Medellín, dic. 16 de 2011 - Agencia de Noticias UN–
La nebuponía es una nueva técnica desarrollada en Colombia, que
permitirá utilizar un mínimo de agua, menos terrenos y eliminar los
insecticidas y herbicidas en sembradíos a gran escala.
Investigadores de la UN en Medellín, después
de un largo transitar por la literatura mundial, ingeniaron un novedoso
método que usa la nebulización para la producción industrial de
alimentos vegetales, pero eliminando el uso de químicos y optimizando
al máximo el recurso hídrico.
“Se trata de un procedimiento que consiste en
entregarle a la planta, por medio de nubes de agua, los nutrientes y la
irrigación que requiere para su crecimiento”, explicó Hugo Restrepo
Pulgarín, líder del proyecto y director del Departamento de Ingeniería
Agrícola y Alimentos.
Nebuponía es el nombre dado al ingenioso
método. Se trata de un sistema en el cual las gotas de agua se
fragmentan hasta un tamaño micrométrico, formando una especie de nube o
un rocío supremamente fino. Existen dos procedimientos: uno, en el que
se combina el aire a presión con una fuente líquida y otro, en el que se
utiliza ultrasonido.
La ventaja es que la siembra no está sujeta a
las condiciones del clima o del suelo; por eso, se podrían cultivar
vegetales y frutas como cilantro, cebolla, brócoli, coliflor, lechuga,
tomate, fresa y uchuva con un alto contenido nutricional y mayor
productividad, sin usar insecticidas ni compuestos químicos y,
adicionalmente, con un consumo mínimo de agua.
Para la nebuponía se requieren dos cámaras
totalmente independientes, cada una con su propio sistema de
nebulización, de tal forma que se puedan regular según las necesidades
del proceso productivo. Además, cada compartimiento posee un mecanismo
de control de humedad relativa y de temperatura.
En la cámara de follaje (parte superior del
prototipo) se encuentran los nebulizadores que proveen de agua a las
hojas, y en ocasiones de soluciones nutritivas, mientras que un ducto de
aire acondicionado ayuda a mantener la temperatura apropiada del
cultivo.
Un par de ventiladores se encienden de manera
automática para cambiar el aire dentro de las cámaras: en la superior,
se renueva el gas carbónico (CO2) y, en la inferior, se renueva el oxígeno (O2).
Por otro lado, se encuentra un termómetro de infrarrojo con el cual se
monitorean algunos procesos metabólicos de la planta, los cuales inciden
en su supervivencia, crecimiento y reproducción.
En la cámara de raíces (parte inferior), estas
permanecen expuestas solo al aire. Entretanto, su ambiente es
monitoreado con frecuencia por un sensor que revela las condiciones de
funcionamiento. Al tiempo, se activan los nebulizadores para aplicar la
cantidad de agua requerida.
“Podemos controlar la atmósfera tanto del área
foliar (superficie de las hojas) como a nivel radicular (las raíces),
con el fin de suministrar los nutrientes en el agua para ser bien
aprovechados. Así, nos ahorramos el 85% del líquido que se consume en un
cultivo tradicional. Además, como no se usan insecticidas, herbicidas
ni otros sintéticos, se generan productos 100% orgánicos”, precisó Ana
Melisa López, estudiante investigadora del proyecto.
Para un producto de alta calidad se requieren
plántulas clonadas, nutridas con minerales de alta pureza, ricas en
calcio, potasio, fósforo, magnesio, boro y cinc, puesto que la idea es
desarrollar su máximo potencial genético y realizar producciones en
serie que ofrezcan productos iguales, con los mismos colores, sabores y
tamaños.
El proceso permite mantener regulado el
metabolismo de las plantas. “Cuando necesito aplicar nutrición, lo que
hago es aumentar la humedad relativa en las raíces y disminuirla en el
follaje, o viceversa, dependiendo de la necesidad”, explicó Restrepo
Pulgarín.
Agregó que este modelo generará un nuevo
concepto de alimentación, porque se consumirán productos sanos, dada la
posibilidad de adicionar mejores características nutricionales como
calcios, minerales y vitaminas.
Precisamente, los investigadores de la UN
iniciarán un estudio para identificar sustancias que estimulen la
producción de metabolitos secundarios, compuestos químicos sintetizados
por las plantas que cumplen funciones no esenciales en ellas, pero que
permiten mejorar la calidad alimenticia del producto y, así, añadir un
valor agregado.
Lea este artículo completo en la edición N° 151 de UN Periódico o en su versión digital en el siguiente enlace:
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