Agencia de Noticias UN- Una alarma sobre los efectos de las actividades desarrolladas en la Amazonia es el mensaje del recién editado libro Transformaciones en la Amazonia colombiana: Retos para un desarrollo sostenible.
La publicación hace parte de una serie de
análisis realizados en los países andinos que comparten la cuenca
amazónica como parte de una iniciativa de Conservación para la Amazonia
Andina, con recursos de la Agencia de los Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (Usaid).
Wendy Arenas Wilghtman, directora ejecutiva de Alianzas para la Sostenibilidad, Alisos, explicó en el programa UN Análisis*
de UN Radio que “el objetivo es hacer una aproximación al desarrollo
económico que está impactando los territorios amazónicos de las
diferentes naciones que la conforman”.
Según un estudio realizado por organizaciones
con trayectoria, esta zona del país requiere políticas públicas, una
legislación rigurosa y pertinente, así como seguimiento y control
social.
Álvaro Javier Duque, coordinador del grupo de
investigación Conservación, Uso y Biodiversidad de la Universidad
Nacional de Colombia en Medellín, llamó la atención de lo que denominó
un “documento (que) carece de un elemento fundamental: no cuantifica la
diversidad natural y cultural. Sabemos que el foco de la deforestación
más grande está en la Amazonia pero no es claro cuál es el impacto sobre
la pérdida de especies, tipo de hábitat y ecosistemas, qué ataca en
particular y desde el punto de vista cultural cómo afecta el desarrollo
de la minería, los hidrocarburos y la infraestructura. Falta ahondar en
un debate clave”.
El informe presenta una información
sistematizada sobre el conjunto de las intervenciones de explotación de
recursos naturales renovables y no renovables, de proyectos de cultivos
industriales, así como de infraestructura.
Wilghtman precisó al respecto: “El país tiene
una deuda en la calidad de la información sobre esta región, no posee
datos actualizados para conocer los impactos de la actividad económica.
La Amazonia es un territorio todavía desconocido, incluso solo es claro
que tiene un potencial ambiental inmenso que seguramente va ser el
futuro económico del país”.
Un 40% de los territorios amazónicos pertenecen
a los indígenas, otro tanto están en parques naturales, y los demás
hacen parte de una reserva forestal; lo que quiere decir que desde hace
20 años el 84% de esta región tiene alguna figura de conservación.
Por su parte, Luz Marina Mantilla, directora
general del Instituto Amazónico de Investigación Científica (Sinchi),
opinó que se debe informar a la población de lo que existe en su
territorio nacional, y advirtió: “Estamos obligados a decir lo que puede
pasar en un escenario donde la dinámica social se ve afectada no solo
por el mal uso del medioambiente sino por la mala distribución de
regalías”.
Frente al impacto económico, los profesores
estuvieron de acuerdo en que las actividades desarrolladas en el
Amazonas tienen mal manejo ambiental y degradación, lo cual termina por
hacer más extrema la inequidad social. Asimismo, sugirieron que la
diversidad, a través del desarrollo sostenible, debería avanzar en el
impulso de industria y una interlocución que permita la integración de
las comunidades locales.
Finalmente, Fernando Franco, ingeniero agrónomo
y director de la UN en Amazonia, denunció que las locomotoras del Plan
de Desarrollo del Gobierno nacional afectan la región, la cual aún puede
convertirse en un refugio. “La minería amenaza gravemente, al igual que
los programas de infraestructura vial y los agrocombustibles
significarán la destrucción de la selva”.
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