Medellín, nov. 15 de 2011 - Agencia de Noticias UN-
Una alternativa tecnológica desarrollada por investigadores de la UN en
Medellín permite eliminar el uso del mercurio en la extracción del
valioso metal.
A los 12 años, Luis Fernando Cardeño tuvo su
primer contacto con el mercurio; lo usó hasta que empezó a sufrir
pérdida de la memoria de largo plazo y dificultades para el razonamiento
abstracto y el procesamiento de información. Por eso se alejó de las
minas.
Hoy, a los 60 años, consciente de los daños
irreversibles por el uso de la peligrosa sustancia, cambió radicalmente
su ocupación y ahora estudia Psicología. “Me retiré porque me di cuenta
de que era la única opción para mejorar mi estado de salud”, señala.
Cáncer, afecciones pulmonares, caída del
cabello y esterilidad, así como incalculables afectaciones al ambiente
son ocasionados por el mal uso del mercurio en la minería aurífera. Por
eso, con el apoyo de los sectores privado y gubernamental, los
investigadores de la UN desarrollaron un proceso de recuperación directa
del oro (Au) mediante una técnica denominada flotación espumante.
Se trata de una tecnología que permite separar
el valioso metal de sus otros acompañantes, sin necesidad de usar
componentes dañinos. “El procedimiento busca, por primera vez en el
país, eliminar el uso de dicha sustancia”, argumenta Oswaldo Bustamante,
líder de la investigación en el Instituto de Minerales Cimex, de la
Facultad de Minas.
Es un proyecto que se ajusta a la realidad
nacional, dadas las condiciones de extracción del preciado mineral, en
donde el mercurio se utiliza de forma inadecuada y excesiva, algo que se
agrava si se tiene en cuenta que no se degrada en la naturaleza.
Ríos como el Cauca y el Nechí, arterias
fluviales vitales para Antioquia, están contaminados, por ende, las
especies que los habitan y los suelos que los rodean. Asimismo, se
afectan los sistemas agrícolas de sus riveras y las comunidades cercanas
por el consumo de aguas y peces.
La técnica
Ante tal situación, la propuesta de la UN puede
significar una solución. ¿En qué consiste? Según explica Bustamante,
“el material que viene de las minas hay que molerlo y pasarlo a tanques
donde se adicionan reactivos químicos que poseen características
similares a los jabones y alcoholes. Este proceso, llamado ‘flotación
espumante’, usa una combinación de sustancias de fácil degradación”.
Es allí donde se genera la separación de dos
tipos de minerales: los hidrofóbicos como el oro, que repelen el agua, y
los hidrofílicos, que tienen afinidad con ella. Ambos se comportan de
manera diferente en el medio acuoso.
Los reactivos químicos usados en la técnica se
denominan colectores y contienen dos tipos de compuestos: los orgánicos
que obligan a ciertos minerales a rechazar el líquido que los rodea (es
por eso que flotan) y los inorgánicos que adsorben o retienen otro tipo
de minerales afines al fluido. Mediante el uso de burbujas de aire, se
produce una espuma donde se concentra el metal dorado que repele al
medio acuoso.
La tecnología está diseñada para la extracción
de oro nativo, es decir, aquel que se encuentra libre en la naturaleza y
que no está asociado a minerales como piritas o sulfuros metálicos. Se
encuentra preferencialmente en los aluviones y en algunas minas de veta
en pequeñas proporciones.
De acuerdo con el informe realizado por
Marcello Veiga, docente de la Universidad de British Columbia (Canadá),
en el 2008 había entre 20 mil y 40 mil mineros artesanales en Antioquia
que produjeron de 24% a 48% de las 41,5 toneladas de oro producidas en
el país para ese año, con un gasto aproximado de 130,4 toneladas de
mercurio.
Este se utiliza prioritariamente en la
separación del Au de otros componentes, en un proceso llamado
amalgamación, donde el metal atrapa las partículas del primero
aislándolas de los demás materiales con los que viene acompañado.
La propuesta de los investigadores de la UN
busca reemplazar esa práctica por un nuevo proceso y obtener un
concentrado de oro nativo que pase directamente a fundición, sin
contaminantes.
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