todo el entramado detrás de las semillas transgénicas.
Magnífica y sencilla exposición de esta mujer sabia y luchadora Vandana Shiva, reflexiones sobre todo el entramado detrás de las semillas transgénicas.
sábado, 27 de julio de 2013
Contaminación Cero: "Fumigaciones" Video completo
http://www.youtube.com/watch?v=PgCuwSGpp8w#at=747
La fiebre de los agroquímicos, bañados en veneno. Argentina es el segundo país del mundo que más agrotóxicos utiliza después de Brasil. El 65 por ciento de la superficie cultivable del país está sembrada con soja ¿El modelo agropecuario demanda más veneno aún? Se detectaron agroquímicos en la leche materna de mujeres de pueblos fumigados. Aumentan los casos de cáncer, hipotiroidismo y alergias en el interior sin que los gobiernos se ocupen. El increíble caso de Alberti, en la provincia de Buenos Aires. Oscar Di Vincensi fue rociado con veneno por un fumigador local pese a un fallo judicial que impide fumigar en un radio de 1000 metros de zonas pobladas.
La fiebre de los agroquímicos, bañados en veneno. Argentina es el segundo país del mundo que más agrotóxicos utiliza después de Brasil. El 65 por ciento de la superficie cultivable del país está sembrada con soja ¿El modelo agropecuario demanda más veneno aún? Se detectaron agroquímicos en la leche materna de mujeres de pueblos fumigados. Aumentan los casos de cáncer, hipotiroidismo y alergias en el interior sin que los gobiernos se ocupen. El increíble caso de Alberti, en la provincia de Buenos Aires. Oscar Di Vincensi fue rociado con veneno por un fumigador local pese a un fallo judicial que impide fumigar en un radio de 1000 metros de zonas pobladas.
Un informe oficial francés relaciona pesticidas y enfermedades humanas graves
Según el documento, encargado por las autoritarias sanitarias, podrían ser un importante factor de riesgo para el Parkinson, cánceres y problemas en el desarrollo de los niños
Carlos de Prada,
Madrid.
23/07/2013 | 22:20 h.
Cada cierto tiempo aparecen estudios que asocian enfermedades con
los pesticidas. Pero el ciudadano medio, caso de que llegue a
enterarse, no tiene elementos para juzgar si ésos estudios justifican
realmente una alarma.
La voz de alerta deberían darla las autoridades sanitarias, pero a nadie escapa que dichas autoridades suelen ser muy cautelosas cuando hay que adoptar medidas que pueden afectar a intereses económicos de poderosas multinacionales químicas.
Por eso el que una autoridad de un país del nivel de investigación médica de Francia haya publicado recientemente un informe sobre un tema tan escabroso como el de "Pesticidas y salud" en el que se alerta seriamente sobre una serie de hechos, es algo que debería ser tenido muy en cuenta, no solo en Francia, obviamente, sino en otros muchos países que, como España, por ejemplo, no brillan precisamente por su diligencia en estas cuestiones.
El trabajo ha sido encargado por la Dirección General de la Salud gala al prestigioso Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale – INSERM) y para llevarlo a cabo ha sido preciso revisar una inmensa cantidad de estudios científicos, centenares, publicados a lo largo de los últimos 30 años en todo el mundo. El objetivo, separar el trigo de la paja y aclarar si el tema de los pesticidas es o no algo que deba preocupar a las autoridades sanitarias y hasta qué punto.
¿Y qué es lo que han visto? Pues que sí. Que los pesticidas están causando una grave crisis de salud que, probablemente, debería movilizar a los gobiernos, animándolos a la toma de una serie de medidas contundentes, anteponiendo, de una vez por todas, la salud de las personas a los intereses económicos.
Los expertos del INSERM han concluido que los vínculos parecen especialmente claros entre la exposición ocupacional a los pesticidas y determinadas patologías adultas como la enfermedad del Parkinson, el cáncer de próstata, y cánceres hematopoyéticos como el linfoma no Hodgkin y el mieloma múltiple. Además, la exposición a pesticidas durante los periodos prenatal y postnatal y en la infancia parece ser un riesgo singular para el desarrollo del niño.
Recomendaciones de los científicos
Los científicos han pedido además en sus recomendaciones que se mejoren los sistemas oficiales que se siguen para evaluar la toxicidad de estas sustancias, de modo que se tengan en cuenta debidamente sus efectos a dosis muy bajas y los efectos de las mezclas de pesticidas. Son dos cuestiones clave que inexplicablemente hasta ahora, y a pesar de conocerse perfectamente por infinidad de investigaciones científicas, las autoridades no han tenido en cuenta.
Amplios sectores de población se exponen a niveles de pesticidas que aunque aparentemente sean "bajos" infinidad de investigaciones muestran que pueden causar efectos (especialmente en periodos sensibles del desarrollo, tales como el embrionario y la infancia). Y, además, no se exponen solo a un pesticida, sino a complejas mezclas de ellos que pueden tener efectos mayores que los pesticidas aislados.
Sin embargo, consideran que el informe es "bastante conservador ya que hay enfermedades en las que aunque los vínculos con los pesticidas parezcan menos contundentes no quiere decir que no puedan tenerlos. Son enfermedades como los tumores cerebrales sobre los que hay estudios muy significativos que muestran incrementos de riesgo de un 300% o menos estudiadas como la esclerosis lateral amiotrófica sobre la que hay estudios que muestran excesos de riesgo de un 80%". En Generations Futures creen que los expertos del INSERM exigen una carga de evidencias demasiado elevada. En cualquier caso, el propio INSERM insiste en que "el hecho de no poder llegar a una conclusión no significa necesariamente que no exista un riesgo. Si ciertas sustancias son culpadas, es solo porque han sido más estudiadas que otras. Muchas sustancias no han sido objeto de estudios epidemiológicos".
Precisamente es el gran rigor y prestigio del INSERM lo que da más valor al informe y debiera hacer que las autoridades, no solo francesas, sino de cualquier país del mundo, debiesen tener muy en cuenta lo que dice sobre algunos pesticidas.
Todos estamos expuestos a los pesticidas
Los pesticidas son una larga lista de sustancias, centenares, autorizadas para los más diversos usos. Se esparcen sobre las cosechas, las cunetas, el interior de los edificios, ... Y, por ello, están por doquier. Pueden contaminar el organismo del ser humano de diferentes formas, que van desde la exposición directa de los agricultores que fumigan los campos a la ingestión de los residuos de ellos que pueden quedar en los alimentos o el agua, por no citar más posibilidades.
Llama la atención el divorcio que existe entre la creciente evidencia científica sobre estas cuestiones y la escasa voluntad política para solucionarlas.
Extraido de: http://www.estrelladigital.es/salud/informe-relaciona-pesticidas-enfermedades-humanas_0_1436856984.html
La voz de alerta deberían darla las autoridades sanitarias, pero a nadie escapa que dichas autoridades suelen ser muy cautelosas cuando hay que adoptar medidas que pueden afectar a intereses económicos de poderosas multinacionales químicas.
Por eso el que una autoridad de un país del nivel de investigación médica de Francia haya publicado recientemente un informe sobre un tema tan escabroso como el de "Pesticidas y salud" en el que se alerta seriamente sobre una serie de hechos, es algo que debería ser tenido muy en cuenta, no solo en Francia, obviamente, sino en otros muchos países que, como España, por ejemplo, no brillan precisamente por su diligencia en estas cuestiones.
El trabajo ha sido encargado por la Dirección General de la Salud gala al prestigioso Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale – INSERM) y para llevarlo a cabo ha sido preciso revisar una inmensa cantidad de estudios científicos, centenares, publicados a lo largo de los últimos 30 años en todo el mundo. El objetivo, separar el trigo de la paja y aclarar si el tema de los pesticidas es o no algo que deba preocupar a las autoridades sanitarias y hasta qué punto.
Los pesticidas están causando una grave crisis de salud que, probablemente, debería movilizar a los gobiernosLos expertos franceses, un grupo multidisciplinario de epidemiólogos y biólogos expertos en toxicología celular y molecular, han determinado qué peso de la evidencia -alto, medio o bajo- existe a la hora de asociar diferentes problemas de salud con la exposición a pesticidas. Centrándose sobre todo en los riesgos de salud asociados a la exposición ocupacional en la agricultura así como los efectos de la exposición temprana a estas sustancias (para el feto y los niños pequeños).
¿Y qué es lo que han visto? Pues que sí. Que los pesticidas están causando una grave crisis de salud que, probablemente, debería movilizar a los gobiernos, animándolos a la toma de una serie de medidas contundentes, anteponiendo, de una vez por todas, la salud de las personas a los intereses económicos.
Los expertos del INSERM han concluido que los vínculos parecen especialmente claros entre la exposición ocupacional a los pesticidas y determinadas patologías adultas como la enfermedad del Parkinson, el cáncer de próstata, y cánceres hematopoyéticos como el linfoma no Hodgkin y el mieloma múltiple. Además, la exposición a pesticidas durante los periodos prenatal y postnatal y en la infancia parece ser un riesgo singular para el desarrollo del niño.
Recomendaciones de los científicos
Los científicos han pedido además en sus recomendaciones que se mejoren los sistemas oficiales que se siguen para evaluar la toxicidad de estas sustancias, de modo que se tengan en cuenta debidamente sus efectos a dosis muy bajas y los efectos de las mezclas de pesticidas. Son dos cuestiones clave que inexplicablemente hasta ahora, y a pesar de conocerse perfectamente por infinidad de investigaciones científicas, las autoridades no han tenido en cuenta.
Amplios sectores de población se exponen a niveles de pesticidas que aunque aparentemente sean "bajos" infinidad de investigaciones muestran que pueden causar efectos (especialmente en periodos sensibles del desarrollo, tales como el embrionario y la infancia). Y, además, no se exponen solo a un pesticida, sino a complejas mezclas de ellos que pueden tener efectos mayores que los pesticidas aislados.
La existencia de evidencias ligan la exposición a pesticidas y enfermedades como cáncer de próstata, leucemia o ParkinsonColectivos franceses ocupados durante mucho tiempo en denunciar los riesgos de los pesticidas, como Generations Futures, han aplaudido la realización de este informe y urgido al Gobierno francés a "actuar rápida y contundentemente para reducir el uso de los pesticidas y prohibir los más peligrosos". Para ellos "el informe del INSERM confirma la existencia de evidencias relevantes o medias que ligan la exposición a pesticidas y enfermedades como Linfoma No-Hodgkin, cáncer de prostata, mieloma múltiple, leucemia, Parkinson, Alzheimer, varios desórdenes cognitivos e infertilidad".
Sin embargo, consideran que el informe es "bastante conservador ya que hay enfermedades en las que aunque los vínculos con los pesticidas parezcan menos contundentes no quiere decir que no puedan tenerlos. Son enfermedades como los tumores cerebrales sobre los que hay estudios muy significativos que muestran incrementos de riesgo de un 300% o menos estudiadas como la esclerosis lateral amiotrófica sobre la que hay estudios que muestran excesos de riesgo de un 80%". En Generations Futures creen que los expertos del INSERM exigen una carga de evidencias demasiado elevada. En cualquier caso, el propio INSERM insiste en que "el hecho de no poder llegar a una conclusión no significa necesariamente que no exista un riesgo. Si ciertas sustancias son culpadas, es solo porque han sido más estudiadas que otras. Muchas sustancias no han sido objeto de estudios epidemiológicos".
Precisamente es el gran rigor y prestigio del INSERM lo que da más valor al informe y debiera hacer que las autoridades, no solo francesas, sino de cualquier país del mundo, debiesen tener muy en cuenta lo que dice sobre algunos pesticidas.
Todos estamos expuestos a los pesticidas
Los pesticidas son una larga lista de sustancias, centenares, autorizadas para los más diversos usos. Se esparcen sobre las cosechas, las cunetas, el interior de los edificios, ... Y, por ello, están por doquier. Pueden contaminar el organismo del ser humano de diferentes formas, que van desde la exposición directa de los agricultores que fumigan los campos a la ingestión de los residuos de ellos que pueden quedar en los alimentos o el agua, por no citar más posibilidades.
Llama la atención el divorcio que existe entre la creciente evidencia científica sobre estas cuestiones y la escasa voluntad política para solucionarlas.
Extraido de: http://www.estrelladigital.es/salud/informe-relaciona-pesticidas-enfermedades-humanas_0_1436856984.html
jueves, 25 de julio de 2013
Las venas de América Latina aún están abiertas
Una muestra: recientemente CEPAL reportó que, durante la última década,
los beneficios de las compañías transnacionales en América Latina y el
Caribe crecieron en un 500%. No obstante, más de la mitad de estas
ganancias se enviaron a sus matrices. Sólo en 2011 las ganancias de
estas empresas alcanzaron los 113 mil millones de dólares. De éstas, más
del 55% abandona el país donde se generan, es decir, cerca de US$ 62
mil millones, el equivalente a llevarse la totalidad del PIB de Ecuador o
casi tres veces el PIB de Paraguay en el mismo año.
A comienzos de la década del setenta, el periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano relataba con amplio detalle la descarnada crónica de despojo y humillación a la que ha sido sometida Latinoamérica desde el desembarco de Colón. Plata, oro, salitre, azúcar, cacao, caucho y un largo etcétera de recursos naturales arrasados en diversos puntos del continente a fin de enriquecer las ambiciosas arcas de los imperios del norte, dejando como herencia la miseria una vez agotada la veta y la tierra.
Cuarenta años después, Las venas abiertas
de América Latina permanece vigente como llamado a despertar la
conciencia de los pueblos oprimidos y manipulados por el poder
económico. “El subdesarrollo de América Latina proviene del desarrollo
ajeno y continúa alimentándolo. Impotente por su función de servidumbre
internacional, moribundo desde que nació, el sistema tiene pies de
barro. Se postula a sí mismo como destino y quisiera confundirse con la
eternidad”. Éste es uno de muchos extractos que describen una coyuntura
que tristemente sigue replicándose una y otra vez.
Una muestra: recientemente CEPAL reportó que, durante la última década,
los beneficios de las compañías transnacionales en América Latina y el
Caribe crecieron en un 500%. No obstante, más de la mitad de estas
ganancias se enviaron a sus matrices. Sólo en 2011 las ganancias de
estas empresas alcanzaron los 113 mil millones de dólares. De éstas, más
del 55% abandona el país donde se generan, es decir, cerca de US$ 62
mil millones, el equivalente a llevarse la totalidad del PIB de Ecuador o
casi tres veces el PIB de Paraguay en el mismo año.
La maldición de los recursos naturales
Desde una perspectiva económica por ejemplo, resulta interesante
comparar la contra-historia relatada en Las Venas con lo que la
literatura económica denomina “la maldición de los recursos naturales”. De hecho, este último sería un título más que adecuado para la misma realidad descrita por Galeano.
La maldición se explica por la evidencia que constata que países ricos en recursos naturales
presentan un desempeño peor y con mayores desigualdades que aquellos
países pobres en recursos, aunque cabe destacar que el problema es la
dependencia, y no la abundancia, de estos recursos. Dentro de los
factores que explican este padecimiento hay de tipo económico, como la
tendencia de las monedas locales a fortalecerse y entorpecer otro tipo
de exportaciones, y de tipo político, derivados de la tendencia al
comportamiento corrupto de los actores, como consecuencia de las
disputas por el acceso a la renta económica de los recursos, generando
daños estructurales a nivel institucional.
El cómo escapar de la maldición ha sido materia de amplio estudio.
Dentro de la reflexión se cuenta el control del tipo de cambio, la
reinversión de los recursos en la población y el fortalecimiento
institucional. Pero en primer lugar, como lo señala el Nobel de
Economía, Joseph Stiglitz, “los países deben hacer más por garantizar
que sus ciudadanos reciban el valor total de los recursos”.
Siempre ha resultado inaceptable que una vez extraída la ganancia, la
población quede desnuda y desprotegida, como ocurrió con la crisis del
salitre a comienzos del siglo pasado. Ahora, al menos, podemos apreciar
que hay una ciudadanía consciente que no está dispuesta a seguir
tolerando el abuso. Ejemplo de ello es la crisis de la industria
salmonera en Chile. Sustentada por inmejorables condiciones naturales,
llegó a transformarse en el segundo exportador mundial de este producto.
Pero luego de una década de extraordinario éxito comercial, producto de
la desregulación y de las precarias prácticas sanitarias, sucumbió ante
un virus mortal para los peces y emigró hacia zonas australes.
En Quellón el desempleo pasó de una tasa inferior al 2% en 2003 a casi un 15% en 2009, situación dramática para una comuna que vio casi triplicada su población entre 1992 y 2008. Y como si fuera parte de un nuevo capítulo de Las Venas, en la llamada a ser “capital del salmón” quedaron los brazos caídos, un par de calles pavimentadas y el anhelo de un nuevo hospital. Aunque las cifras de empleo han mostrado recuperación durante el último tiempo, la insuficiente base material y abandono quedó de manifiesto con el activo descontento que ha exigido recientemente dignidad y mejoras concretas en la atención de salud.
El contexto actual
El modelo que vive la región se reorienta con la vuelta al Estado de los
gobiernos de izquierda o progresistas en otros casos -Venezuela (1999),
Brasil (2002), Argentina (2003), Uruguay (2005), Bolivia (2006),
Ecuador (2007), Paraguay (2008), cambiando el relato y el sentido de la explotación de recursos naturales,
con una orientación de carácter social y redistributivo, pero en la
esencia manteniendo y profundizado el modelo extractivista. Más aún,
gracias al explosivo aumento del precio de los recursos naturales a
nivel internacional, la región ha tendido a retroceder en términos de
industrialización, para volver a economías donde predominan las
exportaciones de materias primas. Este modelo se ha perpetuado en
aquellos países con gobiernos abiertamente neoliberales.
Latinoamérica
muestra una alta dependencia de los commodities. Estos representan casi
la cuarta parte de los ingresos fiscales de la región. En siete países
(que explican el 85% del PIB regional), la participación de bienes
primarios (de explotación
directa y sin elaboración) sobre el total de los ingresos fiscales es
considerable, variando entre el 10% y 49% para el período 2004-2008.
Adicionalmente, gran parte de estos commodities, el 80%, ha gozado de un
particular período de bonanza comercial, tal como lo demuestra el
ejemplo del cobre chileno. Sin embargo, la mayor parte de estas rentas
migran, y por otra parte, los gobiernos, capturados por la necesidad de
satisfacer la demanda social inmediata, caen en la tentación de
transformarlas en gasto, imposibilitando la reinversión en la región,
necesitada de reformas estructurales para abandonar la dependencia de la
explotación y exportación primaria.
El modelo avanza en una dirección que podría agudizar la maldición,
porque están atrapados en la lógica del crecimiento y el comercio
internacional como principal mecanismo para hacer políticas sociales.
Punto relevante de esta vuelta atrás ha sido la creciente relación
comercial con China que, en el discurso global, era aplaudida como una
relación Sur-Sur, pero en la práctica es aún más dependiente de recursos
naturales que los intercambios con Europa o Estados Unidos: en 2008,
del total de envíos de América Latina a China, el 69% correspondía a
bienes primarios, versus el 31% de Estados Unidos y 42% de Europa.
Hace un par de semanas atrás se realizó la Conferencia sobre Recursos
Naturales y Desarrollo Integral de la Región, convocado por la UNASUR.
Donde se reconoce el valor que tienen los recursos naturales para la
región, reforzando la idea de la “defensa de los derechos de propiedad
de los Estados sobre los recursos naturales”.
El cambio de manos de la propiedad de recursos genera ingresos y
dividendos valorables, pero tiene tremendos riesgos. El principal es,
sin duda, el riesgo de la democracia. En Estados con poco espacio para
la participación real, la población tiene nula capacidad para definir
qué modelo de desarrollo quiere y qué condiciones demandar para llevar a
cabo los proyectos estatales. Más aún, hemos visto una creciente
criminalización de las demandas sociales, que debilita a los movimientos
y amordaza sus demandas.
Tenemos al frente inmensos desafíos –que no estaban presentes al momento
en que Galeano escribió Las Venas- como el cambio climático, la
problemática de agua, la crisis alimentaria o la escasez energética.
Estos elementos configuran nuevos ingredientes de una maldición que sólo
puede ser eliminada si fortalecemos la institución democrática. Para
ello, es imperativo democratizar los Estados, recuperar las rentas
económicas de los recursos naturales, generar participación y
transparencia, y dotar a la ciudadanía de un rol activo en la
construcción de sociedad.
Francisco Pinto. Master en Economía Ambiental y Cambio Climático de la
London School of Economics. Investigador asociado al Centro de Economía
de los Recursos Naturales y Medio Ambiente (CENRE) de la Universidad de
Chile.
EcoPortal.net
Terram
Extraido de: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Las_venas_de_America_Latina_aun_estan_abiertas
Transgénicos, ¿un demonio en el que cree Colombia?
Por: Camilo Hurtado
Dos recientes estudios han puesto en evidencia los posibles
problemas que generaría el consumo de productos transgénicos a nivel
mundial. En el primero, científicos australianos establecieron una
conexión directa entre el uso de alimentos manipulados y los daños
estomacales en los cerdos; el segundo experimento estuvo a cargo de
científicos de la Universidad de Caen (Francia), quienes alimentaron
durante cerca de dos años a doscientas ratas, con tres raciones de maíz
genéticamente tratado, propiedad de la multinacional Monsanto,
encontrando aparentes efectos negativos sobre la salud de los roedores.Ante la resistencia de grupos ecologistas y varios gobiernos, continentes como el europeo han rechazado de manera contundente a los organismos genéticamente modificados (OGM). En países como Italia, Alemania y Francia se prohibió por ejemplo el cultivo y exportación de las semillas transgénicas obligando a las compañías líderes de la agroquímica a replantear su modelo de negocio. Mientras esto pasa, en Colombia la situación parece ser distinta.
Los profesores de la Universidad de Caen en Francia encontraron que hay entre dos y tres veces más tumores en las ratas que consumieron productos transgénicos.
Panorama nacional de los transgénicos
De acuerdo con los datos suministrados por el Instituto Agropecuario (ICA), al cierre del año pasado se sembró un total de 75.046 hectáreas de maíz, 28.178 ha de algodón genéticamente modificado y 12 ha de flores (claveles y rosas azules). En el país hay 5 cultivos genéticamente modificados aprobados para siembra de algodón, maíz, rosas azules, claveles azules y soya.
Las características que considera el gobierno nacional para darle espacio a este tipo de productos tienen que ver con la tolerancia a herbicidas y la resistencia a insectos, dos elementos que se pueden encontrar en un solo cultivo afectando la cosecha.
Según el ICA, en 21 departamentos del país los agricultores le apuestan a la siembra de estos cultivos genéticamente modificados. En la siembra del maíz se destaca el Tolima con 19.908 hectáreas; Córdoba con 16.605 ha y Meta con un total de 15.582 ha. En referencia al algodón, Córdoba y Tolima siguen siendo los departamentos con mayor índice de siembra con 13.727 y 6.309 hectáreas respectivamente. Cesar contribuye a la medición con 4.673 ha.
Tomando en cuenta el caso de las flores GM (Genéticamente Modificado), a las que se le ha modificado su color, el crecimiento en 2012 fue significativo y se debe tener en cuenta que el producto es netamente de exportación para el mercado internacional.
María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva de la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola, respalda el uso de los cultivos biotecnológiocos afirmando que durante 16 años de comercialización a nivel global, su contribución a la sostenibilidad ha sido importante.
“Es de destacar que esta es una de muchas herramientas que ayudará a la humanidad a enfrentar los múltiples retos del futuro: producir más y mejores alimentos para una población creciente y para enfrentar el cambio climático”, agrega la vocera de Agro-Bio, quien señala que el el aporte a la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad al economizar suelo, la contribución a la lucha contra la pobreza y el hambre y la reducción de la huella ecológica de la agricultura, representan los elementos más importantes a la hora de cultivar transgénicos.
En el país hay organizaciones que no están muy de acuerdo con estos argumentos. Germán Ortíz es el director del grupo Semillas, encargado de controvertir el uso del territorio colombiano para el cultivo de productos con modificaciones.
Ortíz dice que la transformación de las especies es quizás el elemento que ha generado un debate mundial por los impactos que pueden generar estas modificaciones a nivel ambiental, socieconómico y en la salud de humanos y animales.”Lo que se está haciendo es trasladar información de organismos que nunca antes se habían cruzado entre sí de tal forma que se pueda alterar la estabilidad de ese organismo, algo que particularmente puede alterar algunos aspectos del ecosistema o de los organismos que están a su alrededor”.
El representante de la organización Semillas cuenta que en Colombia comenzó a aprobarse el uso y cultivos de transgénicos desde hace 11 años con el algodón y en 2007 con la liberación comercial de maíz modificado, algo que preocupa si se tiene en cuenta que “desde hace 15 años la población colombiana consume maíz sin tener la más remota idea de si existe o no una reglamentación del impacto negativo de estos productos”.
Ortíz comenta que desde 1990 Colombia era autosuficiente en la producción y consumo de alimentos. Hoy en día, el país importa masivamente el 85 % del maíz y el 95 % de la soya que consume. Estos dos productos se constituyen como los transgénicos que se masifican por excelencia en los cinco continentes.
La crisis algodonera de 2008
Con pérdidas cercanas a los $100.000 millones de pesos, el sector algodonero sufrió una grave crisis con un 30% de cultivo afectado, especialmente en los departamentos del Tolima y Córdoba. Algunas instituciones, para enfrentar el invierno de esa época, trabajaron cultivos modificados y así limitaron las consecuencias negativas.
El senador del Polo Democrático Jorge Robledo denunció por esa época que el gobierno de manera ilegítima permitió que se distribuyera entre los productores tolimenses, sin las pruebas suficientes, la semilla transgénica Monsanto DP-455, lo que posibilitó que casi 9.000 hectáreas de algodón sufrieran drásticas reducciones en el nivel de producción.
“Después de más de 10 años de siembra del algodón transgénico podemos decir que ha sido un gran fracaso (…) los agricultores del Tolima y Córdoba se quebraron en 2008 con la siembra de variedades transgénicas que le otorgó la multinacional Monsanto”, dice el director de la fundación Semillas. Ortíz insiste en destacar que con estos cultivos, solamente en el 2012, los agricultores de Córdoba perdieron más de $72.000 millones de pesos con un algodón transgénico que tiene dos características: resistencia herbicida y cultivos BT para el control de plagas en los cultivos.
También recalca que los agricultores quedaron a la deriva porque Monsanto no ha respondido por las pérdidas o los daños que se presentaron en los últimos años, pero en cambio, sí está muy pendiente de hacer cumplir los contratos que firman los cultivadores, además del reconocimiento y el pago por las regalías de las patentes de estas semillas. Para Ortíz, los agricultores no tienen quién los defienda, ya que el ICA no ha hecho gran cosa para investigar sobre la afectación de este tipo de tecnología.
María Uscátegui de Agro-Bio dice que en referencia al caso de los algodoneros en 2008, el ICA (institución que regula estos cultivos) realizó un estudio en el que se demostró que las plantaciones de algodón (tanto convencionales como genéticamente modificadas) habían sido afectadas por factores climáticos y las pérdidas no se generaron por causa de la tecnología.
“Es importante destacar aquí que las semillas genéticamente modificadas deben contar con los mismos cuidados que cualquier cultivo, siguiendo buenas prácticas agrícolas para que se obtengan los mejores resultados”.
Uscátegui alega que actualmente a pesar de la situación mundial del mercado de algodón, los agricultores de regiones como Córdoba, Tolima, Cesar y Sucre, entre otros, le siguen apostando a la siembra de este producto con semillas genéticamente modificadas.
En el caso del maíz, la directora ejecutiva de la asociación que promueve el uso de los elementos biotecnológicos, cree que se ha dado un aumento significativo año tras año en la producción, ya que los agricultores “están siendo testigos” de los beneficios de la tecnología como la reducción de pérdidas de las cosechas a causa de las malezas y/o las plagas; el uso más sostenible de los insumos químicos además de otros beneficios indirectos que los agricultores “resaltan de la tecnología” como la facilidad del manejo del cultivo y la mejora en la calidad de vida del mismo agricultor.
Etiquetado y regulación
En 2011 el ministerio de la Protección Social estableció la resolución 4254 por medio de la cual expide el reglamento técnico que establece disposiciones relacionadas con el rotulado o etiquetado de todos los alimentos derivados de Organismos Genéticamente Modificados(OGM) con la identificación de materias primas para el consumo que humano que los contengan.
Esta medida no cubre al aceite de soya, algodón, maíz o canola, productos que se venden en el país y cuya fabricación es a base de transgénicos. El argumento que da la legislación es que las materias primas que se usan son iguales a las convencionales en cuanto a su calidad nutricional.
Para el grupo Semillas, el etiquetado es una medida que se da por la presión que tienen los consumidores o los ciudadanos en general para que , por lo menos, se cuente con “el derecho fundamental” de poder decidir qué se consume, esto se da en Europa donde hay una fuerte legislación. La organización cree que en Colombia se cuenta con una resolución tan débil y tan poco fuerte al exigir el etiquetado, que finalmente no opera, lo que imposibilita tener el control sobre este tipo de productos, sobre todo por la importación masiva de soya y maíz transgénico que se está haciendo sin ningún control y sin ninguna posibilidad de elección para los consumidores.
Así mismo insisten que mientras en Europa las etiquetas son promovidas para sacar provecho del mercado pues los productos libres de modificaciones se están vendiendo a un precio más alto, en Colombia sólo se exige que las cajas que contienen alimentos transgénicos de otras partes del mundo, contengan una marquilla a la entrada de los puertos, pero en los supermercados, el comprador desconoce su origen.
En cuanto a la reglamentación Agro-Bio explica que Colombia cuenta con una regulación para la aprobación, siembra, control y monitoreo de los cultivos genéticamente modificados. La asociación dice que si el agricultor decide adoptar la biotecnología, debe cumplir con unas normas establecidas por la autoridad competente, el ICA, que es la encargada de determinar si se puede sembrar, en donde y bajo que normas se debe hacer.
Las semillas genéticamente modificadas que se encuentran actualmente en el mercado son una herramienta más del abanico de posibilidades que encuentra el agricultor y para la agrupación defensora de los transgénicos, nadie obliga al comerciante a sembrar o no la semilla genéticamente modificada.
Extraido de: http://www.kienyke.com/economia/transgenicos-un-demonio-en-el-que-cree-colombia/
sábado, 15 de junio de 2013
niño que discute sobre ¿que pasa con nuestros sistema alimentario?
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=YpuaPSo3AKk
Birke Baehr, de 11 años de edad, presenta su versión de una fuente importante de nuestra alimentación: las lejanas y no menos pintorescas granjas industriales. Argumenta que mantener las granjas fuera de la vista promueve un panorama color de rosa e irreal de la agricultura intensiva, al tiempo que esboza una defensa de la producción orgánica de alimentos de escala local.
Birke Baehr, de 11 años de edad, presenta su versión de una fuente importante de nuestra alimentación: las lejanas y no menos pintorescas granjas industriales. Argumenta que mantener las granjas fuera de la vista promueve un panorama color de rosa e irreal de la agricultura intensiva, al tiempo que esboza una defensa de la producción orgánica de alimentos de escala local.
jueves, 13 de junio de 2013
¿Que es el Consumo Responsable?
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=P1gYxoDRfF4#at=46
Con nuestra forma de consumir podemos influir en la marcha de la economía y del mundo de una forma directa. Un consumo consciente y responsable, orientado al fomento de actividades satisfactorias para la naturaleza y las personas es una gran contribución y un decisivo instrumento de presión frente al mercado.
El Consumo Responsable implica un consumo ético, ecológico y social. Es elegir productos no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.
Decidimos hacer este video junto a amigos y colegas de distintas partes del mundo por la importancia que el Consumo Responsable tiene en la lucha por lograr un mundo ecológicamente sustentable y socialmente justo.
Otro mundo es necesario, otro mundo es posible.
www.amartya.org.ar
Con nuestra forma de consumir podemos influir en la marcha de la economía y del mundo de una forma directa. Un consumo consciente y responsable, orientado al fomento de actividades satisfactorias para la naturaleza y las personas es una gran contribución y un decisivo instrumento de presión frente al mercado.
El Consumo Responsable implica un consumo ético, ecológico y social. Es elegir productos no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.
Decidimos hacer este video junto a amigos y colegas de distintas partes del mundo por la importancia que el Consumo Responsable tiene en la lucha por lograr un mundo ecológicamente sustentable y socialmente justo.
Otro mundo es necesario, otro mundo es posible.
www.amartya.org.ar
martes, 11 de junio de 2013
Comemos veneno: "El cáncer, la infertilidad y la diabetes son por la comida"
"El aumento de enfermedades crónicas
como la obesidad, la diabetes y el cáncer está directamente relacionado
con los alimentos que comemos. Las hormonas sintéticas presentes en los
fertilizantes y pesticidas que entran en contacto con la comida son muy
peligrosas para la salud y no suelen detectarse en los análisis
toxicológicos, por lo que se invalida el principio de que la ‘dosis hace
el veneno’”. Con esta advertencia a modo de carta de presentación, la
galardonada documentalista y periodista Marie-Monique Robin nos
introduce en el mundo de la agroindustria, su campo de investigación
desde hace más de una década, y sobre el que versa su último ensayo: Las
cosechas del futuro. Cómo la agroecología puede alimentar al mundo
(Península).
Una obra fruto del análisis comparativo de diversos sistemas de producción alimentaria que, en sintonía con otras anteriores como Nuestro veneno cotidiano y El mundo según Monsanto, cuestiona el mito de que la bajada del precio de los alimentos o de que el fin del hambre en el mundo solo son posibles mediante la producción industrial de alimentos. La principal novedad que aporta la autora gala con este último libro es que existe una alternativa demostrable, “más sobresaliente de lo que creía antes de iniciar la investigación”, y que se llama agroecología.
La transición de la agroindustria a la agroecología todavía es posible, explica Robin, pero aun existiendo la voluntad política necesaria para propiciar los cambios legislativos que la permitan, “llevará muchos años descontaminar las tierras y las aguas subterráneas hasta poder producir alimentos sanos”. Es por ello que urge, en primer lugar, limitar el uso de pesticidas y transgénicos. “España es el país más permisivo de la UE con el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y la comercialización de otras sustancias tóxicas, como el bisfenol A que otros lugares como Francia está prohibido”.
Una permisividad, alerta la autora gala, con unas consecuencias más que visibles: “Las parejas españolas son las que más problemas tienen de infertilidad en toda la Europa, que afecta a una de cada cuatro”. Al mismo tiempo, los cánceres de cerebro y la leucemia están creciendo a un ritmo anual del uno al tres por ciento entre los niños, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ponen también de relieve el auge del origen fetal de las enfermedades en la edad adulta (presuntamente por el tipo de alimentación de la gestante). “La propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya se está dando cuenta de estas consecuencias y reconociendo las deficiencias del principio toxicológico de que 'la dosis hace el veneno’ debido a las indetectables hormonas sintéticas, como demuestra la mayoría de literatura científica sobre esta cuestión”, apunta Robin.
El cenit del petróleo lo será también de la comida barata
Tradicionalmente se ha relacionado el bajo coste de los alimentos con los monocultivos, el uso de pesticidas y fertilizantes para reducir las plagas, así como otras técnicas modernas de producción a gran escala. Sin embargo, Robin afirma que “los precios de los alimentos que compramos en el supermercado son completamente falsos porque no incluyen los costes directos ni los indirectos”.
Los gastos derivados del tratamiento de las aguas contaminadas, del pago de las tasas por los gases de efecto invernadero, de las subvenciones (para el gasóleo, para exportar o directamente de la Política Agraria Común de la UE), así como de los sistemas públicos de salud, por el aumento de enfermos crónicos, son algunos de los costes asociados a la agroindustria que no se incluyen el precio de origen. “Si sumamos todos estos costes a los productos en origen, su precio subiría y serían más caros que los ecológicos”. Además, añade Robin, más de la mitad del precio está engordado por los intermediarios y finalistas.
Una realidad de la que no estamos muy lejos, según la autora gala, para quien antes o después tendrá que dispararse el precio de la comida, ya sea por el fin de las subvenciones (como se prevé con la PAC), por la creciente especulación bursátil con las materias primas en los mercados de futuro, o por el no menos inminente encarecimiento de los combustibles fósiles como el petróleo y el gas, debido a su cenit.
Los productos químicos utilizados en la agroindustria se elaboran a partir de petróleo y gas, por lo que un aumento en el precio de estos recursos, junto a la escasez de agua, pondría a la agroindustria en la encrucijada. “Esta es la gran debilidad de las industrias alimentarias. Se sustentan sobre un modelo que depende de los combustibles fósiles, y está claro que el precio de éstos será cada vez mayor, por lo que el de los alimentos será parejo. No tiene sentido que la alimentación en el mundo dependa de la producción de petróleo en una región tan convulsa como es Oriente Medio”, lamenta Robin.
Alimentos saludables en un mundo sostenible
Las perniciosas consecuencias para la salud y el medio ambiente de la agricultura industrial, así como la crónica de una muerte anunciada que Robin comenzó a describir antes incluso de que se produjesen las primeras crisis alimentarias en Latinoamérica (relacionadas con los biocarburantes) han llevado a la francesa a recorrerse el mundo en busca de alternativas ecológicas. Después de estudiar diferentes técnicas agroecológicas pudo comprobar que su rendimiento puede ser mayor que con técnicas propias de la agroindustria.
“Muchas veces, cuando hablamos de agroecología pensamos que se trata de volver a las técnicas empleadas por nuestros abuelos. No es así, se trata de prácticas mucho más complejas que dependerán de la zona geográfica donde se desarrollen, del tipo de cultivo o del tipo de tierra”, explica la autora. Sin embargo, Robin sí pudo comprobar que todos ellos coincidían en un principio básico: la complementariedad. “Se trata de un principio común mediante el que se busca complementar la biodiversidad del medio, mediante rotación de cultivos o interfiriendo en los ciclos biológicos de los insectos, para prevenir plagas y aumentar la producción”.
La demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores ha aumentado proporcionalmente al deterioro de la cadena alimentaria, “pero la oferta todavía no llega para abastecerlos a todos”, apunta Robin. Para hacerla extensiva a todo el mundo no llega con la concienciación del consumidor, que al fin y al cabo es el que más poder detenta con sus decisiones de compra, sino que se necesitan medidas políticas concretas.
Entre las propuestas más urgentes para facilitar el cambio, la periodista cita “la prohibición de la especulación con alimentos, el fomento de la soberanía alimentaria mediante una férrea protección de los mercados y agricultores locales, y el acortamiento de las cadenas de distribución buscando conexiones directas entre consumidores y productores”. Solo mediante la eliminación de los intermediarios y finalistas, explica la francesa, el precio de los alimentos orgánicos se reduciría hasta en un 90%”.
Las bases para posibilitar un cambio de modelo están puestas “desde hace muchos años”, pero de no iniciarse una pronta transición, advierte Robin, “no podremos anticiparnos a las crisis alimentarias que resurgirán en cualquier momento”.
Fuente: elconfidencial.com
Una obra fruto del análisis comparativo de diversos sistemas de producción alimentaria que, en sintonía con otras anteriores como Nuestro veneno cotidiano y El mundo según Monsanto, cuestiona el mito de que la bajada del precio de los alimentos o de que el fin del hambre en el mundo solo son posibles mediante la producción industrial de alimentos. La principal novedad que aporta la autora gala con este último libro es que existe una alternativa demostrable, “más sobresaliente de lo que creía antes de iniciar la investigación”, y que se llama agroecología.
La transición de la agroindustria a la agroecología todavía es posible, explica Robin, pero aun existiendo la voluntad política necesaria para propiciar los cambios legislativos que la permitan, “llevará muchos años descontaminar las tierras y las aguas subterráneas hasta poder producir alimentos sanos”. Es por ello que urge, en primer lugar, limitar el uso de pesticidas y transgénicos. “España es el país más permisivo de la UE con el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y la comercialización de otras sustancias tóxicas, como el bisfenol A que otros lugares como Francia está prohibido”.
Una permisividad, alerta la autora gala, con unas consecuencias más que visibles: “Las parejas españolas son las que más problemas tienen de infertilidad en toda la Europa, que afecta a una de cada cuatro”. Al mismo tiempo, los cánceres de cerebro y la leucemia están creciendo a un ritmo anual del uno al tres por ciento entre los niños, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ponen también de relieve el auge del origen fetal de las enfermedades en la edad adulta (presuntamente por el tipo de alimentación de la gestante). “La propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya se está dando cuenta de estas consecuencias y reconociendo las deficiencias del principio toxicológico de que 'la dosis hace el veneno’ debido a las indetectables hormonas sintéticas, como demuestra la mayoría de literatura científica sobre esta cuestión”, apunta Robin.
El cenit del petróleo lo será también de la comida barata
Tradicionalmente se ha relacionado el bajo coste de los alimentos con los monocultivos, el uso de pesticidas y fertilizantes para reducir las plagas, así como otras técnicas modernas de producción a gran escala. Sin embargo, Robin afirma que “los precios de los alimentos que compramos en el supermercado son completamente falsos porque no incluyen los costes directos ni los indirectos”.
Los gastos derivados del tratamiento de las aguas contaminadas, del pago de las tasas por los gases de efecto invernadero, de las subvenciones (para el gasóleo, para exportar o directamente de la Política Agraria Común de la UE), así como de los sistemas públicos de salud, por el aumento de enfermos crónicos, son algunos de los costes asociados a la agroindustria que no se incluyen el precio de origen. “Si sumamos todos estos costes a los productos en origen, su precio subiría y serían más caros que los ecológicos”. Además, añade Robin, más de la mitad del precio está engordado por los intermediarios y finalistas.
Una realidad de la que no estamos muy lejos, según la autora gala, para quien antes o después tendrá que dispararse el precio de la comida, ya sea por el fin de las subvenciones (como se prevé con la PAC), por la creciente especulación bursátil con las materias primas en los mercados de futuro, o por el no menos inminente encarecimiento de los combustibles fósiles como el petróleo y el gas, debido a su cenit.
Los productos químicos utilizados en la agroindustria se elaboran a partir de petróleo y gas, por lo que un aumento en el precio de estos recursos, junto a la escasez de agua, pondría a la agroindustria en la encrucijada. “Esta es la gran debilidad de las industrias alimentarias. Se sustentan sobre un modelo que depende de los combustibles fósiles, y está claro que el precio de éstos será cada vez mayor, por lo que el de los alimentos será parejo. No tiene sentido que la alimentación en el mundo dependa de la producción de petróleo en una región tan convulsa como es Oriente Medio”, lamenta Robin.
Alimentos saludables en un mundo sostenible
Las perniciosas consecuencias para la salud y el medio ambiente de la agricultura industrial, así como la crónica de una muerte anunciada que Robin comenzó a describir antes incluso de que se produjesen las primeras crisis alimentarias en Latinoamérica (relacionadas con los biocarburantes) han llevado a la francesa a recorrerse el mundo en busca de alternativas ecológicas. Después de estudiar diferentes técnicas agroecológicas pudo comprobar que su rendimiento puede ser mayor que con técnicas propias de la agroindustria.
“Muchas veces, cuando hablamos de agroecología pensamos que se trata de volver a las técnicas empleadas por nuestros abuelos. No es así, se trata de prácticas mucho más complejas que dependerán de la zona geográfica donde se desarrollen, del tipo de cultivo o del tipo de tierra”, explica la autora. Sin embargo, Robin sí pudo comprobar que todos ellos coincidían en un principio básico: la complementariedad. “Se trata de un principio común mediante el que se busca complementar la biodiversidad del medio, mediante rotación de cultivos o interfiriendo en los ciclos biológicos de los insectos, para prevenir plagas y aumentar la producción”.
La demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores ha aumentado proporcionalmente al deterioro de la cadena alimentaria, “pero la oferta todavía no llega para abastecerlos a todos”, apunta Robin. Para hacerla extensiva a todo el mundo no llega con la concienciación del consumidor, que al fin y al cabo es el que más poder detenta con sus decisiones de compra, sino que se necesitan medidas políticas concretas.
Entre las propuestas más urgentes para facilitar el cambio, la periodista cita “la prohibición de la especulación con alimentos, el fomento de la soberanía alimentaria mediante una férrea protección de los mercados y agricultores locales, y el acortamiento de las cadenas de distribución buscando conexiones directas entre consumidores y productores”. Solo mediante la eliminación de los intermediarios y finalistas, explica la francesa, el precio de los alimentos orgánicos se reduciría hasta en un 90%”.
Las bases para posibilitar un cambio de modelo están puestas “desde hace muchos años”, pero de no iniciarse una pronta transición, advierte Robin, “no podremos anticiparnos a las crisis alimentarias que resurgirán en cualquier momento”.
Fuente: elconfidencial.com
el veno esta en nuestra mesa
http://www.youtube.com/watch?v=o5p-loc91u8
Documental realizado por el cineasta Brasileño Silvio Tendler sobre agrotóxicos en 2011, que muestra al público el peligro que representa para los trabajadores, para los ciudadanos y la forma en que están comiendo mal y peligrosamente, a causa de un modelo agrícola perverso, basado en los agronegocios.
Documental realizado por el cineasta Brasileño Silvio Tendler sobre agrotóxicos en 2011, que muestra al público el peligro que representa para los trabajadores, para los ciudadanos y la forma en que están comiendo mal y peligrosamente, a causa de un modelo agrícola perverso, basado en los agronegocios.
¿Agua o petroleo?
http://www.youtube.com/watch?v=FUkr9BlLLjY
video acerca de una realidad colombiana y un triste ejemplo de conflicto ecologico distributivo
video acerca de una realidad colombiana y un triste ejemplo de conflicto ecologico distributivo
sábado, 8 de junio de 2013
¿Son Los Autos Eléctricos Más Ecológicos?
Los
gobiernos ven los autos eléctricos como una parte importante de sus
planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera y su impacto en el calentamiento global.
Sin embargo, algunos científicos cuestionan que este tipo de vehículos
sean tan ecológicos como se los pinta.
Un reciente estudio llevado a cabo por científicos noruegos
descubrió que en algunas circunstancias los autos eléctricos pueden
tener un impacto incluso mayor en el calentamiento global que un
vehículo convencional.
Baterías de litio
Gillaume Majeau-Bettez, uno de los autores de este trabajo en la
Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, admite que quedó
sorprendido y defraudado con los resultados.
"El auto eléctrico tiene un gran potencial para mejorar, pero lo
que al final lo conducirá al éxito o al fracaso desde un punto de vista
ambiental es cuán limpia es nuestra red eléctrica, tanto para la
electricidad que usas para conducir tu auto como para la que se usa para
producir el auto", explica.
Para hacer el estudio, los investigadores analizaron el impacto
que la producción y funcionamiento de los autos eléctricos tiene en el
calentamiento global, tras circular 150.000 km. Luego compararon estos
datos con la producción y funcionamiento de los autos convencionales.
Uno de sus hallazgos fue que la energía empleada para fabricar
masivamente los vehículos eléctricos suponía que algunos autos tenían el
doble de impacto sobre el calentamiento global que los convencionales.
Esto, dicen, se debe principalmente a la energía y los materiales necesarios para fabricar las baterías de iones de litio.
Electricidad más contaminante
Sin embargo, aseguran que todo depende de cómo se genera la
electricidad en el país donde se conduce el auto. Incluso puede depender
de a qué hora del día se cargan las baterías, porque la electricidad
nocturna es menos dependiente del carbón.
En 2012, en países como Reino Unido, la generación eléctrica a
partir de carbón aumentó en un 40%, debido al incremento de precios del
gas usado también para generar energía.
La electricidad a partir de carbón, que es la forma más
contaminante de producir energía, reduce drásticamente las ventajas de
los autos eléctricos. Por ejemplo, como China genera casi toda su
energía con carbón, el análisis de los autos eléctricos en el gigante
asiático mostró que eran muchísimo más contaminantes que los autos a
gasolina.
No obstante, en países como Noruega, donde gran parte de la
energía es producida por centrales hidroeléctricas, los autos eléctricos
tuvieron menos impacto ambiental que los normales.
"Para la media de generación eléctrica en Europa, si usas un auto
por 150.000 km puedes esperar una mejora de un 25% (en impacto global)
respecto a un vehículo con gasolina", apunta.
El debate
Estos resultados les añaden un dilema más a todos aquellos consumidores que evalúan si cambiarse o no a los autos eléctricos.
Aparte de cuestionamientos sobre su conducción o si uno podrá
alcanzar su destino sin tener que cambiar batería, los beneficios
ambientales no están siempre del todo claros.
Cierto es que algunas investigaciones deben mirarse con más
detenimiento, ya que algunas empresas petroleras han sido acusadas de
financiar reportes seudocientíficos para desprestigiar a los autos
eléctricos.
Aunque el estudio noruego ha sido criticado por algunos, alegando
que existen vínculos entre la universidad y la petrolera Statoil, el
equipo detrás de la investigación insiste en que ningún dinero
procedente de la firma se usó para financiar el trabajo.
Además, los científicos publicaron en internet los datos del estudio.
"Queremos que la gente elija con los ojos abiertos, conociendo
las ventajas, dice Majeau-Bettez. "Se han dado gran cantidad de
malinterpretaciones a ambos lados del debate. No existe nada que sea
cero emisiones, ya sea un vehículo o un edificio".
"Todo tiene emisiones, pero a veces se dan lejos del usuario".
Publicado el (mes/día/año) 06/07/2013
Fuente: BBC Mundo - http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/04/130412_tecnologia_autos_electricos_limpio_aa.shtml -
Extraido de: http://rds.org.co/oficina.htm?x=1069930
Desarrollan análisis para detectar trastornos endocrinos en la placenta y otros tejidos
Un grupo de científicos dirigido por el catedrático de la
Universidad de Granada Alberto Navalón Montón, está elaborando
metodologías analíticas que permitan la identificación y cuantificación
de diferentes familias de disruptores endocrinos químicos en muestras de
tejidos y fluidos biológicos humanos, para conocer su presencia y
concentración en el organismo. Se trata de un proyecto de excelencia
denominado Biomonitorización de disruptores endocrinos químicos mediante
técnicas separativas avanzadas
El equipo está integrado por químicos analíticos y médicos, pertenecientes a los departamentos de Química Analítica, y Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, así como personal del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).
Los
disruptores endocrinos químicos (EDC) son un conjunto heterogéneo de
compuestos químicos, contaminantes medioambientales, que interaccionan
con el sistema endocrino y pueden alterarlo. “Estas sustancias se
incorporan a nuestro organismo a través de diferentes fuentes de
exposición, como los productos de higiene personal, cremas solares, e
incluso a través de la alimentación”, señala el responsable del estudio.
Los investigadores están centrados de
manera especial en el análisis de muestras procedentes de mujeres y de
bebés, ya que según indica el profesor Navalón, “las etapas embrionaria,
fetal y la primera infancia son momentos críticos en cuanto a la
exposición a compuestos químicos con actividad hormonal”.
Hasta la fecha, los científicos
granadinos han podido comprobar la presencia de estas sustancias en las
muestras analizadas de placenta humana, tejido adiposo, suero y orina en
concentraciones de microgramos por litro, lo que ha dado lugar a
diferentes publicaciones en revistas internacionales como
ReproductiveToxicology, Talanta o Journal Chromatography B. Además,
están ensayando nuevos métodos de extracción de estos compuestos en
leche materna, tejido placentario, suero y orina.
“Hemos puesto a punto métodos analíticos
para la identificación y cuantificación de residuos de los disruptores
endocrinos ‘libres’ (que aparecen en las muestras en su forma original,
tal y como se comercializan), así como de sus metabolitos glucoronizados
y sulfatados”, indica el responsable de la investigación. “Cuando
hablamos de metabolitos, queremos poner de manifiesto que el compuesto
se ha ‘metabolizado’, se ha transformado en otros compuestos”, aclara.
El equipo está integrado por químicos analíticos y médicos, pertenecientes a los departamentos de Química Analítica, y Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, así como personal del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).
“Con los resultados que obtenemos del
análisis de las muestras, el equipo médico, dirigido por el catedrático
Nicolás Olea Serrano, realiza los correspondientes estudios estadísticos
y establece las posibles correlaciones con la edad, sexo, hábitos
alimenticios, procedencia, etc., de las personas a las que corresponden
las muestras”, aclara el responsable de la investigación.
Con este proyecto de excelencia de la
convocatoria de 2009, financiado con 224.273,68 euros por la Consejería
de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, los científicos también
contribuyen a ampliar el muestreo en tejido placentario en las cinco
comunidades autónomas españolas no cubiertas por la Red Infancia y
Medioambiente (INMA) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). En
estas comunidades (Galicia, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Aragón y
Extremadura), hasta la fecha, no hay datos sobre disruptores endocrinos.
Además, “se cruzarán los resultados obtenidos con la información sobre
morbilidad y mortalidad de cada región, para poder proveer a los
responsables sanitarios con indicadores para la vigilancia de la salud”,
concluye el profesor Alberto Navalón Montón.
Compuestos estudiados
Las familias de disruptores endocrinos
químicos objeto de estudio son: ftalatos, empleados como plastificantes,
en cosmética, vidrios de seguridad, insecticidas, adhesivos y
explosivos; alquifenoles, que son usados como productos intermedios en
la fabricación de barnices y lacas, jabones oxidantes y aditivos de
aceites de motores; parabenes, que se encuentran en lacas, cremas
cosméticas y desodorantes; benzofenonas, empleadas en cremas solares,
cosméticos y plásticos para envases alimentarios por su actividad como
filtros “químicos” a la radiación UV; camfenos y salicilatos, utilizados
como filtros solares a la radiación UV; y el bisfenol A, que se usa en
la fabricación de polímeros, resinas, fungicidas, etc. así como sus
derivados clorados.
martes, 4 de junio de 2013
¿Es irreversible esta profunda crisis ambiental?
Guardadas las proporciones, nuestro mundo está recorriendo el camino fatal de los habitantes de la Isla de Pascua, que arrasaron con su ecosistema en una competencia por la supremacía.
Por: Ernesto Guhl Nannetti
La construcción de monolitos en la Isla de Pascua representó su caída ambiental. / David Berkowitz - Flickr
El domingo de Pascua del año 1722, el almirante holandés Jakob Roggeveen descubrió para el mundo occidental una remota isla volcánica, enclavada en el Pacífico Sur, que bautizó como la Isla de Pascua. De esa pequeña isla, ubicada a 3.200 km de la costa de Suramérica, fue surgiendo una serie de interrogantes que solamente ahora empiezan a encontrar respuesta.
Se dice que unos mil años antes de la llegada de los occidentales, un grupo de habilísimos navegantes polinesios, que recorrían el Pacífico, arribó a la isla a la que bautizaron Rapa Nui y que encontraron un marco natural no rico, pero sí hospitalario. Espesos bosques cubrían las laderas, el agua era abundante, la pesca fácil y los suelos, de origen volcánico, apropiados para cultivar la batata. En pocas palabras, les pareció, después de los riesgos de una larga navegación, un lugar bastante parecido al Paraíso, y decidieron quedarse. Siguiendo su tradición, se organizaron en grupos de familias extensas e iniciaron una vida feliz y próspera.
Los clanes familiares fueron creciendo y consolidándose y poco a poco se inició una competencia por la supremacía. Esta competencia se expresó en la construcción de las famosas cabezas de piedra. Si bien se cree que en un inicio tenían un significado exclusivamente religioso y ritual, parece que éste fue cambiando paulatinamente para convertirse en símbolo de poder material y de “desarrollo”. Cada vez las hacían más grandes, cada vez más arriesgadas, cada vez las transportaban más lejos desde las canteras volcánicas de la piedra madre. Se usaron para delimitar territorios y como símbolos de superioridad y de éxito.
Para construir, para mover y erguir estos monolitos cada vez más colosales, los nativos necesitaron cada vez más árboles, que empleaban como rodillos para transportarlas en trineos de madera halados por hombres. Se rompió el funcionamiento normal de los ecosistemas en forma excesiva e irreversible. Los suelos se erosionaron, se perdió la regulación natural de las aguas, que empezaron a mermar; se afectó la fauna.
Este proceso llevó a una situación en la que no fue posible cultivar la tierra por falta de madera para fabricar herramientas de labranza, ni contar con leña para la cocción de alimentos. Tampoco se dispuso de madera para la construcción de embarcaciones, ni con redes para pescar. Así empezó a disminuir la pesca y los nativos, sin embarcaciones, quedaron prisioneros, literalmente aislados en su lejana isla. No fue posible construir nuevas viviendas, por carencia de materiales, y poco a poco los nativos, cada vez peor alimentados, buscaron refugio en cuevas para protegerse de las inclemencias del clima.
Se inició, si se quiere, un proceso de regresión cultural, un retorno a las cavernas, que se expresó en una disminución de la población y en una pérdida irreversible de la calidad de vida. Se dice incluso que más tarde la búsqueda de la supervivencia condujo al canibalismo. Entretanto, las cabezas de piedra servían como testigos hieráticos de la descomposición y el colapso de la cultura que las creó, a partir del abuso y de la incomprensión del medio y de sus recursos.
Trasladando esta historia al presente podemos afirmar que nuestro planeta está recorriendo el camino de los habitantes de la Isla de Pascua. Hemos abusado de la naturaleza, la hemos degradado y maltratado en aras del desarrollo, irrespetando sus límites y sus capacidades, y ahora tratamos de sustituirla mediante escenarios falsos y creaciones electrónicas. La mayor paradoja es que estamos destruyendo nuestra casa real y creando para reemplazarla realidades inhabitables o que sólo existen en el mundo virtual.
A pesar de las reiteradas advertencias, los evidentes estragos y riesgos del cambio climático y el agotamiento de los ecosistemas terrestres y marinos, los centros tradicionales de poder ligados a los intereses económicos globalizados han impedido tomar las decisiones internacionales de fondo para mitigar la crisis ambiental, ignorando que es la mayor amenaza que enfrenta la humanidad e impidiendo encontrar caminos sostenibles realistas para el desarrollo y la equidad.
En nuestro entorno, desafortunadamente, seguimos esta tendencia y a pesar de las permanentes advertencias de diversas fuerzas socioculturales, continuamos empeñados en basar nuestra economía en más petróleo y más carbón, causantes del cambio climático. Continuamos amenazando los páramos, reguladores del agua con la minería de oro. Convertimos la selva amazónica en una “zona de reserva minera”, sin investigar alternativas para su aprovechamiento sostenible.
La deforestación, que casi extinguió el bosque alto andino y el bosque seco tropical, amenaza la valiosa y desconocida selva tropical húmeda y avanza alterando las cuencas, acelerando los procesos de erosión, cargando los ríos de sedimentos y causando variaciones incontrolables en sus caudales.
El deterioro de los hábitats naturales, originado en la codicia disfrazada de progreso, conlleva la extinción de especies de fauna y flora que hasta hace apenas medio siglo eran abundantes. La expansión acelerada y desordenada de ciudades que hacemos contaminadas, ruidosas y congestionadas, devora los mejores suelos del país y contamina las aguas con sus vertimientos.
La primera condición para cambiar esta tendencia, antes de que sea demasiado tarde, es una decidida y firme voluntad política que incorpore efectivamente la sostenibilidad territorial en las políticas públicas y adopte nuevas formas de manejo de los bienes y servicios ecosistémicos, para garantizar el bienestar presente y futuro de la población. Como expresión de esta voluntad el país debería contar con normas e instituciones sólidas, rigurosas, técnicas y transparentes, que encauzaran los procesos de desarrollo y aprovechamiento dentro de los límites de la naturaleza. Mientras esto no sea una realidad, no lograremos romper el ciclo fatal de la Isla de Pascua.
Por: Ernesto Guhl Nannetti
Extraido de: http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/vivir/articulo-425729-irreversible-esta-profunda-crisis-ambiental
domingo, 2 de junio de 2013
Las empresas y su responsabilidad ante la sociedad y el medio ambiente
Por: Dr. Antonio Vives*
Profesor -consultor Stanford University
Profesor -consultor Stanford University
La empresa usa a la sociedad y al medio ambiente para llevar a cabo
sus actividades y ello le confiere responsabilidades. Es la sociedad la
que ha permitido la creación de estructuras jurídicas que le conceden
derechos a la empresa para llevar a cabo sus actividades, acceder al
sistema jurídico, a los mercados financieros y de insumos, le
proporciona mano de obra y adquiere sus productos y servicios, entre
otros.
El medio ambiente le da servicios ambientales, le da acceso al aire y
al agua con que opera, que muchas veces lo devuelve contaminado, le da
acceso a recursos naturales, le da el espacio en que operar.
En correspondencia, ¿basta, como alegan muchos empresarios, con que
la empresa pague impuestos (¿se pagan todos?), se creen empleos (¿son
dignos?, ¿se pagan sueldos justos?, ¿en condiciones laborales
decentes?) y que produzca bienes y servicios para que la sociedad los
consuma (¿son producidos responsablemente?, ¿son necesarios y
beneficiosos para el desarrollo humano?)? ¿Y se portan bien, con ética,
sin incurrir en corrupción, sin explotar la ignorancia o incompetencia
del Estado y del público?
Si las empresas en vez de tener una visión egocentrista, en que la
sociedad y el medio ambiente giran a su alrededor, tomaran la
perspectiva de la sociedad y del medio ambiente, que es donde comienza
su capacidad de operar, su comportamiento sería muy distinto.
Lamentablemente muchos empresarios lo dan como un hecho, nunca se han
puesto a pensar en lo que deben, piensan que es la sociedad la que les
debe. Sí, es cierto que las empresas juegan un papel muy importante y
hacen una contribución a la calidad de vida, pero esa contribución es
en asociación con la sociedad y con el permiso del medio ambiente. Ello
les da responsabilidades, en un contrato implícito entre estas partes,
que el Estado y la misma sociedad deberían hacer cumplir, pero en el
que lamentablemente muchas veces fallan.
Como ejemplo un (gran) botón. Por cada $1 de ingresos en la
producción de ganado, se generan costos ambientales no cubiertos
(externalidades) de $18.70, relacionados con el uso de la tierra, del
agua y de las emisiones de gases de efecto invernadero. El Planeta
Tierra y las futuras generaciones les dan un subsidio de $18.7 por
dólar de ingreso. ¿Tienen estas empresas responsabilidades con el
Planeta Tierra y con las futuras generaciones que van más allá de pagar
impuestos, dar empleo y producir carne para que comamos? La respuesta
es obvia, pero la ve muy poca gente, en especial porque estos costos no
se contabilizan en el estado de ganancias y pérdidas de la empresa.
Es muy difícil imaginar la operación de muchas empresas si se
reflejaran los verdaderos costos en su contabilidad. Muchos productos
no serían viables. Algún día, cuando haya convencimiento general de
que el planeta y la sociedad no pueden seguir subsidiando a muchas
empresas, se reflejarán estos costos y paulatinamente habrá cambios
estructurales en los productos y servicios que se producen y en los
esquemas de producción y consumo (los consumidores no estamos exentos
de culpa, también tenemos que hacer consumo responsable).
Mientras tanto las empresas harían muy bien en reconocer las deudas
que acumulan con la sociedad y el medio ambiente y, por lo menos,
tratarlos como socios, y reconocer sus responsabilidades por producir y
vender responsablemente, mitigando sus impactos negativos y buscando
hacer el mejor bien posible.
Fecha de publicación: 30/04/2013
*Las opiniones aquí expresadas representan los puntos de
vista propios del autor, no reflejan las opiniones, políticas, ni puntos
de vista del Cider.
Video La Huella Ecologica Del Hombre
https://www.youtube.com/watch?v=70fQ8Jk7IgY&list=PLEB033AC773BA0265
Imaginemos que tenemos delante todo lo que hemos consumido a lo largo de la vida. La cantidad de desperdicios generada por este consumo es brutal. El documental "La huella ecológica del hombre" analiza nuestro consumo en el mundo desarrollado, desde que nacemos hasta que llegamos a la tercera edad, mediante una ilustración visual del impacto que supone cada persona sobre el resto de la población y sobre el planeta.
Las cifras son apabullantes: a lo largo de su vida, una persona consume una media de 7.550 litros de leche, toma 7.163 baños, en los que puede consumir casi un millón de litros de agua, y tiene 104.390 sueños.
Cada uno de nosotros enviará 40 toneladas de basura a los vertederos, se beberá 74.802 tazas de té, ingerirá 30.000 pastillas y medicamentos, y se comerá tantas alubias como para llenar una bañera. En nuestra vida caminaremos 24.887 kilómetros y recorreremos 728.489 en coche, distancia equivalente a ir y volver a la Luna, y harán falta 24 árboles para fabricar todos los libros y periódicos que cada uno de nosotros va a leer.
"La huella ecológica del hombre" apila todo el pan que una persona consume a lo largo de su vida y prende fuego al metano que emite. Todo, para crear una visualización única y convincente de la huella que dejamos en el mundo..........
Imaginemos que tenemos delante todo lo que hemos consumido a lo largo de la vida. La cantidad de desperdicios generada por este consumo es brutal. El documental "La huella ecológica del hombre" analiza nuestro consumo en el mundo desarrollado, desde que nacemos hasta que llegamos a la tercera edad, mediante una ilustración visual del impacto que supone cada persona sobre el resto de la población y sobre el planeta.
Las cifras son apabullantes: a lo largo de su vida, una persona consume una media de 7.550 litros de leche, toma 7.163 baños, en los que puede consumir casi un millón de litros de agua, y tiene 104.390 sueños.
Cada uno de nosotros enviará 40 toneladas de basura a los vertederos, se beberá 74.802 tazas de té, ingerirá 30.000 pastillas y medicamentos, y se comerá tantas alubias como para llenar una bañera. En nuestra vida caminaremos 24.887 kilómetros y recorreremos 728.489 en coche, distancia equivalente a ir y volver a la Luna, y harán falta 24 árboles para fabricar todos los libros y periódicos que cada uno de nosotros va a leer.
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Historia de la Alimentación en dos minutos
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=i3Vgzuf9zLE
el link los conducirá a ver el vídeo "Una historia alternativa de los alimentos" y lo que hemos hecho de ellos en nuestra vida....
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La maldición de los recursos
Por: Gonzalo Vargas Forero*
Profesor del Cider, Universidad de los Andes
Profesor del Cider, Universidad de los Andes
Según la hipótesis de la 'maldición de los recursos', la abundancia
de recursos naturales, particularmente minerales, puede tener efectos
nefastos sobre las posibilidades de desarrollo de un país. La maldición
tiene tres facetas: por el lado económico, el riesgo
más obvio es malgastar la bonanza en consumo o en elefantes blancos
-que sería como vender un riñón para comprarse un iPhone y gastarse el
resto en trago con los amigos-. Existe también el riesgo de enfermedad
holandesa: el auge minero puede impulsar sectores como la finca raíz y
los servicios (los 'no-transables'), pero puede también arrasar con la
agricultura y la manufactura (los 'transables'), de forma que en el
largo plazo, cuando el boom cesa (o en el corto, si hay un shock de
precios), el país no tiene mucho qué exportar.
Por el lado político, el reto es múltiple: en
primer lugar, el gobierno se enfrenta al dilema de usar las rentas
petroleras en inversiones de largo plazo (e incluso ahorrarlas de forma
que su monetización no impacte negativamente la economía) o 'repartir
la mermelada' para mejorar su popularidad. Por ejemplo, invertir en
educación e infraestructura puede ser la mejor alternativa pero, ya que
los beneficios se verán sólo en el largo plazo (por lo menos un
decenio), el cálculo electoral, que no sobrepasa los cuatro años, no
favorece esta opción. En segundo lugar, el gobierno se verá asediado
por grupos de interés que con distintos argumentos -algunos legítimos,
otros no tanto- querrán parte de la mermelada, e.g. subsidios y
exenciones tributarias. En tercer lugar, el Estado perderá incentivos
para prestar mejores servicios y responder a las demandas ciudadanas
pues sus rentas dependerán menos de los ingresos tributarios y más de
las rentas mineras. Y, lo peor, sin completo control territorial por
parte del Estado, es probable que surjan y prosperen grupos armados
que, con o sin ideología, buscarán capturar parte de las rentas mineras
por la vía de la extorsión o la rebelión. Al respecto, existe evidencia
empírica de que la dependencia de las exportaciones mineras tiende a
incrementar el riesgo de guerra civil y a prolongar conflictos
preexistentes [1].
Aunque no hace parte de la formulación canónica de la maldición de los recursos, es necesario incluir también la dimensión ambiental,
referida al riesgo de destruir activos naturales estratégicos, cuyo
valor económico aún es desconocido. Y, finalmente, están las
interacciones entre los tres hechizos. Por ejemplo, si la caza de
rentas prospera habrá cada vez menos ingenieros y cada vez más
abogados, menos centros de investigación pero más firmas de lobby y
relaciones públicas, menos patentes pero más paros. Y todo esto
influirá desfavorablemente en las perspectivas económicas de largo
plazo.
Hay varias posiciones frente a la hipótesis de la maldición de los
recursos: mientras los negacionistas la consideran un 'mito', los
fatalistas la ven como inescapable. ¿Quién tiene la razón? Depende. En
general, la 'buena calidad institucional' parece ser un aspecto
determinante: en los países donde hay poca corrupción, donde impera la
ley (rule of law) y donde se respetan la propiedad y los
contratos, las bonanzas mineras impulsan al crecimiento. En aquellos
donde ocurre lo contrario, la bonanza se traduce en crecimiento
económico mediocre [2]. Dejo a los lectores la cuestión de qué tan
buena es nuestra calidad institucional. Próximamente volveré sobre este
tema para examinar si la hipótesis de la maldición de los recursos se
está cumpliendo en Colombia y si es posible prevenirla o frenarla.
[1] Al respecto ver Ross (2004)
[2] Al respecto, ver este paper que descubrí gracias al blog de Acemoglu & Robinson. Sobre la maldición de los recursos ver el clásico paper de Sachs & Warner.
[2] Al respecto, ver este paper que descubrí gracias al blog de Acemoglu & Robinson. Sobre la maldición de los recursos ver el clásico paper de Sachs & Warner.
Fecha de publicación: 22/05/2013
El Agua y el Derecho ¿Humano demasiado humano?
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El Agua y el Derecho ¿Humano demasiado humano?
Notas para el debate
Son
amplios los debates que durante el último año se han dado en torno al
agua como derecho humano y las diferentes visiones que frente a este
concepto se han expuesto, contrapuesto, e incluso apropiado por parte de
los gigantes corporativos. Luego del Foro Mundial del Agua en Marsella,
en marzo de 2012, y de las propuestas que ya apuntaban al desastroso
resultado que se expone en los parágrafos 119 a 124 de la declaración de
Río + 20 -básicamente la propuesta de un mercado mundial integrado del
agua- queremos recoger algunas de las posiciones esbozadas en debates de
organizaciones, redes y movimientos en defensa del elemento vital.
Esperamos que estas letras nos permitan generar un intercambio activo y
una posibilidad de re-construcción conjunta de concepciones comunes y
estrategias frente al avance trasnacional en los territorios del agua.
La perspectiva del agua como derecho humano y algunos debates centrales.
Empezamos
entonces por reconstruir algunos argumentos del debate que ya se
perfilaban en Marsella, y que lejos de basarse en una perspectiva
puramente teórica, han sido esbozados por grupos y organizaciones que
han luchado y ganado batallas frente a la privatización y
mercantilización del agua. Éstas críticas se han presentado desde lo que
se considera la inoperancia en la efectivización del derecho a pesar de
los reconocimientos internacionales y los cambios estructurales en
algunas naciones.
En
primer lugar, en la concepción del agua como derecho humano surge el
peligro del antropocentrismo. Esto porque el enunciado el agua es un
derecho humano podría excluir de la necesidad de acceso a los otros
seres de la naturaleza para los que el agua también es vital. Existe una
clara diferencia entre las enunciaciones agua como derecho humano (o
como más comúnmente se presenta: el agua es un derecho humano) y el
derecho humano fundamental de acceder al agua. El segundo enunciado y lo
que su concepción entraña no es reduccionista, mientras que el primero
objetiviza el elemento natural y de esa manera podría reducirlo a una
funcionalidad únicamente para los seres humanos. Las diferencias entre
las dos enunciaciones no son menores, pues en la premisa el agua es un
derecho humano fundamental existe una condición ontológica que se
presume existe en el agua para satisfacer necesidades humanas, de ahí su
carácter antropocéntrico.
En
segundo lugar, más allá de la condición enunciativa, que, se dice,
pudiese ser reduccionista, la concepción de derecho en términos del
pensamiento de occidente, asociada a la aparición del estado liberal -
moderno, no se aplica a cosmovisiones, por ejemplo, indígenas.
Comunidades para las cuales el agua no es un derecho, sino un componente
esencial de la naturaleza que entrega sentido a la existencia en su
transitar entre la montaña y el mar. Diversas visiones sobre las aguas,
las del llamado mundo occidental y visiones externas y en general
opuestas a él, plantean un extenso abismo respecto a la pragmática del
derecho entre sociedades 'homogéneas' como las europeas, y sociedades
como las latinoamericanas donde la la plurinacionalidad y
pluriculturalidad no permiten reduccionismos ni fórmulas de
homogenización jurídica o cultural.
Tercero.
En la mayoría de las sociedades contemporáneas y su forma de
organización política, el estado nacional es el garante de los derechos.
Sin embargo, y como lo consigna Vandana Shiva en Las guerras del agua,
el control del Estado sobre las aguas y otros bienes comunes fue y es la
punta de lanza hacia la privatización, lo que pone en entredicho su
papel de garante en relación al derecho. Por otra parte, y en estrecha
relación al papel del Estado hoy, en la etapa neoliberal del
capitalismo, y luego de los procesos de globalización, los estados
nacionales parecen haber desdibujado cada vez más su función, para dar
paso a lo que se ha denominado la corporación – nación. El cumplimiento
frente a la exigencia del derecho, en esa perspectiva, y en el status
quo actual, podría ser asumido por el modelo corporativo, como de hecho
pretende hacerse a través de un mercado mundial integrado, regulador de
la relación en términos de acceso y para el que las asociaciones público
– privadas son las adecuadas para efectivizar el derecho al agua. Los
anteriores son dos de los puntos de mayor análisis hoy, pues en sí mismo
el Estado como 'administrador' de los bienes comunes ha generado
procesos de privatización y mercantilización, y, por otra parte, en su
proceso de corporativización parece entregar al modelo corporativo la
garantía del derecho. ¿Quién debiera entonces velar por el acceso de los
pueblos a los bienes comunes? Cuando la retórica del derecho se hace
presente en los discursos de los organismos multilaterales, e incluso de
las instituciones financieras internacionales que lo 'aceptan' como
demanda de los pueblos y la sociedad civil1,
no existe claridad de quién debe ser el garante del derecho, y, de
hecho, los estados se han convertido en simples facilitadores de los
enclaves trasnacionales que lo remplazan en asuntos fundamentales como
la prestación del servicio del agua.
La visión multilateral de la ONU y sus contradicciones.
Más
allá de las críticas referidas a la filosofía política del lenguaje, en
términos de enunciación del derecho, a la condición ontológica del
agua, y a la concepción política del Estado, queremos pasar a otros de
los temas que ocupan debates y albergan análisis con diferentes
enfoques. Como se sabe, el 28 de julio de 2010 la Organización de
Naciones Unidas -ONU- emitió desde su Asamblea General la Resolución No
64 - 292 reconociendo el derecho humano al agua e instando a los estados
a su aplicación efectiva. El conjunto del movimiento en defensa del
agua celebró este reconocimiento como una gran victoria de las
articulaciones que desde de la guerra por el agua de Cochabamba
transitaron por logros nacionales y constitucionales como los de
Uruguay, Ecuador y Bolivia, y que hoy se elevaban a un organismo
multilateral, la ONU. Sin embargo, en las primeras de cambio del
documento cero elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente -PNUMA-, y que se convertiría en la base para la
imposición de la Economía Verde y la Gobernanza2,
la concepción de derechos fue atacada y, más puntualmente, se presentó
el derecho humano al agua como un impedimento para el logro de los
objetivos de los nuevos programas de control ambiental corporativo.
Así,
lo que fue celebrado como una gran victoria, la resolución de la ONU,
se ponía en entredicho con las posiciones esbozadas en los borradores de
discusión hacia Río + 20, y se daba paso a las propuestas de
corporaciones como Nestlé, que apuntaban a la creación de un mercado
mundial integrado del agua, en continuidad con el modelo de asocio
público - privado y con las corporaciones como garantes de la
posibilidad de acceso al líquido.
¿Existe
entonces una posición diferente respecto al derecho al agua en la
Asamblea General de la ONU y en uno de sus programas más importantes, el
PNUMA? Frente a estas diferencias manifiestas ¿cómo se debe entender el
papel de la ONU en la defensa del agua y la garantía del acceso como
derecho humano fundamental?
En
la pasada Cumbre de los Pueblos celebrada en Río de Janeiro,
simultáneamente a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente
y Desarrollo Sostenible -más conocida como Río + 20-, la Federación
ambientalista Amigos de la Tierra Internacional presentó los estudios de
caso en los que se demuestra la cooptación de la ONU por parte de las
corporaciones trasnacionales, y lanzó una campaña global bajo el lema
liberemos a la ONU de la cooptación trasnacional3.
Los casos presentados por la Federación ambientalista son una expresión
de lo que puede estar pasando al interior del organismo multilateral y
de la necesidad de liberarlo de la influencia corporativa antes que
propuestas y reivindicaciones como las del derecho humano fundamental al
acceso al agua caigan bajo ésta.
Por
otro lado, también se han hecho manifiestas las críticas al papel
cumplido por la ONU en la creación del Consejo Mundial del Agua -CMA-,
principal impulsor de la privatización del agua en alianza con el Banco
Mundial -BM. Estos dos organismos,
CMA y BM, durante las últimas décadas hilaron finamente la
privatización que legitimaron con la invitación a la sociedad civil a
avalar las declaraciones preconfiguradas de los Foros Mundiales del
Agua, firmadas muchas veces unánimemente por organizaciones de la
sociedad civil y gobiernos afines a la corporativización.
Lejos
de intentar en este escrito la descalificación de la ONU como organismo
creado para cumplir un importante papel en el planeta, y como actor
multilateral velar por la garantía del derecho de los pueblos, estas
ideas pretenden poner en consideración la actualidad de garantía del
derecho, principalmente el promulgado como derecho humano al agua,
frente a las posibles contradicciones del organismo multilateral.
Queda
en perspectiva de estudio aplicado y seguimiento cómo y dónde se ha
efectivizado el contenido del derecho fundamental al acceso al agua
posteriormente a las grandes resoluciones y declaraciones, y, en la cara
contraria, pero en el mismo contexto, cuáles son los avances de las
corporaciones y las empresas privadas para hacerce cargo de las
funciones de los estados, desde la lógica de la oferta/demanda y la
acumulación de capital producto de la necesidad de la población por
acceder al agua y otros bienes comunes.
La cooptación trasnacional del lenguaje.
La
estrategia formulada por las empresas trasnacionales y los organismos
multilaterales denominada mercado global del agua, para la
efectivización de lo que ahora ellos llaman el derecho humano al agua y
la mitigación y compensación de la huella hídrica de la producción
industrial, vino acompañada de un lenguaje ambiguo que permitió a las
multinacionales poner en términos corporativistas, como efectividad y
transparencia, las reclamaciones históricas de los pueblos. Justicia,
soberanía y autonomía hídrica pretenden ser usados ahora para continuar
con los procesos de privatización de la gestión del agua y obtener un
mayor control estratégico sobre las fuentes, para la producción de
alimentos u otros bienes.
Un ejemplo de esta estrategia es la iniciativa+Agua4
lanzada en el año 2012, impulsada por la Fundación AVINA en asocio con
la multinacional Coca Cola, cuyos objetivos de "efectivizar el derecho
humano al agua potable, mitigar los efectos del cambio climático y
proteger las fuentes de agua en las cuencas",5
planteados en un lenguaje por los pueblos y organizaciones conocido, y
tal vez construido, han logrado enmascarar los conflictos e impactos
generados por el modelo de asociación público-privada sobre el que se
cimienta la misma iniciativa y sus verdaderos intereses de ampliar la
mercantilización del agua.
Con
este lenguaje transfigurado, la iniciativa +Agua habla también de la
"identificación de modelos de gestión democrática del agua", y de
"fortalecer la capacidad de gestión del agua de comunidades organizadas a
nivel local y de las cooperativas de agua potable"6,
cooptando los significantes y construcciones históricas que comunidades
organizadas han desarrollado en torno a la gestión y protección del
agua y en el que se fundamentan las reivindicaciones por el derecho
humano fundamental a su acceso. Al mismo tiempo, la Fundación AVINA,
altamente cuestionada por su accionar en otros países de América Latina7, fue encargada por el gobierno colombiano
para diseñar el componente de participación comunitaria para la
construcción de la política rural de agua que desconoce la gestión
popular y promueve la privatización y el endeudamiento de la nación.
En
los últimos años la nombrada Fundación, entre otros despropósitos, ha
jugado el papel de promotora de programas de agricultura industrial con
uso de agro tóxicos o de reforestación de selvas para venta de bonos de
carbono, generando consecuencias como el acaparamiento de nuevos
territorios por las empresas y el mercado, y la maximización de las
ganancias de las corporaciones trasnacionales que los financian. Asuntos
que hacen manifiesto que estas alianzas corporativas y multinacionales
simplemente abanderan la consolidación de un mercado global como forma
de ampliar las oportunidades para que empresas como Coca Cola y Nestlé
aumenten sus ganancias con complicidades, también gubernamentales, para
la simulación de la participación en la construcción de políticas de
gestión del agua y los territorios. La apropiación de los lenguajes
populares y de reivindicación de la histórica lucha de los pueblos
permite a estas empresas y corporaciones generar confianzas y vincular a
sus proyectos a organizaciones comunitarias que desconocen su accionar,
apoyadas también en el marketing publicitario que con su incitación al
consumo raya en modernos laboratorios de infantilización regresiva8.
La utilización de los significantes tergiversados contiene también una
fuerte carga ideológica que instaura relaciones de poder de dominación,
en este caso para el acaparamiento de las fuentes de agua y el control
de su acceso.
Una lucha de sentidos.
Como
hemos querido advertir, el sentido que se le pretende entregar al
derecho humano al acceso al agua y los mecanismos y estrategias para
darle cumplimiento desde los estados contemporáneos, los organismos
multilaterales y las corporaciones trasnacionales tiene una amplía
divergencia con los planteamientos de las comunidades que históricamente
han reivindicado el derecho natural a acceder al agua para garantizar
su supervivencia material y simbólica, como seres de la naturaleza.
Asistimos a una tergiverzación del sentido que obedece al
establecimiento de la asociación estratégica entre estos tres actores
mencionados, de una u otra forma protagonistas del modelo neoliberal,
para elevar al mercado como condición de posibilidad de acceso al
derecho.
La
puesta en marcha de planes gubernamentales y proyectos corporativos que
pretenden hegemonizar el significado del derecho al agua ha tenido
graves consecuencias para los territorios hídricos, en términos de
apropiación, contaminación, desaparición de cuerpos de agua, y pérdida
de autonomía y exclusión de las comunidades, lo que significa una
contradicción fundacional. La hegemonía de sentido desconoce lo que la
pragmática misma del derecho reconoce, por ejemplo en casos en los que
las familias no pueden ser desconectadas del servicio de agua porque se
viola por conexidad el derecho a la vida, consagrado en las cartas
políticas como principio rector del estado social de derecho.
¿Se debe entonces rechazar el derecho humano al agua?
El
rechazo tajante al derecho humano al agua implicaría un retroceso
histórico para el movimiento en defensa del agua y para las comunidades
organizadas en torno a esta reivindicación; el camino de lucha que ha
costado la vida de hombres y mujeres, y también ha entregado victorias
frente al modelo neoliberal, no debiera abandonarse como consecuencia de
los intentos de cooptación de los lenguajes y los significantes por
parte del aparato trasnacional. Sin embargo, reconocemos la necesidad de
re-definir nuestras concepciones comunes, y re-significar tanto las
enunciaciones de nuestras exigencias como los escenarios en los que
éstas son planteadas y defendidas. La resignificación de lo público
desde lo comunitario, la recuperación de la construcción colectiva para
la efectivización del derecho humano al acceso al agua pudiese primar
sobre el sentido individualista e individualizante que la propiedad
privada reivindica como garante de derechos liberalizados. Puede que
allí mismo podamos encontrar un espacio común para pensar en público y
en conjunto si estas acciones pretenden también recuperar el Estado, la
estructura que facilitó la apropiación privada de los bienes comunes, o
si estas propuestas y alternativas de los pueblos se encaminan a una
re-socialización de los bienes comunes en la que las aguas permitan
fluir la reconfiguración de nuestra vida como sociedad – naturaleza.
1Cuando
hacemos referencia a la sociedad civil la comprendemos compuesta por
las formas no estatales, y que por tanto se alejan del control
ideológico del Estado..
2Recordemos
que la propuesta de Economía Verde y Gobernanza Ambiental fue
presentada por el PNUMA y dio el marco de referencia a las discusiones
sostenidas en Río + 20 en junio de 2012 en Brasil. Para ver una crítica a
estos conceptos y su inviabilidad estructural, puede consultarse Roa y
Rodríguez. Economía Verde: al calor de las negociaciones del clima.
Bogotá. 2012. Disponible en http://www.censat.org/publicaciones?task=view&id=63&catid=10044
3Para más información sobre esta campaña se puede consultar: http://www.foei.org/es/get-involved/take-action/liberemos-a-la-onu-de-la-cooptacion-empresarial-1
4Para más información sobre este programa visitar: http://www.avina.net/esp/4270/avina-y-coca-cola-se-unen-para-lanzar-la-iniciativa-agua/
5Ibid
6Ibid
7Veáse: Puche Paco. Dos mil doce, un año clave en la lucha contra AVINA y ASHOKA. Publicado en diciembre de 2012. Disponible en: http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Contaminacion/Dos_mil_doce_un_ano_clave_en_la_lucha_contra_AVINA_y_Ashoka
8Para ampliación del concepto de infantilización regresiva: Guattari, Felix. Las tres ecologías. Pretextos.
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